El título de la obra básica del autor checo Milán Kundera, 1984, titulada La insoportable levedad del ser, es apropiado para describir la esencia de lo que hemos visto esta semana en el trámite de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021.

Los PGE son livianos, aunque reflejen muchos gastos, 383.000 millones de euros, un 33% más que en 2020. Son livianos a pesar de los ingresos tributarios presupuestados: 239.000 millones de euros, algo más de lo recaudado en 2019, un año récord después de años de crecimiento del PIB. Ambas cifras potentes.

Los Presupuestos 2021 son livianos porque son irreales; números en un papel que lo soporta todo. Tanto que lo puede aprobar en masa toda la izquierda desde Bildu hasta el PSOE y a regañadientes, incluso Ciudadanos.

Lo pueden hacer porque saben que no se van a cumplir. Sus ingresos tributarios están calculados en base a un crecimiento irreal del PIB para el año que viene. Irreal porque el desplome de la economía de este año es mayor que el calculado en el presupuesto.

Por tanto, aunque el crecimiento en porcentaje del PIB previsto por el Gobierno para año 2021 se cumpliese, sería sobre una base inferior. Pero, además, tampoco se cumplirá ese crecimiento en porcentaje.

En resumen, no se va a recaudar lo que se dice. Ni con los impuestos sobre las rentas de más de 300.000 euros/año o más de 200.000. Ambos grupos de contribuyentes pequeños y con  mecanismos para eludir "legalmente" impuestos. Tampoco con los impuestos a las tecnológicas, o los del diésel u otras figuras impositivas.

Los Presupuestos 2021 son livianos porque son irreales; números en un papel que lo soporta todo

Pero la actual situación de la Administración Pública española también permite aventurar que los gastos tampoco se van a cumplir. Una Administración que no ha respondido con agilidad a los ERTEs, ni a los EREs, ni al Ingreso Mínimo Vital, que tanto interesaban al Gobierno, ¿va a responder con eficiencia a demandas de gasto de casi una tercera parte más que el año pasado? Mucho me temo que la respuesta es no.

Entonces ¿por qué el entusiasmo del Gobierno y sus socios?Porque la aprobación "formal" de los Presupuestos 21 permite el "paripé" de una discusión que le sirve al Gobierno PSOE/UP para exhibir su solidez parlamentaria.

Refuerza su posición con los grupos políticos que aprobaron la "moción de censura" de 2018 y aumenta su imagen al añadirle a todos ellos los votos de Ciudadanos. Un partido que tendrá que explicar a sus votantes, militantes y parte de sus dirigentes el abrazo a Bildu y ERC. Algo que, probablemente, tendrá un coste electoral en el futuro. 

La aprobación "formal" de los PPGG21 permite el "paripé" de una discusión que le sirve al Gobierno PSOE/UP para exhibir su solidez parlamentaria

De hecho, a efectos económicos el rechazo de las enmiendas a la totalidad de esta semana refuerza un mensaje: este Gobierno tiene larga vida. De momento toda una legislatura. Ya hemos visto que unos Presupuestos se pueden prorrogar varios años (como ha ocurrido con los de Montoro). Es decir que los ahora presentados pueden mantenerse hasta el año 2023.

Un mensaje que tiene dos caras: la primera, es reducir la incertidumbre política al menos en dos o tres años; la segunda, el temor a la consolidación del populismo de UP del vicepresidente Iglesias. Un populismo que en otros lugares del planeta ha llevado a la miseria y el autoritarismo, cuando no a la dictadura.

Es verdad que los inversores confían que Europa frene los efectos del mismo. Pero no deja de ser un riesgo porque lo que si ha demostrado ese populismo, por ejemplo en Venezuela, es que una vez instalado no es fácil revertir su poder.

Indicios de ello en el actual Gobierno español son: a) el intento fallido de manipulación de la elección del CGPJ (Consejo General del Poder Judicial), afortunadamente cercenado por Europa; y b) el anunció de la creación de una "Comisión contra la Desinformación" o "Comisión de la Verdad" dirigido por el propio Gobierno. Ambos muestran un talante que busca mantenerse en el poder de manera sutil, o no tan sutil.

En resumen: la insoportable levedad de los Presupuestos 2021 se debe a que, aunque no son creíbles, sí muestran un panorama político estable a medio plazo, en manos de populistas, separatistas y herederos de ETA y, por ello, preocupante desde la perspectiva económica.

*** José Ramón Pin es profesor del IESE.