Jonas Vingegaard, en medio, Tom Pidcock a la izquierda de la imagen y Joao Almeida a la derecha. EFE
Vingegaard gana su primera Vuelta a España en una etapa final cancelada por las protestas de los propalestinos
El danés no pudo recibir el trofeo debido a los disturbios que obligaron a que los ciclistas a marcharse en los coches después de que la organización diera por terminada la etapa sin llegar a la meta.
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Jonas Vingegaard logró en Madrid su primer triunfo en la Vuelta a España, alcanzando así su tercera gran vuelta tras los dos Tours de Francia obtenidos en 2022 y 2023 y la actual ronda española. Solo le queda conquistar el Giro de Italia para completar la colección.
No obstante, la 80ª edición de la prueba será recordada menos por lo deportivo que por el clima de agitación que la rodeó: continuas protestas, etapas reducidas y una atmósfera de tensión que terminó eclipsando la lucha sobre el asfalto.
Desde la salida en Turín hasta la llegada final en Madrid, la carrera estuvo marcada por la coyuntura internacional y por la presencia del equipo Israel Premier Tech, obligado a retirar el nombre del país de su maillot.
🥇🥈🥉 Con todos ustedes... el 𝐁𝐈𝐆 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄 de esta #LaVuelta25 pic.twitter.com/jv4fEpYR9E
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Colectivos propalestinos aprovecharon el escaparate de La Vuelta para dar visibilidad a su causa, con protestas que incluso interrumpieron varias etapas. La más destacada ocurrió en Bilbao, donde la neutralización parcial del recorrido obligó a adelantar la meta.
También en Cercedilla, durante la penúltima jornada, se modificó el trazado tras un corte en la carretera, en el que los manifestantes llegaron a intentar derribar ciclistas. Para entonces, la política ya había entrado en escena, con mensajes y declaraciones de todo tipo.
La imagen de ciclistas sorteando manifestantes sentados en la calzada, o de la policía retirando palos de banderas para proteger a los corredores, refleja la tensión vivida a lo largo de tres semanas.
🚨 La Vuelta 2025 concluye sin circuito final: cancelada la última etapa por las protestas#LaVuelta25 pic.twitter.com/dhAxnk6zsI
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El dispositivo de seguridad fue el más amplio en la historia reciente de la carrera: blindaje con tanques en puntos estratégicos, presencia de la Policía montada y controles de todo tipo. En lo estrictamente deportivo, La Vuelta dejó un sabor claramente decepcionante.
El cartel inicial de la carrera ya se veía debilitado por la ausencia de figuras como Enric Mas, Pogacar o Evenepoel, entre otros, mientras que la forma física de ciclistas como Ayuso o Landa no alcanzó las expectativas.
El alicantino, llamado a liderar al UAE Team Emirates, se vio envuelto en polémicas internas y terminó cediendo protagonismo a Joao Almeida, quien mantuvo el honor del equipo. El portugués, sólido en la montaña y combativo hasta la Bola del Mundo, finalizó segundo en la clasificación general.
El tercer escalón del podio fue para Tom Pidcock, que confirmó en España lo que venía insinuando: que puede ser hombre de grandes vueltas. El británico de Q36.5, más acostumbrado a brillar en clásicas y terrenos explosivos, resistió con solidez en la alta montaña y defendió su puesto entre los mejores hasta el último día.
Jonas Vingegaard, al inicio de la última etapa de la Vuelta a España.
Así, el podio final en Cibeles -Vingegaard, Almeida y Pidcock- ofreció una imagen potente, aunque no logró borrar la sensación de que la Vuelta 2025 estuvo marcada por factores externos que la sobrepasaron.
El desenlace quedará en la memoria como el de los recortes, los sobresaltos y las protestas. Más que por su resolución deportiva, esta edición será recordada por cómo logró sobrevivir a tres semanas en las que la bicicleta quedó, en demasiadas ocasiones, en segundo plano.