Mari Cruz Soriano empezó en la radio cuando sólo tenía 17 años.

Mari Cruz Soriano empezó en la radio cuando sólo tenía 17 años. Gtres

Famosos MUJER DE JUAN ALBERTO BELLOCH

Mari Cruz Soriano: el ocaso de una presentadora

Considerada la 'Eva Perón' del Ebro, acaba de ser condenada a 18 meses de cárcel. Su noviazgo con un político no logró enturbiar la carrera que se labró en los años 70 y 80.

25 junio, 2017 21:43

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Llevaba años alejada de la pequeña pantalla, pero este domingo volvía a aparecer en ella, aunque no por méritos profesionales. La presentadora Mari Cruz Soriano (61 años) ha sido condenada por la Audiencia de Tarragona a 18 meses de cárcel por derribar una casa rural para construir un chalé en suelo no urbanizable en El Perelló, en Tarragona. La noticia venía a empañar una carrera que, aunque hace tiempo que dejó de ser mediática, se había fraguado en la discreción y la rigurosidad periodística. Ni siquiera su enlace con el político y exministro Juan Alberto Belloch logró enturbiar lo que sí ha hecho esta decisión judicial.

[Más información: 18 meses de cárcel a Mari Cruz Soriano, esposa de Juan Alberto Belloch, por construir un chalé ilegal]

Y es que Mari Cruz Soriano, periodista y pianista, comenzó a trabajar muy joven. Tanto, que con sólo 17 años se estrenó en la Cadena COPE de Bilbao como locutora. Unos años después saltó al Centro Territorial de TVE para presentar los informativos. Su fama comenzó entonces, y se consolidaría después, cuando se hizo cargo también de un magazine de entrevistas llamado Gente hoy, formato que marcaría su trayectoria posterior. También fue el principio de su reconocimiento como conductora, pues fue entonces cuando empezaron a llover premios, como el del TP de Oro a la Mejor Presentadora.

Mari Cruz Soriano condujo numerosas entrevistas y actuó en sus propios programas.

Mari Cruz Soriano condujo numerosas entrevistas y actuó en sus propios programas. Gtres

Tras presentar varios festivales de música, como el de la OTI o el de Benidorm, condujo alguna que otra gala de Fin de Año. Sin embargo, su éxito no vino sólo por su savoir faire como presentadora, sino que triunfó en el otro lado de estas galas, es decir, como artista. Sus discos escalaban puestos en las listas de ventas casi tan vertiginosamente como lo hacía su fama de presentadora.

No es extraño entonces que le ofrecieran un espacio en la pequeña pantalla en el que podía mostrar sus dotes tanto de conductora como de pianista, al mismo tiempo. Así, llegó Blanco y Negro.

Mari Cruz Soriano - Sueños ( Dreams )

Tras unos años de triunfos profesionales, que se prolongaron desde la década de los 70 hasta mediados de los 80, Mari Cruz Soriano dejó, poco a poco, de aparecer en televisión. Se recicló entonces como empresaria y prefirió dedicarse a otros menesteres, a la espera de que le llegara una nueva oportunidad en los medios de comunicación, algo que ocurriría tras el fallecimiento de Encarna Sánchez, a mediados de los años 90.

El destino quiso que regresara a la misma cadena radiofónica en la que había debutado, la que la vio nacer como periodista, la cadena COPE. Aquí condujo el programa La tarde durante varios años. Fue una carambola del destino, sí, pero también del amor, porque fue aquí donde conoció al político Juan Alberto Belloch (67), exministro socialista de Justicia y del Interior y en aquellos momentos futuro alcalde de Zaragoza.

Con él se casó en segundas nupcias en el año 2002. Su romance provocaría su alejamiento de las ondas. A partir de aquel momento pasó a un discreto segundo plano mediático, tan sólo interrumpido por alguna entrevista esporádica concedida en televisión, como en 2012, cuando acudió al programa La Noria.

Mari Cruz Soriano, el día de su boda con Juan Alberto Belloch.

Mari Cruz Soriano, el día de su boda con Juan Alberto Belloch. Gtres

En este ostracismo ha permanecido prácticamente hasta ahora, viendo películas en blanco y negro, una de sus curiosas aficiones, o pasear por el campo con su perro. Tres décadas después de su distanciamiento de los platós vuelve a ser noticia, aunque por unos hechos que no le hacen ninguna gracia, y mucho menos cuando ni su trayectoria profesional ni su vida personal la han eclipsado tanto como ahora.