Música

Da que pensar

18 enero, 2007 01:00

Canarias tiene la ventaja de ser uno de los pocos festivales que hay en invierno y este año cuenta con una programación impactante. Pero no voy a alabar al anfitrión, que bien lo merece, sino a plantear inquietudes a su nueva dirección. Creo que lo primero que se debe hacer en estos casos es reflexionar sobre dónde se está, cómo se ha llegado hasta aquí y adónde se quiere y es posible llegar. Algunas observaciones de hechos constatados habrían de ayudar en el análisis. Había muchos sitios libres tanto en la sesión inaugural con el War Requiem de Britten, una obra de enjundia de las calificables como "no fáciles", como en la segunda, de carácter popular y fuera de abono a precios reducidos, con soprano, coro y orquesta para un programa lírico fácil y de gancho. Tanto como un 30% del aforo, ya no excesivamente grande, del Auditorio Alfredo Kraus. ¿Cuáles pueden ser las causas? Queda claro que no los precios. ¿Acaso días laborables alejados del fin de semana? ¿Acaso la dificultad de la obra en el primero? ¿Y en el segundo? ¿Sería el relativo atractivo de volver a escuchar a las agrupaciones locales propias? ¿Es que sólo se funciona a través de abonos y los espectáculos libres no atraen socialmente? Recuerdo ediciones anteriores en los que grandes orquestas y directores tampoco consiguieron llenar. Resulta sorprendente cuando ya se va por la XXIII edición y, por tanto, el Festival habría de estar más que consolidado. Parece necesario hallar algunas respuestas.

Se habla de ahondar en la internacionalización de su público, promocionándolo más en el exterior. ¿Es seguro que el turista canario extranjero se interesa por la cultura como para combinar un "todo incluido" en el sur con un concierto con los Guerrelieder? Creo sinceramente que la Península está más cerca y en ella sí puede haber público interesado en algunas cosas. Sería conveniente buscar adecuadamente ese público y esas cosas, además de eliminar imágenes de elitismo y aumentar las bases locales potenciales con una apertura de la programación a otras músicas. Algo, desde luego, hay que retocar.