Banderas a favor de Palestina al paso de los ciclistas en la 11ª etapa de La Vuelta.

Banderas a favor de Palestina al paso de los ciclistas en la 11ª etapa de La Vuelta. EFE EFE

La Vuelta

Cronología de un secuestro a La Vuelta en su 90 aniversario: "Si te tiras ahí, te vas a matar"

La carrera se vio invadida por las protestas propalestinas que impidieron el desarrollo normal de la competición y que pusieron en juego las vidas de ciclistas y manifestantes.

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La Vuelta 2025 derrochaba ilusión por los cuatro costados antes de comenzar. Era el año de su 90 aniversario y como tal se había encargado de celebrarlo en los meses previos. Deportivamente se dibujaba un duelo entre Pogacar y Vingegaard.

Finalmente la revancha del Tour de Francia no se pudo dar y tan sólo compareció el danés, pero su nombre, por sí solo, alentaba a seguir la carrera en el mundo entero.

Sin embargo, la fiesta se fue torciendo con el paso de los días. La participación del equipo Israel Premier-Tech -obligada y conseguida por méritos deportivos- comenzó a levantar ciertas protestas. La bola se fue haciendo grande, cada vez más gente se subió a esta ola y todo desembocó en el bochornoso final con Madrid siendo escenario de enfrentamientos entre manifestantes y la Policía.

Aficionados ondean la bandera de Palestina durante la etapa 16 de La Vuelta.

Aficionados ondean la bandera de Palestina durante la etapa 16 de La Vuelta. EFE

Por el camino, varias etapas neutralizadas, árboles talados, asaltantes lanzándose a la carretera, chinchetas arrojadas a la cara de los ciclistas y caídas de corredores como consecuencia de estos actos. Uno de ellos, Javier Romo, incluso tuvo que abandonar la competición.

Una protesta que comenzó de forma pacífica y que contaba con el apoyo mayoritario incluso del propio pelotón, terminó secuestrando la carrera y agotando a cualquier integrante de la burbuja de La Vuelta.

De menos a más

Todo arrancó con la llegada a España de La Vuelta. Tras cuatro días iniciales entre Italia y Francia, la contrarreloj por equipos en Figueres dejó la primera nota de estas protestas propalestinas. Era la quinta etapa.

Un reducido grupo de personas invadieron la carretera y se plantaron ante el paso del conjunto Israel Premier-Tech. Por fortuna, no hubo que lamentar incidentes ni heridos pese a lo temerario de la maniobra cuando los vehículos y las bicicletas ruedan a una alta velocidad en este tipo de modalidad.

No fue este el único altercado al paso por Cataluña. Al día siguiente, en la salida en Olot, un grupo de personas también se cruzaron en la carretera en la salida neutralizada y detuvieron por unos instantes la carrera.

Tras unos días con relativa tranquilidad y con numerosas protestas pacíficas que no repercutieron en la carrera, en Navarra, en la localidad de Lumbier, dos personas también saltaron a la carretera sin mayores consecuencias para la competición.

La entrada al País Vasco

Viendo el efecto llamada que estaban teniendo estos actos, el temor por la entrada al País Vasco se disparó en la organización. Se habían realizado varias convocatorias y el miedo se convirtió en realidad.

La imagen de la Gran Vía de Bilbao invadida después de que unos protestantes irrumpieran en la calzada derribando las vallas fue el principio del secuestro a la carrera. Aquel día, en la etapa 11, estuvo en juego la vida de varias personas.

Los voluntarios de La Vuelta acudieron a intentar sofocar esta rebelión ante la escasa presencia policial, y mientras todo se desmadraba los coches y los ciclistas pasaban a una alta velocidad a escasos centímetros.

Multitud de banderas palestinas entre el público de la 11ª etapa de La Vuelta.

Multitud de banderas palestinas entre el público de la 11ª etapa de La Vuelta. EFE EFE

Finalmente, por seguridad, se evitó el segundo paso por meta y se decidió tomar los tiempos tres kilómetros antes de la meta real. Ni siquiera hubo ganador ese día.

En la etapa 13, en uno de los días grandes de La Vuelta por la llegada al Angliru, un nuevo episodio. En los primeros compases del colosal puerto unos activistas se ataron con cuerdas y bloquearon el paso de los ciclistas que marchaban en la fuga. Entre ellos, por cierto, no iba ningún corredor del Israel Premier-Tech.

Caídas y un abandono

El riesgo para la integridad de los ciclistas -y también de los propios manifestantes- era evidente, así que en la etapa 15 se consumó el desastre. Un propalestino agazapado en la cuneta se abalanzó bruscamente sobre la fuga y desencadenó el abandono de Javier Romo, del Movistar Team.

Un policía se cruzó por delante de los corredores para tratar de impedir el asalto de esta persona que además se había tropezado, y en ese momento Javier Romo se fue al suelo, al igual que el belga Edward Planckaert. El resultado de todo, Romo sufrió un importante golpe que le hizo abandonar la carrera un día después.

"Una persona se cruzó. Tuvimos un poco de suerte porque esta persona se tropezó y no pudo hacer tanto daño como él quería, pero podría haber sido una tragedia mucho mayor. A mí me han jodido La Vuelta, no creo que tenga que ser la persona que pague por esto", dijo Javier Romo.

Al día siguiente, otro bochorno. La etapa 16 no pudo terminar en Mos como consecuencia de una concentración propalestina que de nuevo invadió la carretera. Aquel día ya hubo tensión con la policía y hasta los manifestantes llegaron a cortar un árbol para tirarlo en mitad de la calzada.

La organización tuvo que eliminar sobre la marcha la ascensión al puerto final e improvisó la meta 8 kilómetros antes para no poner en peligro a nadie. Aquel mismo día se lanzaron chinchetas al paso de los corredores por Pontevedra.

"En la zona de Pontevedra nos tiraron chinchetas a la cara que luego caían a la carretera. Pinchamos muchos. Luego había una bajada muy rápida en la que íbamos a 70 kilómetros por hora, y una persona por cada lado se tiraron en mitad de la carretera", comentaba Iván García Cortina, de Movistar Team.

"No son conscientes de ello, porque si te tiras ahí te vas a matar. Quizás desde la tele parece que somos unos muñecos de aire que salimos volando, pero un impacto a esa velocidad... Nosotros nos vamos a hacer mucho daño, pero la persona con la que golpees, que está en seco... Hubo gente que murió en incidentes así. Hay que tener conciencia personal", incidía el asturiano.

"En algunos pasos por algunos pueblos no nos sentimos muy seguros. Nunca sabes lo que te puede pasar o si van a tirar algún objeto, también te pueden tirar al suelo y hacerte daño", decía Jaume Guardeño, el ciclista de Caja Rural.

Un final con mucho peligro

La organización tuvo que recortar la contrarreloj de Valladolid de 27 a poco más de 12 kilómetros. El objetivo era tener bien protegido todo el circuito urbano, pero aún así unos pocos protestantes saltaron las vallas y se metieron en la carrera para tratar de cortar el paso de los ciclistas.

Quedaba la traca final. Los dos días finales en Madrid también preocupaban mucho y se demostró que los temores eran fundados. El día de La Bola del Mundo se modificó el recorrido sobre la marcha y se evitó el paso por Cercedilla.

Sin embargo, a menos de 20 kilómetros para la meta se volvió a presenciar una imagen bochornosa. Un grupo propalestino invadió la carretera y bloqueó el paso de los corredores y los vehículos.

Cuando la Guardia Civil consiguió abrir una pequeña escapatoria, algunos de estos protestantes trataron de abalanzarse sobre los ciclistas que pasaban muy rápido poniendo en juego sus vidas y las de los corredores.

El día final por Madrid ni siquiera llegó a celebrarse con un mínimo de normalidad. La organización ya tuvo que evitar el paso por algunas localidades por el peligro que entrañaba para la seguridad del pelotón, y antes de entrar al circuito de la capital todo terminó.

Un grupo bloqueó el paso de los ciclistas y la carrera se dio por finalizada. Paralelamente, comenzaron los disturbios en las céntricas calles madrileñas. Vallas vandalizadas, lanzamiento de todo tipo de objetos y hasta intimidación a los voluntarios de La Vuelta desencadenaron la intervención policial enturbiando la fiesta.

Insultos y odio indiscriminado

Durante la carrera las protestas fueron subiendo de tono y los ciclistas comenzaron a vivir episodios cada vez más desagradables. La incertidumbre se apoderó de la carrera y eso generó una tensión añadida en los ciclistas, así que algunos de ellos explotaron.

El pelotón al completo, sin importar la nacionalidad o el equipo al que pertenecía el ciclista, se convirtió en objeto de ira por parte de estos protestantes. Los deportistas sufrieron el lanzamiento de chinchetas a la cara, de vidrios y el intento de abalanzarse sobre ellos en varias ocasiones.

También insultos de todo tipo y gritos como "genocidas", "cómplices" o "asesinos". La gran mayoría de los manifestantes, de hecho, ni siquiera adivinaban a distinguir cuáles eran los ciclistas o los vehículos del equipo Israel Premier-Tech.

"Pediría respeto y humanidad. Lo que estamos viviendo con situaciones como la de Gaza, Sudán, Yemen, Ucrania... Es terrible lo que está pasando en Gaza y la gente que está muriendo allí, pero también hay otros conflictos como el de Yemen del que ahora nadie habla", comentó el ciclista David de la Cruz.

"Esto es un poco una falta de humanidad. Creo que el aficionado y el ciudadano de a pie tenemos que demostrar que somos mejores que los políticos que nos gobiernan. Eso pasa por ser capaces de demostrar una convivencia. Todo el mundo es libre de protestar, pero siempre con la base de la humanidad y el respeto mutuo", argumentó el catalán.

Otro que no se mordió la lengua fue Sergio Samitier: "Que la gente salga a animar y a protestar pacíficamente. No quieres que pasen desgracias porque, imagínate, te tiran un árbol o sale un manifestante y se carga a un ciclista, eso son problemas".

"Todos queremos que no haya guerras, y manifestarse está bien pero pacíficamente. No tenemos la culpa, somos foco, pero no tenemos la culpa. Somos un deporte débil", comentó el aragonés.

Juan Ayuso puso el foco un poco más allá: "Hay muchos deportes con equipos israelíes y parece que sólo afecta a La Vuelta. Apoyo cualquier protesta, pero cuando se ponen en medio de la carretera pierden el respeto porque nos están poniendo en peligro".

"En el fútbol, en la Europa League hay equipos de Israel, en el basket, en el Europeo ha jugado su selección, y en la Euroliga lo van a hacer otros equipos. Y no se ve absolutamente nada. Y encima salen jugadores a favor del boicot de La Vuelta que van a jugar contra equipos israelíes -en referencia a Borja Iglesias-".

El pelotón terminó amedrentado y cansado de las constantes amenazas para su integridad física y La Vuelta fue poco a poco secuestrada mientras todo tomaba cada vez un cariz más político. Un 90 aniversario que se vio ensombrecido por lo extradeportivo.