“Be thankful I don´t take it all” George Harrison


Estamos acostumbrados a escuchar que la solución al déficit y los desequilibrios de España es… subir los impuestos. No nos vale que, desde 1980, España siempre haya consumido más recursos de los que recaudaba –menos en tres años, los de la brutal burbuja inmobiliaria-. Y eso que la historia, las matemáticas y la estadística están contra los mantras de los radicales.

En España hay 615.000 contribuyentes que se puedan considerar “rentas altas”, el que piense que 615.000 van a sufragar decenas de miles de millones de gasto político tiene un problema. En el récord de recaudación por fraude se han ingresado 15.600 millones de euros, menos de un 20% del déficit anual. Ya comentamos el fracaso de las políticas de los ayuntamientos y comunidades del “cambio” aquí

Navarra es un caso paradigmático del desastre del mal llamado “cambio”. Porque llamar “cambio” a subir los impuestos y gastar más es como llamar “nuevo” a Rod Stewart.

Es tal el postureo que el ayuntamiento de Madrid se ha adjudicado como “suyas” el aumento de inversiones de fondos de capital riesgo de Canadá o Luxemburgo y la inversión financiera en inmobiliario (Socimi). Enternecedor.

Navarra es un caso paradigmático del desastre del mal llamado “cambio”. Porque llamar “cambio” a subir los impuestos y gastar más es como llamar “nuevo” a Rod Stewart. Y a mí me duele especialmente por ser la tierra de parte de mi familia.
A pesar de que Unión del Pueblo Navarro ganó las elecciones, Bildu y Geroa Bai, con Podemos e Izquierda-Ezkerra se aliaron para gobernar “por el cambio”.

El “cambio” en Navarra significa menos ingresos, más deuda, más paro y menos empresas. Lo explica el Think Tank Civismo en un informe demoledor elaborado por Ángel Martínez (“El Cambio Llega a Navarra”).


Más impuestos, menos ingresos


Siempre comento que la historia de errores en estimaciones de ingresos por nuevos impuestos es aterradora. La media de equivocación en estimaciones de ingresos, según el BCE, supera al 1% del PIB. En este periodo, el Ejecutivo navarro ha acometido una reforma fiscal para aumentar la recaudación. Concretamente, las estimaciones que manejaban eran de un aumento de 127 millones de euros en 2016 y 72,5 millones en 2017. Hasta abril, los ingresos han caído en 12 millones, un 1% menos. Un exitazo.


Subieron el IRPF a todos las rentas brutas de más de 19.500 euros. Eso son, para ellos, “los ricos”. Según datos de Civismo, un mileurista paga en 2016 hasta 436 euros más por el Impuesto sobre la Renta en Navarra que en Madrid. Y, como parte de su “política social”, tener hijos en Navarra supone un recargo fiscal frente a Madrid que va desde el 4,8% hasta el 126%. Con una renta por debajo de 16.000 euros brutos y dos hijos, en Navarra se pagan hasta 500 euros más en concepto de IRPF que en Madrid.


Navarra subió el Impuesto de Sociedades al 28% mientras en el resto de España se reducía al 25%. La consecuencia… Menos empresas constituidas. Mientras en casi todas las Comunidades Autónomas crecía el número de empresas, en Navarra caía en el primer trimestre de 2016 con respecto al mismo periodo de 2015.


Más gasto y más déficit


En cambio, sí hemos visto un aumento en los gastos de 55 millones hasta el mes de abril de este año. Un 5% por encima del mismo periodo del año anterior. Así, Navarra ha pasado de tener un superávit en el primer cuatrimestre de 2015 de 55 millones, a un déficit de 13 millones, lo que presagia un nuevo expolio fiscal a familias y empresas.

Es una de las pocas Comunidades Autónomas (con Andalucía, Asturias, Cantabria y Extremadura) que han empeorado su ejecución presupuestaria con respecto a 2015, un año que ya de por sí fue pobre. En 2015 Navarra ya tuvo una desviación por exceso de gasto de 25,8 millones sobre el objetivo de déficit. Incluso con el régimen foral. En el primer trimestre de 2016 la deuda pública ha aumentado el doble (193 millones) que el año anterior.

La decisión consciente de poner palos en las ruedas de la economía y la obstinación por atacar la creación de riqueza no es irrelevante. Tiene consecuencias a corto, medio y largo plazo.

Más paro

Desde que el nuevo Ejecutivo llegó al poder, el desempleo no ha dejado de aumentar, pasando del 12,55% en el segundo trimestre de 2015 al 14,25% en el primer trimestre de 2016. En un periodo en el que España seguía creando empleo por encima del PIB nominal.


Lo peor de estos datos es que se están dando en un periodo expansivo, con una economía nacional que crece y que crea empleo. La decisión consciente de poner palos en las ruedas de la economía y la obstinación por atacar la creación de riqueza no es irrelevante. Tiene consecuencias a corto, medio y largo plazo.

Una tierra próspera y de oportunidades como Navarra no puede ser un experimento de intervencionismo que termine con el estancamiento clientelar que empobrece a todos excepto a los que se reparten lo que queda del expolio.

El cambio no es copiar a Grecia y esperar que salga distinto. El cambio es apostar por crear más empresas, más riqueza y más empleo. La única política social es aquella que hace que el empleo crezca. Un año les ha bastado para echar a empresas, recaudar menos subiendo impuestos y destruir empleo. La culpa, según algunos, será de Rajoy, seguro.