Telefónica no es solo una multinacional española, es algo más: el emblema del capitalismo popular. Sus acciones se convirtieron, vía televisión, en las célebres 'matildes'. Hasta su privatización total supuso la entrada de la clase media en la bolsa española y su capital. Recuerdo vagamente en los años 50 y 60 del siglo pasado al actor Lopez Vázquez llamando a su supuesta esposa Matilde para animarle a comprar acciones de Telefónica, que llegaron a ser popularmente 'las matildes'.

¿Pero que ha sido de 'las matildes'?

Las acciones de telefónica en el año 2000 cotizaban sobre 20 euros. Ahora: 2,95 euros el miércoles. Es verdad que los que compraron hace años han recibido dividendos y derechos de ampliación durante los siguientes. Argumento de quienes dicen que han mantenido el valor invertido. Pero lo que espera un comprador de la renta variable: que rente durante su vida y ofrezca plusvalía al final del periodo de inversión. Para muchos la pérdida de valor de Telefónica es notoria. Acrecentada en los últimos años. En 2016, la acción cotizaba al rededor de 8 euros ahora 3 euros. ¿Razones?

Los analistas unirán la caída de la cotización con la de el índice general de la bolsa. En la española, por ejemplo, el Ibex 35, al que pertenece Telefónica, osciló en 2016/2017 alrededor de los 10.000 puntos. Ahora está en los 7.000, más o menos. Ha bajado, pero mucho menos que la acción-matilde.

Por tanto, tiene que haber razones inherentes al propio negocio. Unas por el sector en que se encuentra la compañía; otras por decisiones de la misma. El sector de las telecomunicaciones en España está en situación difícil. Incluso para su incumbente, la propia telefónica.

En efecto el despegue de la economía de 2014 a 2018 se ha ido ralentizando en los dos últimos años. Más aún en 2020 con el efecto de la pandemia. Las telecomunicaciones se consumen en relación directa a la evolución del PIB; mala suerte para las 'matildes'.

 Las telecomunicaciones se consumen en relación directa a la evolución del PIB; mala suerte para las 'matildes'

Además, en el sector de las telecomunicaciones se ha producido un aumento de la oferta, el oligopolio está siendo atacado por compañías low cost. Eso empuja los precios de los servicios de telecomunicación a la baja, convirtiéndolos en una comoditty. Las compañías tradicionales, como Telefónica, con más costes de estructura, lo sufren. Algunas están intentando entrar en otros negocios colaterales, incluso banca o seguros, ... pero eso exige nuevas inversiones.

El sector tiene otro reto: el tecnológico. La aparición de la tecnología 5G, por ejemplo, exige enormes inversiones para no perder la competitividad. Ninguna compañía que aspire al liderazgo del sector puede olvidarse de este desafío. Eso tensionará la tesorería de Telefónica.

Quizás esa es una de las razones por la que su presidente, José María Alvarez-Pallete, decidió reducir el endeudamiento de la compañía vendiendo inversiones en el extranjero. Incluso insinuó la venta en bloque de sus filiales en Latinoamérica. Aunque luego lo hizo por países. También se llegó a hablar de la venta de su filial europea 02, a lo que se opuso la UE.

¿Ha acabado la expansión multinacional de Telefónica, se repliega a sus orígenes? Si el mercado  llegara a asumirlo, podría perder entusiasmo por Telefónica; podría desconfiar del valor futuro de la compañía. Si no va a seguir creciendo ¿cómo crecerá su cotización?

En todo caso, la empresa estará más consolidada; menos endeudada. Pero ¿a quién le asusta la deuda en un mundo en el que se esperan intereses casi nulos a medio plazo? Mas aún, cuando el deudor es un incumbente en su país, con solidez y capacidad de negociación en los mercados financieros.

Los inversores de clase media no entienden de tecnología, pero si tienen olfato para saber si una empresa tiene ambición de futuro o no. En Telefónica parece que todo va a ser "bien administrado", para proteger el dividendo. Pero ningún inversor que busque la plusvalía le entusiasma eso.

Las 'matildes' se han vuelto aburridas. Por eso cotizan el lunes cotizaron sobre 3 euros. Tanto que Telefónica ha salido del Eurostoxx 50, un índice al que pertenecía desde su inicio en 1998. Ha perdido capitalización; ya no es de las grandes del continente.

*** José Ramón Pin es profesor del IESE.