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Región

Los accidentes biológicos afectan a tres de cada cuatro enfermeros

7 febrero, 2017 14:58

Un 71,02 por ciento de los profesionales de Enfermería de Castilla y León asegura haber sufrido un accidente biológico durante su ejercicio profesional en forma de pinchazo, corte o salpicaduras de fluidos, según las encuestas realizadas por el Barómetro Enfermero del Sindicato de Enfermería (Satse).

El estrés laboral por una excesiva carga de trabajo, el uso de material inadecuado como las vacunas de la gripe que tienen que manejar y las malas condiciones del lugar de trabajo son, a su juicio, los principales factores que influyen a la hora de sufrir este tipo de percances.

En una nueva oleada del Barómetro Enfermero elaborado por Satse, los 4.608 enfermeros de todo el país encuestados han manifestado su opinión sobre la incidencia de los accidentes biológicos en el ejercicio de su profesión, aportando información muy valiosa para tener una radiografía actualizada sobre lo que está ocurriendo en los centros sanitarios, públicos y privados. De ellos, 459 enfermeros han respondido en Castilla y León.

Mayoritaria es la opinión en Castilla y León de que los enfermeros son los profesionales sanitarios con más riesgo de sufrir este tipo de accidentes. En concreto, un 79,74 por ciento (un 77,23 a nivel nacional) así lo considera, mientras que un 18,74 por ciento (20,98% nacional) entiende que el riesgo es similar en todas las profesiones sanitarias. Tan solo un 1,53 por ciento (1,79 nacional) cree que otras profesiones conllevan un mayor riesgo que Enfermería.

Los principales factores que influyen, en opinión de los enfermeros encuestados, a la hora de sufrir un accidente biológico son, por este orden, el estrés laboral causado por una excesiva carga de trabajo, el uso de material inadecuado y las malas condiciones existentes en su lugar de trabajo, como la falta de espacio, luz inadecuada...etc.

Protocolos de actuación

De otro lado, un 76,47 por ciento de los profesionales de Enfermería encuestados en Castilla y León conoce la existencia, en su centro de trabajo, de un protocolo sistemático de actuación en caso de producirse accidentes biológicos. Pero un 17,65 por ciento, por su parte, apunta que no tiene conocimiento del mismo y un 5% afirma que no existe en su centro.

La difusión de esta encuesta entre los profesionales enfermeros se realiza de manera paralela al trabajo que está desarrollando el Observatorio de Bioseguridad con el objetivo de recopilar datos e información sobre la situación en la que se encuentran los centros sanitarios en esta materia, en relación a la actividad laboral de los enfermeros.

Vacunas de la gripe

En concreto, Satse Castilla y León precisa que estos datos revelan que hay situaciones que tiene que enfrentar la enfermería en el día a día de su trabajo en los centros sanitarios de la Comunidad que ponen en riesgo su salud debido a que la Administración sanitaria no está adoptando las medidas que lo impidan.

Es el caso de la denuncia que año a año realiza Satse Castilla y León respecto a que las vacunas de la gripe no cumplen la normativa europea y estatal que bioseguridad y entrañan riesgos laborales para los profesionales enfermeros sin que la Consejería de Sanidad adopte medidas que lo eviten.

A juicio de Satse, administraciones sanitarias y empresas que gestionan centros sanitarios están haciendo caso omiso a la Orden, de 2013, por la que se establecen las medidas necesarias para la prevención de lesiones causadas por instrumentos cortantes y punzantes, y que traspuso la Directiva de la Unión Europea aprobada en 2010 al respecto.

La organización sindical recuerda que, dada su actividad diaria, los profesionales de enfermería son un colectivo especialmente afectado por este tipo de lesiones que conllevan una alta posibilidad de contagio de más de una veintena de virus potencialmente mortales, entre ellos los de la Hepatitis -tanto B como C- o del VIH, entre otras enfermedades transmisibles, datos que se ven corroborados por la percepción que sobre esta materia tienen los enfermeros.

De forma periódica, el Barómetro Enfermero aborda tanto cuestiones propias de la profesión como otros asuntos de interés sanitario, con el objetivo de determinar aquellos aspectos que resultan más relevantes para los profesionales y así incidir en ellos ante las administraciones públicas de cara a mejorar la situación del colectivo y el sistema sanitario en su conjunto.