Sigue el descenso desde la cima histórica. La tasa de créditos morosos de la banca española se redujó en diciembre hasta el 10,12%, 0,23 puntos menos que el mes anterior, hasta su nivel más bajo desde julio de 2012, según los datos publicados este miércoles por el Banco de España. El volumen de crédito concedido, que bajó de forma leve desde 1,342 a 1,327 billones de euros.

En dos años, los préstamos morosos se han reducido en 63.000 millones (-31%) y en 38.000 millones en doce meses, que supone un descenso del 22%.

En 2013, un año después del rescate bancario a España y la reforma del sistema financiero, los préstamos en situación de impago alcanzaron un máximo de 197.325 millones de euros. Desde ese nivel se ha reducido en 63.000 millones en dos años (-31%) y en 38.276 millones en doce meses, que supone un descenso del 22%, hasta los 134.276 millones actuales.

Una morosidad histórica

Esta tasa incluye el cambio metodológico en la clasificación de los Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), que han dejado de ser considerados en la categoría de entidades de crédito. Los préstamos en situación de morosidad son aquellos que han registrado algún tipo de impago por parte del deudor o bien son considerados como de dudoso cobro por parte del banco. La tasa lleva 18 meses consecutivos a la baja, pero se mantiene en niveles históricamente altos.

Tasa de morosidad de la banca española.

Volumen de créditos morosos.

Desde los máximos históricos alcanzados a finales de 2013 en el 13,62%, el porcentaje de morosidad de la banca se ha reducido en 3,5 puntos. Pese a esta reducción, desde una perspectiva histórica, la morosidad todavía se mantiene por encima de los niveles alcanzados con la intervención de Banesto en 1993 en el 8,93%, que entonces representaban un volumen de fallidos de apenas 23.625 millones.

Tras la entrada en el euro y más de una década de burbuja crediticia, el sistema bancario ha multiplicado su tamaño y con la crisis, también el volumen de los préstamos morosos. Pese a la progresiva caída de la morosidad, todavía mantiene en jaque los balances de los bancos españoles.

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