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Opinión

Proverbios XII de Juan de Portoplano

20 noviembre, 2018 12:24

El subgénero microcorto, que sería una especie de micro-microensayo, combinando dos subgéneros literarios-filosóficos, por un lado el artículo periodístico, por otro lado, el género ensayístico del aforismo y del fragmento, con el género literario y filosófico. Este combinado, podríamos indicar de subgéneros, intenta, modestamente, que reflexionemos y pensemos, que enviemos pequeños haces de luz, a la realidad, de dentro y de fuera. Y quizás, dejemos pausar y sosegar un poco el corazón y la carne y la mente y el alma. Y de ese modo, podamos acceder un poco mejor, con un poco mejor claridad a lo real.

- Todo el mundo defiende la libertad de pensamiento y de expresión, pero casi todo el mundo quiere la libertad de pensamiento siempre que coincida con su ideología, fines, intereses, motivos, razones…

- Sin libertad de pensamiento y de expresión y por tanto, de conciencia que es anterior a ambas, Occidente se derrumbará y ya dejará de ser Occidente o dejará de ser Europa.

- En Europa hemos tenido durante siglos enormes conflictos de todos los tipos, incluso de guerras, y también guerras de religión, hasta que fuimos conscientes que necesitábamos libertad de conciencia y de autoconciencia, aunque el sujeto se equivoque, pero esta libertad de conciencia y autoconciencia permite que cada persona avance en determinados campos, sean filosóficos, sean religiosos, sean económicos, sean sociales, sean políticos, sean científicas, sean culturares, sean…, y muchos se equivocan o nos equivocaremos, pero algunos aciertan, con un nuevo conceptos o una nueva idea o un nuevo dato. Y eso sirve para que el resto avancemos. Es como un enorme mar de ensayo y error, de prueba y contraprueba, muchos se equivocarán o nos equivocaremos, pero algunos acertarán y entrará a formar parte de la comunidad humana ese nuevo concepto o práctica.

- Una sociedad no puede caer en el enfrentamiento o conflicto por sistemas de ideas o proyectos sociales o políticos. Debe con tolerancia y normalidad aceptar las diversas opiniones, ideas, conceptos, pero no debe traspasar un límite. Porque si lo hace, se ve abocado al enfrentamiento o conflicto no ya de ideas, sino que las personas caen en graves problemas de convivencia. La paz es la base de todas las riquezas, riquezas en todos los sentidos.

- La ley y la ley en un Estado democrático es la máxima regla para dirimir conflictos. Ir contra la ley es poner a la sociedad frente al espejo de la incertidumbre, es poner a la sociedad frente a los cuatro jinetes del Apocalipsis.

- Nosotros los que no regimos la sociedad, percibimos y miramos la realidad de los que nos gestionan, y no comprendemos y no entendemos, la inmensa mayoría lo que sucede, a qué juego o con qué cartas se está jugando, pero si sabemos que se acierte o se desacierte, siempre nosotros pagaremos las consecuencias, positivas o negativas.

- Me parece que en las cuestiones sociopolíticas y socioeconómicas, yo como formando parte del pueblo, conozco quizás diez páginas, pero los que gestionan esta sociedad, los altos niveles conocen unas cientos de páginas. Por eso estimo, que a veces, puede que se equivoquen, otras que vayan a determinados intereses, pero la mayoría de ocasiones actúan con buena voluntad, pero tienen más papeles que nosotros, es decir, más conocimientos y conceptos e ideas  datos que nosotros ignoramos. En definitiva, no conocemos cómo suenan los teléfonos y lo que se dicen, los teléfonos de la propia sociedad y Estado, los teléfonos que vienen de fuera.

- Me temo que en estos momentos, llevamos en España, llevamos varios años y nos esperan otros cuántos que los teléfonos de fuera y de dentro suenan mucho en los grandes poderes del Estado y de la sociedad.

- Tu, tu en tu limitación, intentando buscar ideas y datos y argumentos y sugerencias, y a ti, muchas o pocas personas, siempre cerrándote puertas y poniéndote zancadillas. Tus sugerencias e ideas y argumentos, en los que sean ciertos, favorecerán a todos, incluso a los nietos y biznietos de los que te cortan los dedos, pero en cambio ellos o ellas, siempre intentando que no levantes la cabeza, dejándote en la cuneta de la historia, de alguna forma limitándote tus posibilidades. Tu, tú en tu modestia y en tus limitaciones intentando buscar nuevas preguntas, nuevas verdades, nuevos argumentos, que de ser cierto favorecerán a todos, expresándolos en forma de filosofía o de literatura o de arte plástico o de ensayo. Siempre buscando mayor grado de verdad y bondad y racionalidad y belleza y prudencia y moralidad, que si aciertas en algo o en algunos servirán para todos, incluso para los que te cierran posibilidades. Si tú abres una puerta y otros te la cierran, lo que se haya conseguido de verdad posible, al final, se perderá, y quién perderá seremos todos, y todos somos todos…

- Si me cierran puertas en arte por ejemplo, quizás no solo cierren las ventanas a mi actividad artística y estética, sino también indirectamente a la actividad ensayística o filosófica o literaria, o dicho de otro modo, quizás ciertas ideas aplicables a la seguridad vial, que podrían ser conocidas, serán menos o se perderán, y como esas en otros múltiples campos de la realidad teórica y práctica. No se discutirán ideas y sugerencias, que pueden ser erróneas y equivocadas en mi pensamiento, pero que podrían si se discuten, si salen al mercado público, podrían ser perfeccionadas por otros, pero si se censura, se niega la posibilidad de tener un pequeño lugar en la cultura local o provincial o regional, al final, todo lo hecho o casi todo se perderá, ahora o dentro de unos años. Y toda la actividad que se podría realizar, no se realizará…

Al final, perderemos todos, primero los autores, segundo los que critican y cierran las puertas a los autores, y al final, la sociedad y a la humanidad. Puede que en democracias no exista censura política, pero si puede existir censura hacia determinados miembros y personas, por parte de determinadas personas o entidades. Cuando en la no-democracia, se censuraba a una persona o grupo, enseguida se le echaba la culpa a la no-democracia y a sus poderes, pero cuándo se hace algo similar, con algunas personas, en la democracia, no se le puede echar la culpa a nadie. Pero existe, determinadas personas, con determinados puestos de responsabilidad o de poder o de ejecución, pueden censurar el trabajo y la proyección, no de todos, pero si de otras personas, por diversas razones, inquinas, rencores, maledicencias, malos entendidos, aversiones de distinto tipo, etc.