En el tanatorio de Les Corts de Barcelona se ha vivido este viernes un episodio desagradable para toda familia que llora la muerte de un ser querido. En este caso, la de Emilio Sánchez Benito, padre de la ex tenista Arantxa Sánchez Vicario. 

Que la familia estaba rota era más que evidente pero en los momentos de desgracia es cuanto más se tiene que pasar página. Pero no ha sido así. Arantxa y su marido, Josep Santacana han tenido que abandonar el tanatorio a los 20 minutos de su llegada. “Mis hermanos me han vetado. No puedo despedirme de mi padre porque no me dejan”, declaraba la ex tenista a Europa Press a su repentina salida de Les Corts.

Foto a su llegada al tanatorio Gtres

Al parecer según cuentan fuentes presenciales, Javier Sánchez Vicario, hermano de la ex tenista ha forcejeado con el marido de esta y se ha vivido una escena muy tensa. Tanto es así, que la viuda, Marisa Vicario, se ha desmayado y ha tenido que ser atendida por una ambulancia.



Este sábado a las 12:00 horas tendrá lugar la misa funeral a la que Arantxa ya ha anunciado no piensa asistir. “Si no me veis en la misa es porque no quiero armar un espectáculo”, afirmaba.

Foto Hospital Gtres



La guerra estalla con el libro

El 14 de febrero de 2012, la ex tenista presentó en rueda de prensa ¡Vamos!, su libro de memorias. En él, acusaba a sus padres de haberle expoliado toda la fortuna. Además de libro, sus abogados presentaron una querella por apropiación indebida, contra sus padres, su hermano pequeño Javier y dos personas de su confianza.

Marisa, la madre de la ex tenista respondió al libro a través de un comunicado en el que decía: “Con enorme sorpresa, y gran dolor, constaté que nuestra hija había dado un paso más en su voluntad de herirnos y humillarnos. Mi marido tiene cáncer y Alzheimer y no hemos recibido ni una sola visita de nuestra hija. Ni un mínimo atisbo de preocupación”, explicaba. 

La tenista publicó sus memorias que dejaban muy malparados a sus padres. Gtres

La batalla judicial no prosperó y Emilio padre no pudo declarar porque el forense determinó que no estaba en condiciones por el Alzheimer. Ella sí lo hizo y ratificó ante el juez que: “Estaba plenamente dedicada al tenis y desconocía cuál era mi patrimonio. Hasta que me casé en 2008 sólo disponía de 1.500 euros al mes”. Ésta descubrió que no tenía nada cuando tuvo que hacer frente a un pago de Hacienda por importe de 5,2 millones de euros por haber evadido impuestos inscribiendo su domicilio social en Andorra.



Santacana nunca gustó a la familia

Cuando Arantxa anunció a sus padres que quería casarse con Josep Santacana, los padres se negaron en rotundo. Contrataron a un detective de la agencia Grado 3 para que investigara su pasado y demostrarle a su hija que no era el hombre adecuado. Santacana como subastero, llevaba a cuestas deudas y embargos. Su ex pareja le señaló como un vividor, al que le gustaba llevar un tren de vida superior al que sus ingresos le permitían.

La ex tenista se casó con Josep Santacana en 2008 a pesar de la resistencia de su familia Gtres



Éste fue también quien animó a su esposa a reclamar su patrimonio. La ex tenista se encontró sin un duro y viviendo de alquiler, cuando estimaba su fortuna en 45 millones de euros.

Los padres siempre han defendido que durante 20 años vivieron para ella, acompañándola a todos los torneos y que intentaron hacerlo lo mejor posible pero que fracasaron con ella.

La paz llegó tarde

En octubre de 2015 ambas partes llegaron a un acuerdo y emitieron un comunicado en el que hacían público que habían zanjado de forma definitiva todas las cuestiones que distanciaban a la familia y retirado y renunciado a todos los procedimientos judiciales interpuestos.

El acuerdo contempló que los padres podían seguir viviendo en usufructo en las dos casas; la de la avenida Diagonal de Barcelona y del apartamento de la Costa Brava. Ahora que el padre ha fallecido, la madre podrá permanecer tres años más en el domicilio familiar. No así del apartamento, que tuvieron que abandonar el pasado mes de octubre. También se repartió una empresa que la ex tenista tenía al 50% con su hermana y algunos fondos que tenían en Mapfre.

Arantxa se negó a pedir perdón públicamente a sus padres. Gtres

Arantxa se negó en redondo a la exigencia de sus padres de que les pidiera perdón públicamente y dijera que todo lo que decía en el libro era mentira. No transigió.

Tal y como se ha podido evidenciar este viernes, lo de los Sánchez Vicario fue sólo un acuerdo económico. Es una pena que en momentos tan duros, las miserias personales afloren.