No sé si voluntaria o accidentalmente –probablemente lo primero-, pero Christine Lagarde se podría convertir en protagonista de los mercados. Sus decisiones pasadas, presentes y futuras van a generar muchas oportunidades de inversión tanto desde el lado de la compra el de la venta.

Si se ha equivocado en su previsión -que la inflación volverá a donde estaba antes de la pandemia- la oportunidad más clara es "venderle" cuanto antes los fondos de renta fija que tenga uno en cartera. Actualmente, el BCE es casi el único comprador de bonos europeos que queda en el mercado, especialmente de bonos del sur de Europa.

Si Lagarde se ha equivocado, el BCE tendrá que dejar de comprar. Y muy pocos inversores, particulares o institucionales, van a querer comprar bonos europeos con rentabilidad "cero coma" o negativa si la inflación supera claramente el 2% cuando se estabilice. Comprarán, sí, pero más barato. Poca parecerá la caída de aproximadamente un 6% de media que han tenido estos productos en lo que va de año.

La otra oportunidad de venta parece más para un inversor experimentado y arriesgado, pero en el fondo es sencilla y no tan arriesgada. Es el siguiente paso lógico si se va confirmando que la inflación no volverá a donde estaba y que el precio de los bonos tendrá que buscar su punto de equilibrio más abajo. Se trata de apostar por la caída en el precio de los bonos europeos.

El primer paso fue vender los fondos de renta fija de medio y largo plazo. El segundo es comprar un fondo o ETF que se beneficie de la caída del precio de los bonos. Lo que se conoce técnicamente como "ponerse corto" es hoy en día tan fácil como comprar cualquier otro fondo o ETF. Solo hay que saber cuál es el producto adecuado.

Si el BCE tuviera que dejar de comprar bruscamente, la caída de los bonos sería importante

Si la señora Lagarde se equivoca los inversores más arriesgados tendrán oportunidades adicionales. Ya estamos viendo cómo varias divisas se están revalorizando frente al euro. Pues a más se equivoque, más se revalorizarán.

Los tipos de interés son el precio del dinero y si en otros países suben esos tipos de interés antes que en la Eurozona, las enormes masas de dinero que se mueven intradía por el mundo irán hacia esas divisas. El mercado suele anticipar esos movimientos, así no hace falta esperar a que ocurran. Y comprar fondos monetarios que invierten en esas divisas es tan fácil como comprar el fondo monetario español más normalito.

Pero hay que advertirlo: en este caso el denominado riesgo divisa es real. Si de repente Lagarde se da cuenta de que poner por delante la financiación de los países del sur de Europa y olvidarse de la inflación puede acabar costándole el puesto, reculará, y en ese caso el euro se recuperaría.

Esto podría ocurrir si Christine Lagarde se percata de que inyectar liquidez por un importe equivalente al 80% del PIB de la Unión Europea, incrementado así la oferta monetaria de la Eurozona a niveles nunca vistos, afecta a la inflación. Y si, además, se percata que el nivel de estímulo económico que viene es histórico y que influye en la demanda y por lo tanto en la inflación, más motivo para que decida reflexionar. Si reflexionara y rectificara, el euro detendría su caída frente a otras divisas.

Por su parte, en ese caso los bonos caerían mucho más. Al no haber preparado al mercado como hizo la Reserva Federal de los Estados Unidos, si el BCE tuviera que dejar de comprar bruscamente, la caída de los bonos sería importante. Y probablemente habría una corrección en las bolsas europeas.

La bolsa norteamericana llevó muy bien el anuncio oficial del “tapering”, porque la comunicación previa había sido excelente. Pero como los inversores “huelan” que Lagarde da marcha atrás bruscamente en su visión híper optimista sobre la inflación asistiremos a un “tonto el último” (el último que venda sus bonos europeos con sus cupones negativos o insignificantes).

Así que a los asesores financieros nos va a tocar estar pendientes de todo lo que diga o comente no sólo Christine Lagarde sino también quien mi opinión está actuando de lanzador de globos sonda, el señor De Guindos. Que, por cierto, creo que habría hecho un trabajo mucho mejor al frente del BCE que la actual inquilina.

A la señora Lagarde hay que darle el beneficio de la duda. Y no es poco, porque hay que ser muy generoso para pensar que con una inflación superior al 4% y con la subyacente superando el 2%, acierte en que volverá donde estaba. Por si acaso, nosotros hace tiempo que recomendamos a nuestros clientes –y en estas páginas- evitar todo tipo de fondos de renta fija de medio y largo plazo. Y a los más lanzados les recomendamos que apostaran contra el precio de los bonos.

Con muy buenos resultados, por cierto. Mantenemos ambas recomendaciones, porque pensamos que tarde o temprano Christine Lagarde tendrá que dejar de comprar bonos y el mercado perderá a su, con diferencia, mayor compradora.

*** Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance.