Fachada de la Audiencia Provincial de Sevilla, donde ha sido acusado este ciudadano neerlandés.

Fachada de la Audiencia Provincial de Sevilla, donde ha sido acusado este ciudadano neerlandés. EP Sevilla

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Cinco años de cárcel para el neerlandés que apuñaló y sacó los intestinos a un camarero en la calle Feria

La Audiencia Provincial de Sevilla considera probada su intención de "causar la muerte" a la víctima. Lo ha condenado por un homicidio en grado de tentativa.

7 mayo, 2024 14:30
Sevilla

La Audiencia de Sevilla ha considerado probado que Lofti B., un ciudadano neerlandés apuñaló y sacó los intestinos al encargado de La Bicicletería, un bar de la calle Feria. Lo ha condenado a cinco años de cárcel por delito de homicidio en grado de tentativa. También tendrá que indemnizar a la víctima con 25.441 euros.

Los hechos se remontan al 7 de junio de 2019. No se presentó a dos juicios previos. Por ello, desde Sevilla se dictó una orden de búsqueda y captura internacional que fue estimada por un tribunal de Amsterdam. En el pasado mes de febrero fue entregado a España.

Ahora, la sentencia de la Audiencia Provincial lo ha condenado a cinco años y un día. La sucesión de acontecimientos comenzó cuando Lofti B, que estaba junto a su novia en el bar, fue “expulsado” por el dueño y el encargado “por fumar una sustancia extraña en el interior”.

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El acusado salió “alterado” y quiso entrar en el local. “Empezó a golpear la puerta, lo que motivó que salieran del bar el encargado y otras personas que le recriminaron su actitud”, indica el documento que recoge Europa Press.

En ese instante comenzó una disputa. Lofti B. sacó de su mochila “un machete de 12 centímetros de empuñadura y 16 centímetros de hoja”. El encargado trató de calmarlo, pero “le asestó dos puñaladas, una de ellas con fuerza a la zona abdominal de abajo a arriba, llegando a salir al exterior parte de los intestinos, y otra en la región inguinal derecha”.

"Podía acabar con la vida" de la víctima

La sentencia recoge que el inculpado sabía que “con dichos machetazos en la forma como los ejecutaba y zona afectada podía acabar con la vida” de la víctima. De hecho, siguió “intentando asestarle más puñaladas”, tal como consta en el relato de hechos probados.

A continuación, el acusado huyó y fue seguido por varias personas que habían intentado ayudar al agredido. Cuando lo alcanzaron, tiró el arma, “momento en el que cogió un palo para atacar a sus perseguidores".

La sentencia también considera probado que las heridas causadas “de no haber mediado intervención médica”, le habrían causado la muerte a la víctima.

Por su parte, el acusado, ha argumentado durante el juicio que llevaba el machete y el palo, ya que había pasado unos días de vacaciones en una zona de acampada en Huelva. Hizo noche en Sevilla antes de regresar a su país.

Asimismo, negó haber consumido sustancias estupefacientes en el bar y alegó que fueron expulsados por una confusión. Según explicó, intentó volver a su interior para recuperar sus pertenencias, entre ellas el pasaporte.

Movimiento "aleatorio"

A raíz de ahí, siempre según la tesis del inculpado, se originó una discusión con los empleados del local. Los acusó incluso de agredirle con una piedra en la cabeza. En ese contexto, asegura que sacó el cuchillo para defenderse e hizo un movimiento “aleatorio” con el que alcanzó a la víctima, sin supuesta intención de matar.

No obstante, el tribunal no ha tenido en cuenta esta versión y considera que “la intención homicida presidió su acción, pues con la utilización de dicha arma, la zona del impacto agresor, su contundencia y reiteración, no cabe concluir otra valoración más que estimar que le era claramente previsible al acusado, que con dichas puñaladas el resultado podía ser mortal y aceptó su realización”.

De esta manera, la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla lo ha condenado a cinco años de cárcel y un día por el delito de homicidio en grado de tentativa. La Fiscalía pedía seis años de prisión, la acusación reclamaba diez, mientras que la defensa pedía la absolución o la calificación como delito de lesiones con uso de arma.

El condenado tampoco podrá acercarse a la víctima o comunicarse con él durante siete años y tendrá que pagarle 25.541 euros. No obstante, la sentencia puede ser apelada.