Entrevista

La ajedrecista iraní Sara Khadem: “Las mujeres que luchan con gestos aparentemente pequeños provocan grandes cambios”

Entrevista

“Estoy muy orgullosa de representar a la selección española. Trabajaré para estar entre las tres mejores jugadoras del mundo”

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Se apuntó a una clase de ajedrez siguiendo el consejo de un amigo y el flechazo surgió de inmediato. A Sara Khadem (Teherán, 1997), le fascinó desde el principio la complejidad de este juego, que a lo largo de los años le ha enseñado varias lecciones para la vida, desde la paciencia a la imaginación o el pensamiento estratégico. Pero fue la oportunidad de viajar por el mundo lo que provocó el gran giro en su camino, al permitirle conocer nuevas y diferentes culturas: “Me hizo familiarizarme con otras perspectivas”.

En diciembre de 2022, durante el Mundial de Rápidas de Kazajistán, Khadem se negó a jugar con el velo que imponen las autoridades iraníes. Ante la amenaza de represalias o castigo por parte del gobierno, hizo las maletas y se marchó a vivir a España con su marido e hijo para poder continuar con su profesión en libertad, sin las ataduras ideológicas que oprimen en el deporte y en la calle.

Tiene maneras refinadas, los ojos tremendamente expresivos y habla un inglés rotundo, aprendido a través de las clases en el colegio, de las películas y series y, sobre todo, del contacto con los jugadores de otros países. Desde que en julio de 2023 se le concediese la nacionalidad española, Khadem -se pronuncia Jadem-, ha rehecho su vida en Marbella, lugar al que guarda profundo afecto por sus participaciones en el Festival de Ajedrez de Gibraltar. Hoy es embajadora de la firma Cartier y colma sus días con entrenamientos de hasta cuatro horas al día y desplazamientos en avión para participar en torneos internacionales.

El ajedrez es concentración, análisis, memoria y toma de decisiones. Consiste en comerse la pieza del rey mientras, en el camino, se va devorando a su ejército. Atacar y defender. Defender y atacar. Ante todo, implica estrategia, y ahora Khadem está inmersa en la suya propia.

Aspira a situarse en el top del ránking mundial, en el que llegó a colocarse en el puesto número 12. La pausa durante la maternidad y el cambio de residencia la apartaron temporalmente de su objetivo, pero una vez instalada en España se ha propuesto recuperar posiciones en un deporte que prima la concentración, la constancia y la agilidad. Y la ayuda de sus coaches en la selección nacional está siendo clave en esta nueva etapa: comenzó entrenando con el maestro David Martínez y, desde las olimpiadas, tomó el relevo otro máster, Iván Salgado. ¿Te gustaría volver a competir con los tuyos? “Sí, mucho, aunque ahora no puedo”.

Foto uno de Sara Khadem con el look uno

Vestido en terciopelo negro técnico de DIOR. Bailarina Dior Punk en piel negra de DIOR. Medias de red negras de FALKE. Anillo Trinity en oro blanco, rosa y amarillo de CARTIER. Reloj Tank Louise con caja de oro amarillo de CARTIER.

Khadem forma parte de ese grupo de exiliadas que hoy compite fuera de su tierra para escapar de las persecuciones religiosas que merman en particular y de manera manifiesta los derechos de las mujeres. Dorsa Derakhshani marchó en 2017 a América y Mitra Hejazipour, que en 2019 fue expulsada del equipo iraní por no ponerse el velo para cubrirse la cabeza y los hombros, reconstruyó su camino en Francia y hoy es campeona nacional. Desde la distancia y a través del deporte, todas ellas claman por las libertadas arrebatadas.

A Sara todavía le cuesta hablar español, en parte porque en su entorno es común desenvolverse en la lengua de Dickens. Confiesa también que, cuando se lanza a practicar, los interlocutores responden en inglés por cortesía. El equipo de Magas presente también es culpable.

Foto dos de Sara Khadem con el look uno

La citamos en la Fundación Ortega Marañón de Madrid, un entorno que rememora y ensalza los anhelos de cambio y mejora social. Antigua ‘Residencia de Señoritas’, este lugar acogió en 1915 el primer centro oficial que fomentó la formación de mujeres en la enseñanza superior, con la humanista María de Maeztu al frente del timón. Hoy, sus espacios y librería, son el escenario de una conversación que mira más al futuro que al pasado.

Sara, llevas casi dos años en España. ¿Qué balance dibujas de tu estancia en el país?

Podría decir que en el balance pesan más los aspectos positivos. Normalmente, cuando la gente emigra de un país a otro se enfrenta a muchas dificultades, y algunas tienen que ver con estar separada de la familia. Pero en este asunto he tenido suerte porque mis padres han podido venir a visitarme. Ahora me siento más como en casa. Y, en general, he sido muy bien recibida aquí.

Recientemente, has ganado una plata con la selección española en la Olimpiada de Ajedrez y has ayudado al equipo a conseguir un resultado récord. ¿Te sientes plenamente integrada en el equipo?

Han sido muy amables conmigo desde el principio. Todo el equipo ha puesto de su parte para hacérmelo fácil, incluso en las reuniones hablan en inglés para que pueda comprender. Para mí fue difícil tomar la decisión de cambiar de federación porque toda mi vida he representado al país en el que nací. Pero me dí cuenta de que en Irán ya no existe una selección nacional como tal y que, por tanto, si cambiaba de equipo, al fin y al cabo no era mi culpa. Ahora, si te fijas en la selección iraní, ves que las jugadoras compiten para otros países como Estados Unidos, Suiza, Francia… Y tengo que decir que me siento muy orgullosa de representar a España.

Foto tres de Sara Khadem con el look uno

¿Crees que venir a España te ha hecho perder oportunidades para ser una mejor jugadora de ajedrez?

Lo importante es que en este deporte no existe una edad determinada para competir. Puedes jugar todo el tiempo que quieras, siempre que lo disfrutes. En mi caso perdí un par de años porque puse mi vida en pausa: primero por los problemas que tuve con el gobierno, también por mi embarazo y mi hijo, y después por la mudanza a España. Todo ello hizo que no jugara tanto como antes. Pero no creo que haya perdido oportunidades para convertirme en mejor jugadora. Solo siento que estoy volviendo a la senda correcta.

Tienes un calendario muy intenso de competiciones. Acabas de regresar de Nueva York y Mónaco y te esperan India y Noruega. ¿Es emocionante, agotador, o ambos?

Es una mezcla de ambas. Viajar es realmente interesante, pero al mismo tiempo es agotador no poder quedarse en un lugar. Nueva York ha sido la ciudad número 40 que he visitado, principalmente por los torneos de ajedrez, pero a veces es agotador.

Foto uno de Sara Khadem con el look dos

Vestido bicolor con cuerpo en crepe negro y falda blanca plisada de ISABEL SANCHIS. Pendientes en oro blanco, oro rosa y oro amarillo de la colección Trinity de CARTIER.

¿Cómo se explica que en este deporte haya un torneo específico para mujeres?

Lo que sucede es que una mujer puede tener una posición muy buena en un torneo femenino, o incluso ser la mejor, pero difícilmente estará entre los cien mejores del mundo. Esta diferencia tan grande tiene varias explicaciones, pero la principal es que hay muy poquitas jugadoras. Por eso, los torneos femeninos tienen como finalidad animar a cada vez más niñas a jugar al ajedrez y a tomárselo como una profesión. Al conseguir mejor puntuación en una clasificación, se las alienta a sumarse.

Si el ajedrez es estrategia, ¿cuál ha sido la más importante de tu vida?

El ajedrez te enseña desde el principio a predecir tus próximos movimientos, a calcular, a analizar y a detectar todo lo que está sucediendo a tu alrededor, y estas son las cualidades que se pueden aplicar a la vida. Pero no puedo decir que tenga una estrategia en particular. Trato de dejarme llevar, soy una persona tranquila en general.

Foto dos de Sara Khadem con el look dos

Simbología y deporte

El origen del ajedrez bascula en algún punto entre la India e Irán, de ahí la afición nacional hacia este deporte milenario. Sin embargo, en las últimas décadas, el tablero ha sido víctima de las políticas ideológicas más fanáticas: tras la Revolución de 1979, el ayatolá Jomeini prohibió el juego, lo que dio lugar a exilios y partidas en la clandestinidad. Y, aunque se acabó revocando esta fatwa -edicto religioso-, la sucesión de acontecimientos han ido mermando el potencial de la selección.

El boicot a Israel, que desemboca en que los iraníes se niegan a competir con sus jugadores, sumado a la obligación que imponen las autoridades a las deportistas para que compitan con velo, han provocado la huida forzosa de jugadoras con altísimo potencial.

De manera generalizada se considera que el deporte es un terreno neutral. Pero, cada vez con mayor frecuencia, vemos como ciertos deportistas lo utilizan para lanzar mensajes sobre los abusos contra los derechos humanos. ¿Crees que debería continuarse esta senda o es mejor mantener la neutralidad?

Comúnmente se dice que deberían estar separados, pero hoy en día todo es política. Al fin y al cabo, los deportistas trabajan duro porque sienten que tienen un compromiso y responsabilidad hacia la sociedad. Y esta, luego, les da el apoyo. Por eso va en ambos sentidos. En mi caso, siempre recibí el respaldo de la gente, así que sentí que yo también debía corresponder.

Foto dos de Sara Khadem con el look cuatro

Chaqueta de seda de esmoquin de DSQUARED. Body de cuello alto de punto de WOLFORD. Anillo de oro amarillo Clash de CARTIER. Anillo en oro amarillo, oro rosa y oro blanco en forma de cojín Trinity de CARTIER. Reloj Tank Louise con caja de oro amarillo de CARTIER. Pendientes en oro blanco, oro rosa y oro amarillo de la colección Trinity de CARTIER.

En este sentido, ¿qué te parece que países como Arabia Saudí alberguen la Copa Mundial de la FIFA 2034? Numerosas organizaciones han denunciado su celebración por el atropello a los derechos humanos.

Entiendo que muchas organizaciones relacionadas con los derechos humanos se quejen de este tipo de decisiones, porque es cierto que todavía hay muchas cosas que mejorar. Pero hay que entender que un país como Arabia Saudí, que tenía uno de los gobiernos más restrictivos del mundo, está caminando hacia el cambio y devolviendo a la sociedad parte de sus derechos, especialmente con las mujeres. Así que no sabemos si cuando llegue la FIFA, existirá una sociedad más moderna.

Hace unos diez años, en Irán siempre decíamos ‘vale, tenemos reglas estrictas, pero al menos no somos como Arabia Saudí’. Ahora vemos que el país está haciendo todo lo posible para promover un cambio: se están rompiendo muchas reglas, dando conciertos, apoyando a las mujeres… Y todo está sucediendo de manera muy rápida. Por eso, cuando se ve que una sociedad camina en este sentido, es bueno apoyarlo.

En este sentido, a los 18 años viví un debate similar, pero a diferente escala. Irán acogía el campeonato mundial femenino de ajedrez y se desató una campaña para boicotear el torneo por los mismos motivos. Disuadían a la gente de venir. En aquel momento, estuve en cierto modo de acuerdo con la idea de celebrarlo porque el gobierno nunca había destinado un presupuesto tan grande a este deporte. Pensé que era bueno para las mujeres y, al mismo tiempo, significaría una advertencia. Ahora no sé si volvería a hacerlo.

Foto uno de Sara Khadem con el look cuatro

Sara, ¿cómo fue la decisión de competir sin velo? ¿Consultaste con alguien? ¿Cuán premeditado fue?

Se lo comenté a mis padres y lo consulté con mi marido, porque es la persona a la que más afectaría. No fue una decisión tomada de la noche a la mañana, ya que el efecto sería muy grande (y, de hecho, lo tuvo), pero fue algo que siempre sentí que debía hacer. Al principio, cuando te dicen que tienes que usar el velo, aceptas y cumples la regla. Hasta que ves cómo es el mundo real y decides llevar a cabo pequeños movimientos. Tanto en el ajedrez como en otros ámbitos, las mujeres empezaron a quitárselo. Y entendí que debía dar el paso. Si seguía poniéndomelo, de alguna manera significaba apoyar al gobierno, y es algo que no tenía intención de hacer.

Una vez tomas la decisión y vienes a España, ¿temes en algún momento por tu familia en Irán?

Tenía miedo de que no pudieran viajar, pero afortunadamente no ha ocurrido así.

Cuando se apagan las luces, a tantos kilómetros de distancia, ¿sientes algún tipo de miedo, en lo personal o profesional?

Al principio sí me venían a la cabeza ciertos pensamientos, pero ahora no, porque soy más estable y estoy centrada en jugar al ajedrez. Intento fluir lo máximo posible.

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En tu caso has convivido con un doble papel: al de competir como deportista, se suma el haberse convertido en un símbolo para muchas. ¿Cómo combinas ambas facetas?

Nunca me he visto como un símbolo, y no creo que tenga ese papel, porque todos los cambios que están sucediendo no vienen promovidos por una sola persona. Hay muchas mujeres que están haciendo todo lo posible para impulsar este giro. En mi caso, sentí responsabilidad por mi profesión en el ajedrez e intenté actuar de la manera que creía correcta para provocar un efecto en las personas que me veían. Pero nunca me vi como un símbolo.

¿Qué papel han tenido tus padres en todo este proceso?

Tuve mucha suerte de tenerles apoyándome desde el principio. Ambos tuvieron que tomarse un descanso en su trabajo para poder acompañarme a las clases o a los torneos. Pero lo más importante es que me dejaron tomar mis propias decisiones, y eso mismo es lo que le quiero enseñar a mi hijo.

Foto dos de Sara Khadem con el look tres

Mujeres en Irán

La valentía del gesto de Khadem durante aquel Mundial en Kazajistán se sumó al de otras tantas mujeres que se atrevieron -y siguen hoy- a desafiar a un régimen que se empeña en callarlas y ocultarlas. El asesinato de la joven Mahsa Amini, que fue detenida por la Policía de la moral por llevar un velo “mal colocado”, desató la revolución ‘Mujer, Vida, Libertad’. A raíz de este impulso transformador, miles de ellas comenzaron a salir a la calle sin cubrirse el pelo, desafiando la ley y arriesgándose al castigo. Una desobediencia civil que lideraron principalmente las chicas jóvenes.

¿Eres consciente de que tal vez tú y otras muchas estéis provocando un efecto dominó en las generaciones jóvenes, y que estas pueden crecer con nuevas referencias? Cada pequeño paso es inspirador para otras.

¡Por supuesto! En mi caso, tuve el coraje de actuar de esta manera porque me inspiré en otras personas más jóvenes. Normalmente es la generación mayor la que se pone en pie y los demás aprenden de ella, pero en Irán se dio de otra manera: fueron las niñas de 15 años las que empezaron a actuar desde la escuela, salieron a las calles, arriesgaron sus vidas. Y ahora todas las están siguiendo. Su valentía es conocida en el mundo, y esto podría causar un gran resultado en el futuro.

Foto uno de Sara Khadem con el look tres

Chaqueta de lana y seda, falda de seda con cola y zapatos en piel brillante de MICHAEL KORS. Medias sostenibles de FALKE. Pendientes en oro amarillo Clash de CARTIER.

¿Puedes mencionar el nombre de aquellas que te han inspirado?

Sí, todo empezó con Massa, por supuesto, y después vinieron muchas otras jóvenes que salieron a la calle a defenderla. Mira este vídeo [muestra su teléfono móvil]. Es Parastoo Ahmadi, una cantante muy talentosa, anoche dio un concierto en este lugar histórico de Irán, sin pañuelo, rompiendo todas las barreras. [Al poco tiempo fue detenida y, tras dos semanas, puesta en libertad].

Es increíble ver a tantas mujeres luchar con gestos que son aparentemente muy pequeños, pero que provocan grandes cambios. Por eso no me gusta hablar de mí o del torneo en el que decliné participar, porque son muchas las que están peleando por un gran cambio, y eso es lo verdaderamente inspirador.

¿Cómo ves todo el apoyo, incluso en la parte occidental del mundo, hacia las mujeres iraníes? Hace dos años, tras el asesinato de Mahsa Amini, miles de europeas se cortaron el pelo en señal de solidaridad. ¿Qué impacto tuvo este gesto?

Es muy importante que se reconozca un movimiento. Todos a mi alrededor vieron este gesto y, al menos, ayudó emocionalmente saber que nos estaban reconociendo en el resto del mundo. La gente estaba feliz de ver lo que estaba ocurriendo, se sintió arropada al recibir todo este apoyo, pero lamentablemente esto no sirve para que el gobierno cambie las reglas.

Foto uno de Sara Khadem con el look cinco

¿Qué es lo que más echas de menos de Irán?

Me gusta Irán y la vida que tenía allí. Es mi hogar, y lo extraño. Pero, al final, la decisión de marchar fue mía. Tuve la oportunidad de mudarme a los Estados Unidos a estudiar a los 18 años gracias al ajedrez, igual que muchos otros jugadores. Ya pasaba la mitad del año viajando, y la otra mitad solo deseaba quedarme en casa con la familia. Después, con los cambios que sucedieron en el país, ya no fue posible. En cualquier caso, trato de pensar en la parte positiva: me siento afortunada porque todavía puedo ver a muchos de mis seres queridos.

Foto dos de Sara Khadem con el look cinco

Vestido blanco con escote simétrico de MARCOS LUENGO. Guantes largos en piel de GUANTE VARADÉ.

¿Cómo te gustaría verte dentro de diez años?

Tengo dos planos: en lo profesional y personal. Respecto a lo primero, me gustaría estar entre las tres mejores jugadoras del mundo, y haré todo lo que pueda en los próximos años para lograrlo. Ojalá suceda. En lo personal, trataré de seguir fluyendo y espero poder continuar haciendo las cosas de la manera que considere más correcta.

¿Un mensaje para las generaciones más jóvenes?

Es importante que las chicas encuentren su ambición en la vida y que la persigan, aunque a algunas personas no les parezca lo más adecuado. Si peleas por lo que quieres, tendrás resultados en el futuro.

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Agradecimientos

Agradecimientos especiales a la Fundación Ortega-Marañón.

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