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Aurah llegó anoche a First Dates dispuesta a encontrar el amor, y, a poder ser, con alguien que entienda su trabajo y su forma de ver la vida. En concreto, se dedica a leer el tarot, y como presentación dejó una carta de esta baraja sobre la barra.

Su cita fue Javier, quien se definió como vidente. Es un hombre polifacético, y aseguró que lee el futuro, pero también es tanatopractor, y arregla cadáveres antes de que lleguen al cementerio. Una vocación que descubrió cuando falleció su padre y comprobó lo bien que lo habían dejado. Además, hace monólogos, y tiene un canal de YouTube.

La primera impresión de Aurah no fue muy positiva. No le gustó el aspecto de su cita, que llegó con un conjunto de pantalón y camisa muy coloridas, rematado todo con un gorro que entregó a Carlos Sobera para que se lo guardase cuando se sentó a la mesa.

La charla durante los platos giró, como era de esperar, alrededor de las profesiones de cada uno. Javier sintió cierta envidia sana de su acompañante, que se podía dedicar exclusivamente a leer el tarot, pues él tiene que hacer muchas cosas. Ella creía, en ese sentido, que debía focalizarse, y no tocar tantos palos. Te veo muy disperso”, le advirtió.

Aurah llegó a preguntar por alguna experiencia paranormal que haya vivido. “Me ha pasado de levantarse un difunto cuando le estoy maquillando”, respondía Javier. El tanatopractor hablaba mucho, y su cita llegó a pensar que es “todo lo opuesto” a ella.

Aurah y Javier en 'First Dates'.

A la hora de decidir si tendrían una segunda cita, Javier no lo dudó: sí quería seguir conociendo a Aurah. “Iba a decir que no, pero sí. He estado muy a gusto, muy cómodo”, aseguraba. Aurah le preguntaba que por qué iba a decir que no, y el vidente tuvo que aclarar que era una broma, “para picar, que haya tensión”.

Ella, para sorpresa de todos, dijo que también quería seguir conociéndolo, pero con una aclaración. “Sí, con matices. No he sentido esa atracción, esa química de principio. Pero he estado muy cómoda contigo. No es fácil encontrar con quién hablar de estos temas, y en principio podemos seguir conociéndonos”, afirmaba.

Javier recuperó su gorro dispuesto a salir acompañado de Aurah. “Vámonos a cazar fantasmas esta noche por ahí”, le proponía ella, y ambos sacaron unas pistolas de agua que chocaron para cerrar el trato.