Proyección de 'Los venerables todos' de Manuel Antín en Centro Gallego de Artes de la Imagen - CGAI A Coruña
Ismael, el integrante más inestable y débil de carácter de un supuesto grupo de conspiradores con aspiraciones de poder, sufre constantemente las burlas y el menosprecio del líder del mismo y sus otros compañeros. Todo cambia cuando una mujer de la que Ismael está enamorado empieza a internarse en las lógicas macabras del grupo.
Fue el segundo largometraje de Manuel Antín, luego de La cifra impar, y se basó en una novela inédita del realizador.
Según Antín, se trata de “una descripción subjetiva de la soledad y de la incertidumbre del hombre de Buenos Aires, del no tener nada que hacer y no obstante tratar de llenar las horas. Simultáneamente, es un estudio de caracteres que recorren toda la escala que separa la dominación y el miedo, la fuerza y la debilidad, el mucho mal y el poco bien que hay por este mundo”.
El film siguió fatalmente el destino de la novela que lo inspiró: nunca pudo estrenarse y sólo fue visto ocasionalmente en retrospectivas y por televisión.
Pese a ese fracaso, es uno de los títulos emblemáticos del cine argentino de los 60, en parte por su narración fragmentaria, que sigue un orden emotivo y no lineal, y en parte por la revolucionaria concepción formal que Antin definió con el indispensable aporte del director de fotografía Ricardo Aronovich.