¿Cómo funciona el mercado eléctrico?

La electricidad no es un bien almacenable (no al menos a gran escala y de forma económicamente viable). Eso implica que se necesite sobrecapacidad (necesitamos tener más capacidad de generar electricidad que consumo pico) y que su gestión se tenga que realizar en tiempo real (generación = consumo).

Ante estas particularidades, y ante la necesidad de que el sistema funcione de forma fiable e ininterrumpida, la decisión sobre qué central debe o no generar electricidad y a qué precio es algo que responde tanto a criterios técnicos (operador de red) como económicos (operador del mercado). Por un lado, se debe primar el ejercicio de la libre competencia para que a los consumidores les llegue el menor precio posible mientras que, por el otro, se debe garantizar el suministro y la estabilidad del sistema en todo momento. Todos queremos llegar a casa y poder encender la luz.

Red Eléctrica de España (REE), gracias a su experiencia y a sus algoritmos de previsión, es capaz de estimar con bastante exactitud la demanda para cada una de las horas del día. Así, los agentes del mercado ya tienen una base sobre la que trabajar con anterioridad.

REE también facilita otra información como el estado de las interconexiones, la indisponibilidad de los generadores y las previsiones de generación renovable. Sin embargo, a pesar de que las estimaciones son realmente buenas, la demanda es algo imposible de predecir al 100%, ya que está sujeta a la variabilidad y las decisiones de los propios consumidores (nunca ponemos la lavadora, ni el horno a la misma hora).

Todas estas variables se concentran en el mercado de producción de energía eléctrica, popularmente conocido como pool.

En el mercado eléctrico diario, los generadores (hidráulica, nuclear, térmica, renovables) presentan diariamente sus ofertas de venta para cada una de las horas del día siguiente (en España, el precio mínimo de oferta es 0 €/MWh, y el máximo 180,3).

A su vez, comercializadoras y grandes consumidores (domésticos e industriales) presentan sus ofertas de compra, es decir, la energía que prevén consumir en cada una de esas horas. La capacidad de las interconexiones internacionales también se incluye como una variable más del mercado.

De forma horaria, el operador del mercado OMIE ordena las ofertas de generación de menor a mayor según el precio de venta (oferta) y de mayor a menor según el precio de compra (demanda). El precio de la electricidad y la cantidad de energía que va a vender y/o comprar cada uno de los agentes se determina a partir de un punto de equilibrio entre la oferta y la demanda. El encargado calcular ese punto de equilibrio para cada una de las horas del día siguiente y teniendo en cuenta todas las variables.

El precio de la electricidad y la cantidad de energía que va a vender y/o comprar cada uno de los agentes se determina a partir de un punto de equilibrio entre la oferta y la demanda.

Como dato importante cabe resaltar que el mercado eléctrico es un mercado marginalista, es decir, independientemente del precio al que haya ofertado un productor, éste recibirá el precio del último productor que haya entrado en el mercado.

¿Cómo se establece el precio horario de la electricidad?

Dada la densidad del asunto, vamos a utilizar un ejemplo para tratar de explicar forma sencilla cómo se casa el precio de la electricidad en el mercado eléctrico. Podemos clasificar las centrales participantes en el mercado en 3 tipos:

1.- Por un lado, tenemos las centrales de generación renovable (eólica, solar, hidráulica), cuyo coste variable es muy bajo (o prácticamente nulo), lo que hace que hagan ofertas muy bajas o incluso a cero euros el megavatio hora. Son instalaciones que tienen un gran coste de inversión, pero que una vez instaladas tienen un coste variable realmente bajo (básicamente los servicios de mantenimiento).

Como excepción podríamos decir que la hidráulica raramente oferta a precios bajos, ya que gracias a su gestionabilidad sus propietarios hacen valer el coste de oportunidad para maximizar sus beneficios en el mercado. Además, las energías renovables que cuentan con una prima o subvención (la mayoría de solar y eólica que tenga más de 5-10 años de vida) terminan cobrando una cantidad (fuera del mercado) por la energía generada (que veremos más adelante).

2.- Por otro lado, tenemos las centrales nucleares, cuyo coste variable es también relativamente bajo (no generar les puede incluso costar dinero) y que por eso ofertan a precios bajos. Al final, detener y volver a arrancar una central nuclear no es algo sencillo a nivel técnico, y no es rentable a nivel económico. Por lo tanto, las nucleares también ofertan a precios muy bajos (o incluso cero) para asegurarse de que su electricidad se vende, sea al precio que sea.

3.- Por último están las centrales térmicas basadas en combustibles fósiles (carbón, gas). En este caso, el coste variable de cada megavatio hora generado sí es importante, ya que depende principalmente del precio que tenga la energía primaria en esos momentos, que se suma al precio que deben pagar por las emisiones de CO2 asociadas a su generación.

Aquí ya, el precio oferta por cada una de las centrales responde a multitud de variables que solo los generadores saben. Lo que sí podemos decir es que el alto precio del CO2 está desplazando al carbón fuera del mercado en beneficio de los ciclos combinados de gas (de hecho, recientemente el carbón ha salido de nuestro mix eléctrico por primera vez desde que hay registros).

Para entenderlo mejor, vamos a hacer un pequeño ejemplo de 4 horas de un hipotético día. Imaginemos, que los precios ofertados para cada una de las horas por las diferentes tecnologías son los siguientes (son precios hipotéticos):

Para cada hora, las ofertas se ordenan por precio ascendente y se van adjudicando hasta que se cubre la demanda. En cada una de esas horas, todos los productores cobran el precio fijado por la última central en entrar al sistema.

Como se puede comprobar, hay horas en las que renovables y nucleares hacen que el precio se quede a cero (hora 1), y otras horas en las que la hidráulica es quien fija el precio a pesar de su bajo coste variable y de que aporta muy poca energía al sistema (hora 2). En la hora 3 y la hora 4, en cambio, son los combustibles fósiles quienes establecen el precio, a pesar de que su aporte total al mix es muy diferente en los dos casos.

Durante muchas horas de la semana del 16 al 22 de diciembre de 2019 nuclear, eólica e hidráulica fueron las encargadas de cubrir la mayor parte de la demanda, lo que derivó en que el precio mayorista de la electricidad alcanzara su precio más bajo desde marzo de 2014, principalmente debido a la gran producción eólica e hidráulica.

Si el precio de la electricidad a veces es cero, ¿por qué nuestra factura no lo es?

Viendo el ejemplo anterior, se puede comprobar cómo hay algunas horas en las que el precio de la electricidad puede ser muy bajo o incluso cero. Estas situaciones ocurren cuando la cantidad de electricidad ofertada a coste cero es superior a la demanda en ese momento.

En cualquier caso, eso no quiere decir que generar electricidad sea gratis, sino que se trata de un momento puntual en el sistema. Además, en principio no es una situación que deba ocurrir de forma asidua, ya que a la larga podría poner en cuestión la rentabilidad de muchas centrales que actualmente nos aseguran el suministro eléctrico.

En cualquier caso, muchos se habrán dado cuenta de que a pesar de este fenómeno, la factura eléctrica que nos llega a casa cada mes no varía demasiado. Los motivos son principalmente dos:

1.- A pesar de que durante 20, 40 o incluso 80 horas al mes la electricidad tenga un precio bajo o cercano a cero, un mes se compone de unas 730 horas, por lo que los precios bajos solo afectarán a esas horas. Además, lo más fácil es que esas horas de bajos precios ocurran durante la noche (al menos antes de que la solar domine el sistema eléctrico), cuando la demanda es baja y entre generación eólica y nuclear pueden abastecer la mayor parte de la demanda. Los consumidores domésticos, en cambio, consumimos nuestra electricidad principalmente por el día.

2.- Solo una parte de la factura de la luz corresponde a los precios del mercado eléctrico, en torno a un 35%. El resto, está regulado por el Gobierno.

Por lo tanto, como consumidores domésticos, el precio del pool no debería preocuparnos demasiado ya que, en la práctica, que suba o que baje solo supone unos 2 o 3 euros de diferencia cada mes. Al final, el mercado solo fija el precio mayorista de la electricidad, pero la factura de la luz incluye muchas otras partidas, la mayoría de ellas reguladas por el Gobierno.

Composición de la factura 

El problema es que el precio de la factura de la luz no se fija solo en el mercado eléctrico, sino que está compuesta por multitud de partidas, de las cuales muchas son costes regulados por el gobierno y otras directamente impuestos. Una factura eléctrica normal se compone de término de potencia, término de energía, alquiler de equipos, impuesto eléctrico e IVA.

Por eso, por mucho que el precio del mercado mayorista de de la electricidad pueda ser cero o muy bajo durante muchas horas del año, no notamos una gran diferencia en nuestra factura eléctrica mensual. Y lo mismo pasa cuando ocurre lo contrario y los precios del mercado mayorista son al alza.

El siguiente gráfico muestra la composición del recibo de la luz para un consumidor tipo acogido a una tarifa PVPC (Precio Voluntario Pequeño Consumidor). Se puede comprobar cómo solo entorno a un tercio del coste de la factura está relacionado con el mercado mayorista, siendo el resto impuestos y costes regulados. Estos porcentajes pueden variar un poco en función de la tarifa y la potencia contratada.

Por si fuera poco complicado, cada una de las partes está, además, subdividida en varias partidas.

*** Víctor Ruiz Ezpeleta es profesor de EAE Business School.