El Atlético Valladolid ha llegado a la última prueba del trimestre como local con la obligación de doblegar al colista. Sin embargo, lejos de dar facilidades para una fiesta navideña en Huerta del Rey, el conjunto madrileño ha mostrado su versión más correosa y se ha adherido a sus opciones sobre la pista, llevando el rendimiento del equipo de Pisonero hasta el último momento, cuando un gol de Dani Pérez ha dado la victoria para el Atlético sobre la bocina.

Alcobendas entró en el partido olvidando su posición de colista en la competición y dispuesto a asaltar una de las canchas más duras de Asobal. Los visitantes tomaron la delantera desde el comienzo del partido, con poco acierto en los lanzamientos que derivó en el 3-5 tras el primer cuarto de hora jugado.

La pugna y el intercambio de goles vivieron su momento más dramático para el Atlético Valladolid a falta de seis minutos para el descanso, cuando Alcobendas logró la mayor ventaja, 8-13. Una leve reacción permitió reducir esa desventaja a tres tantos, 11-14, para dar paso a la cascada de peluches sobre la pista.

Un gol de Adrián permitió al Atlético Valladolid ponerse por delante por primera vez en el partido, 19-18 a falta de 17 minutos para el final. La primera exclusión local también llegó en este tramo del partido, cuando Nico López salió de la pista con 20-18. Se mantuvo la renta de dos goles pero Nico volvió a recibir la sanción de dos minutos apartado del juego y Carlos Calle logró detener un lanzamiento de siete metros de Alfonso de la Rubia, viejo conocido de la pista de Huerta del Rey.

El marcador no se movió en ese breve parcial, pero Alcobendas si estrechó poco después la diferencia, 23-22, y Pisonero paró el partido a falta de seis minutos. Tras el empate a 23, un gol de Diego Camino de penalti retomó la delantera local, potenciada por una gran parada de Calle al extremo.

El último minuto fue vibrante y la pizarra dio resultado tras el tiempo muerto de Alcobendas, con un gol que puso en el luminoso el empate a 24 a falta de 14 segundos. Pisonero hizo lo propio y sus pupilos saltaron a la pista con la intención de marcar y evitar que los últimos instantes se convirtieran en una sucesión de faltas. Cuando la jugada parecía abocada al fracaso, Diego Camino cedió a la esquina para que Dani Pérez, apenas sin ángulo ni espacio para tomar impulso, saltara desde el extremo y superara a Patotsky. Alcobendas no tuvo tiempo para sacar y el 25-24 fue definitivo. Una alegría que permite al Atlético Valladolid cerrar la primera vuelta con una sonrisa.