El otro día me preguntaron cuánto sería necesario invertir para alcanzar la “libertad financiera”. La respuesta es a la vez muy fácil y muy difícil. Es muy fácil determinar la cantidad necesaria, pero es muy difícil hacer todo lo necesario para conseguir el objetivo.

Empecemos por lo fácil. Evidentemente, ahora mismo la renta fija queda descartada. Imagínense la libertad financiera que se consigue colocando el dinero en un bono del Estado español a 10 años al 0,5% anual. Y el capital que sería necesario. Así que vayamos por el lado de la renta variable y empecemos por la información histórica disponible.

El índice que mejor representa la evolución de las bolsas mundiales es el MSCI World y ha obtenido un 8% de rentabilidad media anual en los últimos diez años. Pero necesitamos una información más amplia, así que nos fijamos en S&P 500 de la bolsa estadounidense, que tiene un historial superior a 90 años. Ahí, la rentabilidad media anual sube hasta el 10 %.

Si espera al momento en el que se produzca una fuerte corrección, necesitará bastante menos capital inicial

Ahora bien, somos europeos y tenemos que tener cierto cuidado con el efecto divisa, así que vamos a plantearnos una inversión a partes iguales entre ambos índices, con lo que esa rentabilidad histórica bajaría al 9% (media aritmética entre el 8% del MSCI World y el 10% del S&P 500).

Luego hay que considerar la inflación. Este mundo de desinflación e incluso inflación negativa de los últimos -pocos- años no es lo normal. Lo normal es que haya cierto nivel de inflación. Pongamos un 2%, con lo que nuestra rentabilidad real esperada, es decir, nominal menos inflación, no sería del 9%, sino del 7%.

Luego, hay que considerar el momento del mercado. No es lo mismo comprar después de una gran caída que hacerlo ahora. Esto implica un cálculo subjetivo de probabilidades, ya que evidentemente no sabemos cuánto le queda al mercado alcista actual. Pero es un cálculo imprescindible, porque no tiene nada que ver comprar con un importante descuento después de un periodo de pánico que en un mercado con un periodo alcista a sus espaldas.

Sin entrar en los motivos, ya que los he explicado en muchas ocasiones, mi opinión es que a esta tendencia alcista le queda recorrido, pero ha consumido fácilmente el 60% de su potencial. Así que vamos a reducir ese 7% de rentabilidad anual que habíamos calculado a un 5%, ajustando el periodo alcista ya recorrido.

La libertad financiera se puede alcanzar, pero hay que ser realista

Añadamos ahora que demos con un buen asesor que pueda incrementar ese retorno en un 2% o 3% anual, lo cual no estaría mal como alpha (rentabilidad adicional generada por el asesor). Como estamos hablando de muy largo plazo, debería ser factible.

Un paréntesis: todo el mundo que le quiera vender sus servicios le dará cifras mucho más optimistas y le dirá que ellos van a conseguir mucho más. En realidad, eso debería ser para usted la primera señal de peligro, puesto que alguien que miente nunca será un buen asesor.

Hay decenas de estudios que demuestran lo difícil que es simplemente batir a los índices de referencia, así que imagínense sacarle entre un 2% y un 3% de media al año (descontado el coste del asesoramiento). No es probablemente la respuesta que esperaba, pero es la respuesta honesta.

Para obtener esa rentabilidad adicional o alpha, el asesor cuenta con tres herramientas fundamentales: acertar sobre cuándo es el momento de levantar el pie del acelerador -reducir el peso de la renta variable- o pisar a tope, acertar a la hora de dar más o menos peso a determinados sectores y países y, finalmente, acertar en el timing adecuado de cada estilo de gestión (growth vs. value, etcétera). Por ese orden.

Una de las claves de la rentabilidad está en tener la valentía de comprar cuando caen los mercados

Llegados a este punto, entramos en la parte realmente difícil: la psicológica. En primer lugar, porque una de las claves de la rentabilidad está en tener la valentía de comprar cuando caen los mercados. En segundo lugar, porque la mayoría de la gente entra en pánico cuando se producen grandes caídas y vende en el peor momento. Por supuesto que en los mercados hay que saber vender, pero nunca cuando el mercado entra en pánico.

Resumiendo, si pretende alcanzar la libertad financiera y empezar hoy mismo necesita un capital que, generando un 5% de rentabilidad anual media real (descontada la inflación), cubra sus objetivos. Puede aumentar esa cifra al 7% u 8% si cuenta con un buen asesor. Y si espera al momento en el que se produzca una fuerte corrección en las bolsas -que se producirá-, necesitará bastante menos capital inicial (dependerá de cuál sea la corrección), ya que va a comprar barato. Pero, en mi opinión, probablemente tenga que esperar bastante tiempo a que se produzca.

Además, y salvo que tenga usted la autodisciplina de un corredor de maratón, necesitará un asesor que, aparte de darle buenos consejos financieros, sea capaz de convencerle de hacer cosas que nunca haría de forma natural. Como comprar cuando todo el mundo vende o vender cuando todo el mundo compra.

La libertad financiera se puede alcanzar, pero hay que ser realista. Hace falta un capital inicial considerable, un buen asesor y/o una gran autodisciplina. Eso sí: cuanto antes empiece, antes la alcanzará.

***Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance