"Todo los días deseaba mi muerte. Solo quería recibir cariño", la pequeña Gabrielle (como le bautizó un cura) expresaba ya adulta los sentimientos a los que se enfrentaba diariamente en el orfanato de monjas donde le abandonó su padre después de morir la madre de Coco Chanel. Una infancia dura y pobre hicieron de Gabrielle una muchacha fuerte y decidida convencida que nadie ni nada pararía su ascensión como gran dama a pesar de que su padre vendía lo que podía en los mercadillos de la zona. 

Coco Chanel en su atelier de París Gtres

Coco comenzó con una sombrerería junto a su hermana. Gracias a la guerra ambas se trasladaron a las playas de Normandía donde la alta sociedad parisina se había retirado huyendo de la inminente guerra y en busca de paz alejados de cualquier conflicto. Si alguien podía irse de París se marchaba. Coco Chanel no paraba de ver a elegantes señoras vestidas igual. Entre ella y su hermana eran incapaces de distinguir los diseñadores que llevaban las encorsetadas damas que acudían al hipódromo o a las fiestas más exclusivas. 

Coco Chanel en sus últimos años Gtres

Fue la nota diferenciadora lo que hizo diseñar a Coco un pret-a-porter revolucionario que vendía en la sombrerería. Un desmayo de una señora en el hipódromo por culpa del asfixiante calor unido a los corsés y botones que llevaba su anticuado vestido despertó en Coco la imperante necesidad de cambiar rápido y drásticamente la forma de vestir de la mujer en el siglo XX. A ella le debemos las camisetas marineras, los pantalones masculinos e incluso que la tez blanca pasara de moda.

Su traje de chaqueta, las camelias y la ropa holgada que tocara directamente la piel sin el uso de corsés ha supuesto la más grande revolución en la moda creada por una única diseñadora. Coco no tuvo suerte en el amor, tampoco tuvo hijos. Le fue infiel a sus parejas y ellos a ella. El amor fue la única piedra en el camino: tuvo un novio militar afiliado a las tropas nazis. Por aquel motivo se exilió a Suiza. Le afectó el crack del 29, París le perdonaba y volvía a asentarse en la ciudad de la luz. 

La suya se apagó el 10 de enero de 1971 con la elegante frase: "Mira así es como se muere". Mientras se tiraba en su cama del Ritz para morir. 

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