El torero Francisco Rivera ha vuelto a sembrar la polémica en las redes sociales. El diestro ha colgado en su cuenta personal de Instagram una imagen suya toreando con su hija Carmen en brazos. Estampa familiar que acompaña de este mensaje: “Debut de Carmen. Es la quinta generación que torea en nuestra familia. Mi abuelo toreó así con mi padre. Mi padre toreó así conmigo, y yo lo he hecho con mis hijas Cayetana y ahora con Carmen #orgullodesangre".

Francisco ha querido dejar claro que se trata de una tradición familiar que sólo una estirpe torera puede ver con normalidad. “Se repite la historia. Viva la mejor herencia, el sentimiento, la pureza, honor”.

Son muchas las asociaciones antitaurinas que se han manifestado, en ésta y otras ocasiones, en contra de que los niños y adolescentes asistan a eventos taurinos. Defienden que "es importante desarrollar en el niño afecto y consideración hacia el resto de los seres vivos".

Es una becerra inofensiva

Manolo Molés, una institución periodística en materia taurina explica a EL ESPAÑOL que se trata de una tradición que siguen la inmensa mayoría de los toreros con sus hijos. "Si nos ponemos a buscar imágenes seguro que encontramos muchas de toreros con sus hijos pequeños. No hay que exagerar las cosas, se trata de una becerra y se suele sacar al bebé al final casi de la faena, cuando esta más suave y noble. Nadie y menos un torero que sabe lo que hace pondría en riesgo la vida de un hijo", defiende. 

Expertos en derecho infantil recuerdan que "no está prohibido que los niños acudan a los toros. La ley de 1991 sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos no establece limitación alguna a este respecto”, aclaran. Esta libertad se ve reforzada en el artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que consagra el derecho preferente de los padres a escoger el tipo de educación que le dan a sus hijos.

El Defensor del Pueblo Andaluz lo analiza

"De ser cierta la imagen, mostramos nuestro absoluto rechazo. Recogemos información para valorar posible actuación", ha expresado este lunes la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz en su perfil oficial de la red social Twitter, reaccionando de esta manera a la publicación de la instantánea del diestro sevillano.

Son numerosos los informes elaborados por asociaciones en defensa de los niños, que fueron remitidos en su día al Defensor del Menor y cuya conclusión principal era que ver corridas de toros "puede aumentar la agresividad, la ansiedad y el impacto emocional en los niños, sobre todo en menores de nueve años".

Sin embargo, tal y como explican fuentes jurídicas, "el torero está en un recinto privado y su hija está bajo su responsabilidad. Por lo que no se trata de un debate legal sino moral". Carmen, el bebé que torea, ya es más popular que Diego, el de Carolina Bescansa, que suscitó el debate sobre la conciliación de la vida laboral y familiar de las mujeres.

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