Con la última reforma de las pensiones, ya son cuatro las reformas realizadas en los últimos años, con el objetivo de reducir el incesante aumento del gasto de las pensiones e intentar hacer sostenible el sistema de pensiones. Una misión realmente muy complicada y que supone uno de los principales riesgos de la economía española, más aún cuando el nivel de deuda en relación con el PIB es ya superior al 120%.

Las medidas adoptadas hasta ahora van por la vía de la ampliación del periodo base para el cómputo de la jubilación, la penalización a los trabajadores que quieran adelantar su edad de retirada y el retraso de la edad efectiva de jubilación. Pero todas estas reformas solo van poniendo parches y dando patadas hacia adelante al problema, ya que ningún gobierno se atreve a adoptar medidas de calado que resuelvan este asunto a largo plazo, en un asunto tan sensible electoralmente.

Cuando los distintos ministros que han pasado por el cargo afirman que no se producirán recortes en las pensiones, nosotros tenemos serias dudas, ya que consideramos que no hay manera de financiar exclusivamente con dinero de las arcas públicas el gasto futuro en pensiones, por los siguientes motivos:

Envejecimiento de la población: Actualmente hay menos de trabajadores por cada jubilado (1,96 para ser exactos) y en los próximos años esta proporción continuará bajando hasta bajar a cerca de un trabajador por cada jubilado.

Aumento de la esperanza de vida: En 1980 la esperanza de vida era de 75 años, por lo que el sistema tenía que pagar de media 10 años de pensiones. En 2016 la esperanza de vida había aumentado hasta los 83 años, por lo que el periodo de cobro de las pensiones era de 18 años.

No hay manera de financiar exclusivamente con dinero de las arcas públicas el gasto futuro en pensiones

En 2040 se estima que la esperanza de vida suba hasta los 87 años, por lo que aun con el alargamiento de la edad de jubilación hasta los 67, el sistema de pensiones tendrá que estar pagando a los pensionistas durante 20 años.

Aumento del gasto de pensiones: El aumento del número de pensionistas, junto con el aumento de la pensión media que recibe cada uno de ellos, supone que el gasto en pensiones aumente en un 0,5% más sobre el PIB anualmente.

Y el Estado tiene dos formas para seguir pagando las pensiones:

1) Mediante el aumento de impuestos: El problema es que, si cogemos los datos de IRPF de 2017, podemos ver que la cuota íntegra pagada por los contribuyentes con ingresos superiores a 60.000 euros es de 14.300 millones. De tal manera que, si el Estado decidiera doblar los impuestos a este colectivo, únicamente conseguiría lo suficiente para cubrir el aumento de las pensiones de tres años.

2) Recortar gastos: Si vemos las cuentas públicas, el 85% del presupuesto se dedica a políticas sociales y sueldos de los funcionarios, policías... El otro 15% se dedica a partidas como defensa, medioambiente, vivienda, cultura y gasto en infraestructuras, por lo que parece difícil recortar gastos sin un profundo cambio o sin tocar las pensiones.

Por tanto, en estos tiempos que corren, y de cara al medio y largo plazo, creemos que contar con un plan de pensiones o alguna otra forma de ahorro va a ser lo único que nos ayude a mantener nuestro nivel de vida durante los merecidos años de la jubilación.

***Antonio Aspas es socio de Buy & Hold