Manifestantes durante la etapa de este viernes de La Vuelta.

Manifestantes durante la etapa de este viernes de La Vuelta. EFE

La Vuelta

Una nueva protesta contra el equipo Israel paraliza la etapa reina de La Vuelta durante el inicio del ascenso a L'Angliru

La etapa ha continuado con normalidad tras la intervención de las fuerzas del orden, pero los fugados han visto esfumada su ventaja sobre el pelotón.

Más información: Albares, partidario de expulsar al equipo israelí de La Vuelta para enviar un mensaje como el que recibió Rusia

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Un grupo de manifestantes que se oponen a la participación del equipo Israel Premier Tech ha vuelto a paralizar una etapa de La Vuelta este viernes.

Cuando el grupo de fugados se disponía a iniciar su ascenso del mítico Angliru, los manifestantes se han colocado en mitad de la calzada para impedir su paso. Al quedar paralizados, los ciclistas han perdido su ventaja respecto al pelotón.

La 13ª etapa, entre Cabezón de la Sal y el alto de L'Angliru, comenzó con protestas desde su salida en la localidad cántabra. El público recibió al equipo israelí con una cacerolada, además de banderas y mensajes a favor de la causa palestina.

La protesta que logró paralizar la carrera se ha producido a 12,3 kilómetros de meta, en las mismas faldas del Angliru.

A diferencia de lo sucedido en Bilbao el pasado miércoles, la integridad física de los corredores no se ha puesto en riesgo, aunque los fugados se han visto afectados en lo deportivo.

El ecuatoriano Jefferson Cepeda (Movistar), el luxemburgués Bob Jungels (INEOS) y el kazajo Nicolas Vinokourov (Astana) se han quedado atrapados durante 30" hasta que los empleados de seguridad de la carrera apartaron a las personas que protestaban.

Ante esta situación, el pelotón ha continuado con su ritmo de persecución y han comprometido la fuga justo antes de uno de los puertos más exigentes del ciclismo mundial.

Cacerolada

Unas horas antes, sobre las 10:00 de la mañana, la etapa ya comenzó con las ya habituales manifestaciones en contra de la participación del equipo israelí.

En la salida de etapa, frente al edificio del Ayuntamiento de la localidad cántabra, el público ha dedicado una cacerolada para protestar contra los organizadores de La Vuelta, a los que se viene acusando de ayudar a "blanquear" a Israel.

Lio político

La escalada en las protestas ha trascendido a La Vuelta y se ha elevado hasta las instituciones autonómicas y estatales.

El propio Gobierno de Asturias, a donde se traslada la ronda española hasta el domingo, renunció a mandar a ningún representante a la carrera como símbolo de rechazo a la presencia del equipo israelí.

El ejecutivo autonómico, presidido por el socialista Adrián Barbón, insta al equipo a "abandonar" la carrera, aunque también ha pedido que las protestas sean "pacíficas" y no pongan "en riesgo la seguridad o el desarrollo de la prueba".

En la misma línea, ministros del Gobierno como José Manuel Albares (Exteriores) o Sira Rego (Juventud e Infancia) han expresado su apoyo a los manifestantes en los últimos días como síntoma del rechazo que la sociedad española siente por la situación en Gaza.

Posible expulsión

Incluso el director técnico de La Vuelta, Kiko García, mostró su preocupación sobre la viabilidad de continuar la carrera con el equipo Israel formando parte del pelotón después de los incidentes en Bilbao.

García dejó claro que el reglamento de La Vuelta no permite "expulsar" a un equipo, pero invitó al conjunto israelí a "reflexionar sobre si debe continuar en carrera" porque la decisión "la han de tomar ellos".

Según él, además de la seguridad, están en riesgo la seguridad y el prestigio de la competición. "Debemos valorar si podemos poner en riesgo una carrera como La Vuelta, una de las tres grandes, o si seguimos protegiendo a un equipo que pone en riesgo todo lo demás", aseguró.

Comunicado

Sin embargo, el Israel-Premier Tech emitió un comunicado dejando claro que no iban a renunciar.

"Somos un equipo ciclista profesional y como tal nuestro compromiso es el de seguir corriendo en La Vuelta a España. Cualquier otra acción establecería un precedente peligroso en el ciclismo no sólo para nosotros sino para todos los equipos", rezaba el comunicado.

"Repetidamente hemos manifestado nuestro respeto por el derecho de cada uno a protestar, siempre que esas protestas sean pacíficas y no comprometan la seguridad del pelotón. [...] El comportamiento de los manifestantes hoy en Bilbao no sólo fue peligroso sino contraproducente para su causa", concluía.

La protesta

La Vuelta 2025 está siendo el escenario de una de las mayores campañas de boicot deportivo contra Israel vista hasta la fecha en Europa, con múltiples protestas coordinadas contra la permisividad de los organizadores con el combinado israelí.

El equipo fue fundado en 2015 por el millonario canadiense-israelí Sylvan Adams, cercano al primer ministro Benjamin Netanyahu. Ascendió a la máxima categoría UCI WorldTeam en 2020, convirtiéndose en el primer equipo profesional israelí de la historia.

Según los críticos, el equipo forma parte de una estrategia de sportswashing, un concepto referido al uso del deporte como instrumento para mejorar la reputación de países vinculados a la violación de los derechos humanos.

En el caso del Israel-Premier Tech, se acusa a La Vuelta de permitir la participación de un equipo israelí dada la situación en Gaza y Cisjordania.