Dado que el mayor peligro para la economía es la inestabilidad e ineptitud política, cualquier noticia que las disminuya será buena para la economía. Por eso me ha parecido que la mejor noticia económica de los últimos tiempos es el anuncio de Puigdemont de que se retirará de la política si no llega a President.

Si eso ocurre la estabilidad política de Sánchez se debilitará ¿Eso podría ser un inconveniente? La inestabilidad nunca es buena para la economía. Pero no en este caso. Porque como ya he defendido en este medio: la macroeconomía va bien a pesar de Sánchez.

En 2024 creceremos más, entre el 2% y el 2,5% (o más) del PIB. Afirmación que vengo defendiendo desde hace meses contra la opinión de muchos de mis colegas economistas y organismos internacionales que anunciaban crecimientos alrededor del 1,5%/1,8%. Poco a poco me van dando la razón. Casi todos los estudios varían sus previsiones al alza conforme pasan los meses.

La última ha sido la AIReF que ya pronostica que será más del 2%. Bajará el paro registrado y el déficit público. Lo que no es tan seguro es que reduzcamos la inflación por debajo del 3,5% a pesar del inmejorable comportamiento de los precios de la energía.

Pero todo eso, repito, a pesar de la presidencia de Sánchez. Lo hará nuestro sector turístico con más de 84 millones de personas extranjeras visitándonos y mucho movimiento de los nacionales. Lo hará nuestra exportación, que ha sido uno de los motores de 2023, según Funcas.

Los ciudadanos españoles, incluidos los que viven en Cataluña, dependemos de los votos sensatos de los catalanes

Faltaría que lo hiciera también la inversión privada, extranjera y nacional. Y ahí es donde la retirada definitiva de Puigdemont sería un viento de aire fresco, alejando la inestabilidad a largo plazo del país y acercando la inestabilidad a corto plazo de Sánchez.

Así que, los ciudadanos españoles, incluidos los que viven en Cataluña, dependemos de los votos sensatos de los catalanes.

Por favor, catalanes: ¡No nos defraudéis! Votad con la cabeza y con el bolsillo. Un bolsillo que siempre ha sido un criterio importante en la querida Cataluña. Nos irá a todos mejor si el “fugado/amnistiado” se retira a su casa a descansar. Su peluquero se lo agradecerá. Los inversores respirarán y si desaparece su runrún de mosca... Podríamos anunciar que se puede crecer cerca del 2,5% o más ¡Qué no pasará si no se jubila!

Puigdemont debe aprender de su idolatrado Casanova, al que llevaba coronas de flores en su día. Cuando el héroe de la guerra de la sucesión -que no la secesión- perdió, se retiró a su pueblo y ejerció de pacífico abogado.

A partir de ese momento, Cataluña entró en un periodo de prosperidad cuando los reyes Borbones permitieron el comercio libre con los virreinatos americanos (que nunca fueron colonias).

Su periodo de estabilidad y crecimiento fue tal que cuando Napoleón quiso invadir España se encontró con la enemiga de los catalanes. Recordemos el Tambor del Bruch.

El anuncio del señor Puigdemont es una puerta a la esperanza

Así que aunque parezca mentira el anuncio del señor Puigdemont es una puerta a la esperanza ¡Ojalá se pueda retirar pacíficamente a su morada! ¡Ojalá pueda vivir tranquilamente ejerciendo su profesión! Le deseo una vida tranquila con su familia lejos del ajetreo de la política.

Vamos, Puigdemont. ¡No sufras más! No creas que eres necesario. Mi padre siempre me dijo que “Don Preciso murió hace mucho tiempo”. Los mesianismos políticos son lo más peligroso del mundo. Siempre traen discrepancias cuando no conflictos más graves.

En otras partes de España, hay gente harta de la tensión

Cataluña siempre ha tenido seni, es decir, capacidad de pacto con sensatez. Su cultura y su energía son una de las riquezas de todos los españoles. Los queremos. ¡Que la política no acabe con esta gran nación (aunque algunos la llamen nación de naciones)!

Hoy, en otras partes de España, hay gente harta de la tensión. Aguantemos un poco más. Veremos como el electorado catalán no nos defrauda.

¿Y si lo hace? Pues a empezar otra vez. La historia nos enseña que, desde los visigodos, siempre ha habido momentos tensiones, pero luego sigue una convivencia muy productiva para los catalanes y el resto de los españoles.

** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.