El Ayuntamiento de León se las prometía muy felices hace ahora poco más de un año cuando la localidad leonesa fue escogida Capital de la Gastronomía Española 2018. Todo un hito que en su día se vendió como una hazaña sin igual y que se traduciría en una incesante lluvia de maná que iba a colmar de bienes los bolsillos de los empresarios del sector terciario y, por contagio, los del resto de los ciudadanos. Sin embargo, un año después, un devastador dato ensombrece esta capitalidad del buen 'yantar' y pone en cuestión el provecho que el consistorio ha sacado a tal designación.

León es la única provincia de la Castilla y León que pierde visitantes y baja en pernoctaciones durante el último trimestre de 2018, según datos publicados en el último informe sobre el sector turístico emitido por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y lo hace en el marco de una Comunidad que ha crecido en su conjunto un 9,3% en el último mes con respecto a noviembre del año anterior. Es, de hecho, la cuarta Autonomía tras Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana como destino turístico favorito con 5,4 millones de viajeros durante el último trimestre del presente año.

Sin embargo, acudiendo a los datos provincializados se puede comprobar cómo la capital leonesa es la única que experimenta un descenso, tanto en número de visitantes (45.683) como en pernoctaciones (74.313). Estos datos suponen retrocesos respectivos del 12,3% y 8,9%. Contrasta sobremanera con los sensibles ascensos de otras provincias de la Comunidad en estos mismos apartados, como son los casos de Segovia, con una subida del 21,9% en las pernoctaciones y del 20,7% en el número de visitantes, y de Salamanca, con incrementos del 20,6% y el 18,8% en dichos guarismos.

Estos datos a final del año 2018 resultan muy llamativos, puesto que cabía esperar un repunte en el sector turístico leonés tras haberse impuesto a Cuenca en la pugna por la capitalidad gastronómica del país. Lo cierto es que León sí cuenta con contrastadas virtudes para ser un reclamo a nivel gastronómico. Entre ellas, tres denominaciones de origen, ocho indicaciones geográficas protegidas, cuatro marcas de garantía y una marca colectiva avalan la calidad de los productos leoneses. Muchos de ellos por todos conocidos, como la cecina y el queso, los pimientos, las legumbres y algunas carnes y vinos.

Bondades que han de sumarse a una variada riqueza natural que se extiende a lo largo y ancho de su vasta provincia y una ciudad histórica repleta de patrimonio que encierra entre sus calles un millón de secretos. En suma, un proyecto, el 'Manjar de Reyes', que en su día contó con un sólido apoyo social formado por más de 1.500 adhesiones y pudo convencer a un jurado de relevantes profesionales del turismo y la gastronomía, pero que no lo ha hecho así con los viajeros, a tenor de lo que arrojan los últimos datos.