La puja por Cobre las Cruces y el salto bursátil de Atalaya avanzan una ola de inversión extranjera en la mina
La reducción a un máximo 27 meses para obtener permisos aviva el interés. La joya es Huelva: abrirá un importante nuevo concurso minero en semanas.
14 mayo, 2024 02:06La minería lleva un tiempo expandiéndose en España, pero ahora es cuando se asoma a su verdadero salto de calidad: ser foco de interés de la inversión extranjera, una tendencia que nota ya el sector a raíz de dos movimientos clave: el proceso de venta en la provincia de Sevilla de la explotación de Cobre las Cruces, de la canadiense First Quantum, y el salto hace dos semanas al Mercado Principal de la Bolsa de Londres de la chipriota Atalaya, dueña de Riotinto y que ultima el cambio de su sede social a Andalucía.
Una vez concluida la mudanza, la compañía será la primera empresa minera cotizada en bolsa con sede en Andalucía. "Es un cambio de paradigma", señala a este periódico Marta Cerati, gerente ejecutiva de la Asociación de Empresas Investigadoras, Extractoras, Transformadoras Minero-Metalúrgicas, Auxiliares y de Servicios (Aminer), que representa a las principales compañías del sector de la minería metálica y a su tejido auxiliar asociado en España.
En Aminer están convencidos de que cambiará las cosas por la visibilidad que da a la minería del sur de España tener presencia en Londres. El escaparate es ya de otra magnitud y el efecto llamada se considera inevitable. "Se espera que sea algo pujante para el resto de empresas", subraya Cerati. De hecho, ya les están contactando compañías que no están en Andalucía para pedirles información sobre el sector.
Se nota especialmente en Sevilla. En la localidad de Gerena, donde Cobre las Cruces tiene el cartel de se vende, hay mucho comprador extranjero que ronda, figurada y físicamente, para interesarse por la venta de esta mina, de la que First Quantum ha decidido desprenderse para cuadrar sus cuentas.
Y algunos de esos interesados, agregan voces del sector, no están actualmente en Andalucía. Sería su oportunidad para entrar en un negocio que vive su mejor momento en décadas. Su facturación supera los 4.000 millones de euros.
La prisa minera de la UE
Cobre las Cruces se ha convertido en caramelo para quien quiera lanzarse. De este yacimiento salía el cobre más puro del mundo, con un 99,99%, y de aquí se planeaba extraer cobre, zinc, plomo y plata durante al menos 18 años.
Para ello será necesario llegar con una inversión de más de 700 millones para poner en marcha el proyecto, lo que hace deducir que el caballero blanco que aparezca tendrá que ser especialmente sólido, y no pocas voces sugieren que es más factible que sea un nuevo actor internacional.
Sea quien sea, lo que es seguro es que el nuevo dueño encontrará un escenario que ha cambiado radicalmente en menos de tres años.
¿Por qué? La Unión Europea acaba de alumbrar la ley de materias primas críticas, que persigue reforzar la autonomía de los 27: la idea es que el bloque sea capaz para 2030 de extraer de su propio territorio el 10% de las que consume al año, procesar el 40% de esa demanda y reciclar el 25%.
Se busca dejar de depender tanto de países terceros como China, de donde llega el 93% del magnesio; Turquía, al que se compra el 98% del borato o Chile, de donde procede el 78% del litio.
Pero, sobre todo, que sea rápido. La ley reduce a 27 meses, por ejemplo, el tiempo máximo para los procesos de autorizaciones de extracción o los 15 meses en proyectos de procesamiento y reciclaje de materias primas críticas.
"Antes podíamos estar hablando de unos ocho o diez años", recuerda Cerati, que apuntala: "Eso ya da seguridad a las empresas, porque se reducen drásticamente estos tiempos".
¿Cuáles son las materias primas críticas? La lista se compone de una treintena de materiales como litio, níquel, silicio, magnesio o paladio. Andalucía tiene bajo su suelo 17 de esos materiales, esencialmente en la rica Faja Pirítica Ibérica, situada en las provincias de Sevilla y Huelva. Por eso aquí se está desatando la carrera de empresas en busca de más yacimientos.
Carrera de concursos mineros en Andalucía
Si Cobre las Cruces y Atalaya son avanzadilla, las otras pistas de lo que viene están en los concursos mineros de exploración abiertos en Andalucía. Son los primeros en una década y afectan a más de 360 derechos mineros caducados de recursos minerales metálicos, minerales industriales, piedra natural y rocas ornamentales en todas las provincias, salvo Huelva.
Aquí el proceso se abrirá en semanas y la expectación es máxima. "Es la zona minera por excelencia", razona Cerati, y será el termómetro definitivo de lo que está por venir.
"Tenemos una expectativa muy, muy buena, muy positiva. De hecho, todo el mundo no para de preguntar por ello", sostiene la gerente de Aminer, a la que no le parece descabellado que ese inminente concurso supere el interés visto en la competición por los permisos para investigación minera en Sevilla, que ha congregado a 14 empresas.
Algunas voces del sector definen lo que está sucediendo como "una fase agresiva de exploración". Cerati advierte de la tendencia. "¿Que en los concursos han pujado empresas de aquí? Sí, pero también tenemos de fuera", señala.
Un ejemplo es la canadiense Pan Global, que ha participado en el concurso sevillano a través de su subsidiaria Minera Sabina, en un proceso habitual en este tipo de situaciones: empresas júnior logran permisos, siguen investigando y después dan entrada a un grupo mayor que asume las riendas del proyecto una vez éste sea maduro.
Es lo que sucedió por ejemplo con la mina de Aznalcóllar, que se prepara para reanudar operaciones con Minera los Frailes, sociedad de Grupo México y Minorbis. Las posibilidades son inmensas: no se trata solo de lanzarse a buscar yacimientos de forma más ágil administrativamente, es que se pueden encontrar más minerales.
La tecnología actual permite llegar mucho más profundo. En Aznalcóllar, donde esperan los últimos trámites para arrancar, planean llegar hasta los 450 metros de profundidad, "150 más" de lo que se introdujeron en la tierra sus antecesores, la malograda Boliden. Es una distancia que equivale a cinco veces el Edificio Telefónica.