El primer lunes de octubre se viene celebrando desde hace unos años en España el Día de la Educación Financiera. Durante ese día, instituciones públicas y privadas explican el trabajo realizado durante todo el año para concienciar a la ciudadanía de la importancia de ahorrar, de no endeudarse en exceso y de, por ejemplo, invertir con responsabilidad.

Según la OCDE, la educación financiera es el proceso por el que "los consumidores mejoran su entendimiento de los productos, conceptos y riesgos financieros y, mediante información, instrucción y/o asesoramiento, desarrollan las habilidades y la confianza para llegar a ser más conscientes de los riesgos y oportunidades financieras, para saber elegir, requerir ayuda y adoptar otras acciones efectivas para mejorar su bienestar financiero". En definitiva, enseñar hábitos que nos hagan la vida más fácil.

Desde 2008, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) han asumido la responsabilidad de impulsar un proyecto de educación financiera con vocación generalista, al que con posterioridad se unieron la Secretaría General del Tesoro y Política Financiera y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Para ello, diseñaron un Plan de Educación Financiera cuyo objetivo era el de mejorar la cultura financiera de la población.

Una educación financiera sólida, que aborde con una perspectiva integral ámbitos como el ahorro a corto y largo plazo, la jubilación, las pensiones o los seguros de vida, aumenta el bienestar de la sociedad en general al favorecer una correcta gestión de las finanzas personales de sus ciudadanos. Tomar decisiones informadas y bien fundamentadas reduce el riesgo de exclusión financiera, el endeudamiento excesivo o el consumo de productos financieros inadecuados.

Una educación financiera sólida, que aborde el ahorro a corto y largo plazo, la jubilación, las pensiones o los seguros de vida, aumenta el bienestar de la sociedad

¿Cómo estamos los españoles en esta materia? ¿Qué respuesta daría usted a esta pregunta?

Supongamos que ingresa 100 euros en una cuenta de ahorro con un interés fijo del 2% anual. En esta cuenta no hay comisiones ni impuestos. Si no hace ningún ingreso ni retira ningún dinero, ¿cuánto habrá al final del quinto año una vez le paguen intereses? Más de 110 euros, exactamente 110 euros, menos de 110 euros. Es imposible decirlo con la información dada.

Esta pregunta y dos más referentes a diversificación del riesgo e inflación sirvieron para medir el nivel de educación financiera, elaborado en 2016 por representantes de los gobiernos y bancos centrales de unos 30 países pertenecientes a la Red Internacional de Educación Financiera (INFE), coordinada por la OCDE. El objetivo de este esfuerzo conjunto era medir de una manera comparable internacionalmente las competencias financieras de la población de entre 18 y 79 años.

En España,un 46% de los encuestados acertaron la respuesta, el 44% la fallaron y un 10% no la contestaron, datos que nos situaban en la media de los países de la OCDE, aunque por debajo de países como Noruega, Nueva Zelanda o Países Bajos, donde tiene una larga experiencia en implantar medidas para potenciar esta materia entre las que destacan la inclusión en el currículo escolar de esta asignatura.

Desde muchos ámbitos se esta instando a la administración pública a incluir en España de una manera obligatoria estos conceptos en la enseñanza. Adicionalmente, la familia es el otro ámbito adecuado para que nuestros hijos aprendan habilidades financieras.

Para ello, debemos dotar de herramientas que ayuden a los padres a poder entender y explicar de una forma amena y divertida estas habilidades. En este punto quiero destacar la enorme calidad de los contenidos de la web de Finanzas para todos incluida como iniciativa dentro del plan de educación financiera.

Las instituciones privadas también queremos contribuir en esta tarea. Desde el Instituto Santalucía, cuyo objetivo principal es fomentar el debate sobre el problema del ahorro sostenible, ayudar a las personas a entender sus decisiones financieras y promover la colaboración colectiva para cambiar las actitudes de los consumidores hacia el ahorro a largo plazo, hemos lanzado 'Cuentos y juegos para entender el dinero', un libro creado por Amalia Guerrero, una persona entusiasta y convencida de la gran aportación de la educación financiera a la sociedad.

Como bien indica el nombre del libro, este quiere enfocar los aspectos desde el punto de vista más lúdico, la mejor forma de hacer entender a los niños estos conceptos.

Capítulos donde se explica la importancia del dinero, del ahorro, del control del gasto, del consumo responsable, la gestión de los ingresos, la planificación financiera, el interés compuesto (que nos ayudará a responder correctamente a la pregunta de competencias financieras) o la capacidad para emprender se exponen a través de cuentos, simples ejercicios y muchos ejemplos, que harán que los niños aprendan jugando. Además, les ayudará a los padres a consolidar conocimientos y a guiar en la forma de trasmitirlos.

¿Con estos pasos superaremos mejor las crisis que nos puedan venir?  Seguro que se tendrán que resolver otros muchos factores a nivel global, pero a nivel individual ayudará a muchas personas a gestionar mejor la incertidumbre y a reducir la desigualdad.

***  José Manuel Jiménez es director del Instituto Santalucía.