M.A. P.
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Una tarde más, Y ahora, Sonsoles ha tenido un momento para escuchar un duro testimonio real. Esta ocasión, era Alicia González. Una joven de 25 años que padece del síndrome de Tourette y que visibiliza su realidad a través de las redes sociales.

Alicia ha querido compartir su experiencia con Pepa Romero. “No es lo mismo verlo que padecerlo. Me ha costado mucho grabar mis tics en cámara. Sacarlos me daba muchísima vergüenza”, confesaba en directo.

“A mí me habían hecho creer que yo era un error, que estaba mal hecha. Esto yo no lo elegí”, afirmaba rotundamente. “No me trataron de la mejor manera posible. Verlo, me sigue impactando”, agregaba.

La joven recordaba que el síndrome comenzó cuando tenía tres años. “Quizás comenzó un poco antes. Me lo diagnosticaron a los cinco. Por regla general, suele diagnosticarse a los seis o siete años”, explicaba.

“En mi caso, desgraciadamente, fue antes”, añadía. Romero señalaba que fueron los padres de Alicia quienes se dieron cuenta.

Alicia González y Pepa Romero en 'Y ahora, Sonsoles'. Atresmedia

“Sí, comencé enseñando la lengua. Recuerdo cuando mi padre me compró un Kinder Bueno de verano, que están más derretidos. No sabía por qué, lanzaba la bola. Así tres de ellos. Mi padre me lo tuvo que dar en la boca, no sabía qué me estaba pasando”, relataba.

La veinteañera señalaba que, tras el diagnóstico, le tocó vivir un infierno en su infancia. “Los peores traumas son los infantiles, porque no tienes ni las herramientas ni el conocimiento para enfrentarte a ello”, confesaba.

“Al final, llegas a sanar gracias a que tienes una familia que te quiere y te apoya. Además, también dinero para pagar a un profesional de salud mental. Las secuelas psicológicas se consiguen sanar, pero la herida infantil cuesta mucho más”, se sinceraba.

Alicia González y Pepa Romero en 'Y ahora, Sonsoles'. Atresmedia

La joven, procedente de Madrid, reconocía a Pepa Romero que su niñez “fue horrible”. “No te voy a mentir. Lo único bueno que recuerdo es mi familia, que siempre me ha apoyado”, agregaba. Señalando que fue víctima de acoso escolar por parte de sus compañeros de clase.

Hablé con un antiguo compañero que me hizo bullying. Fueron conscientes de lo que hacían. A partir de tercero o cuarto de primaria. Es una dinámica que comienza y que no puede parar”, relataba.

“Además, muchos de ellos tenían miedo de si decían algo, también irían contra ellos”, añadía, recordando que le pusieron muchos motes, que se rieron de ella. “Me aislaban. Iba a sacar punta al lápiz y el hecho de levantarme, provocaba risas”, señalaba.

Alicia revelaba que, en 2º de la ESO, tuvo que estudiar desde casa para evitar el acoso escolar. “Si te aceptan, se hace más llevadero el trastorno. Pero si te ves como un bicho raro, te preguntas quién te va a querer. Fue un infierno”, compartía.

Alicia González en 'Y ahora, Sonsoles'. Atresmedia

La joven revelaba que tuvo que cambiarse varias veces de colegio y que fue víctima de acoso escolar, hasta de profesores. “Hubo una que me amenazó que si hacía tics delante de una simulación de una entrevista de trabajo, me tendría que suspender”, argumentaba.

Le dije a mi madre que me matase. Me dijo que no”, relataba Alicia antes de romperse y llorar al recordar ese momento tan duro. “Vas a estar ayudando con tu testimonio a mucha gente que está pasando lo mismo que tú”, le arropaba la presentadora.

Lo pasé mal. Tenía un montón de pensamientos suicidas, hasta un intento. No terminaba de acabar conmigo, porque pensaba en mi madre. Cómo le iba a hacer eso. Hubo un momento de mi vida en que busqué una justificación”, expresaba.

“En ese momento, me escribió una de mis mejores amigas, que me notó rara. Se presentó en mi casa y me agarré a ese clavo ardiendo. Si no llega a estar ese mensaje, no sé qué hubiera pasado. Me duele mucho”, confesaba.

La joven ha querido dar una lección de visibilidad y un toque de atención sobre cómo se trata esta realidad. “El acoso escolar es un tipo de maltrato, que nadie se olvide”, advertía.