Después de un confinamiento de tres meses -en los que la actividad de todo el país llegó a paralizarse durante dos semanas- y un verano marcado por los rebrotes, España no se puede permitir retroceder casillas en el tablero de combate de la pandemia.

El hundimiento que experimentó el PIB español entre abril y junio (-18,5% del PIB) refleja que nuestro confinamiento fue el más duro de Europa. La economía italiana perdió en esos meses un -12,4% y si bien es cierto que Reino Unido sufrió aún más en términos económicos, el efecto del 'brexit' y el negacionismo inicial de Boris Johnson hace que la comparativa con la economía británica (-20,4%) no sea la más adecuada.

Todo apunta a que los datos del tercer trimestre tampoco serán buenos. Los termómetros que tiene la CEOE para hacer seguimiento de la actividad de las empresas anticipan que en Baleares, junio fue un mes perdido y agosto "una catástrofe" y la temporada alta de otoño en Canarias es ahora "una papeleta que hay que resolver".

Ana Botín y Salvador Illa.

En el resto de España, si bien el palito de la 'V' ha tomado algo de forma desde abril (como es lógico cuando se parte de un cierre económico casi total), los economistas se están olvidando ya de las letras para no caer en el pesimismo de pensar en una 'L' prolongada en el tiempo.

Como era de esperar, las pymes y micropymes están sufriendo mucho por ser más vulnerables que las compañías de mayor tamaño a escenarios difíciles como el actual. Como recordaba este domingo Lorenzo Bernaldo de Quirós, casi una de cada tres empresas españolas está en riesgo de impago.

Así que en la patronal no se quiere ni oír hablar de otro confinamiento o de volver a la casilla de la Fase 2. Los empresarios creen que hay que tirar otros dados y combatir la pandemia con herramientas del siglo XXI y no con recetas medievales.

Con Antonio Garamendi haciendo seguimiento permanente de la evolución de los datos desde Bilbao y su vicepresidente, Íñigo Fernández de Mesa, también muy activo en la gestión de esta crisis, la CEOE tiene clara su prioridad para septiembre.

Los españoles deben volver al trabajo con medidas de seguridad y contar con una app que ayude al rastreo es imprescindible. Este será un asunto prioritario que ya se ha trasladado a los sindicatos y se negociará en los próximos días para que todo esté preparado antes de la fecha que en la vieja normalidad llamábamos la 'vuelta al cole'.

No se trata de la app Radar Covid de Indra impulsada desde el Departamento de Carme Artigas (secretaría de Estado de Ditigalización). Las empresas han trabajado en el diseño de una aplicación propia para los trabajadores.

Antonio Garamendi, Antonio Huertas, Carlos Torres, Carme Artigas, Íñigo Fernández de Mesa, Pepe Álvarez, Unai Sordo y Nadia Calviño.

"La tenemos prácticamente acabada", sostienen en la patronal, donde se destaca que se trata de una aplicación "nada intrusiva" y que garantiza la privacidad del usuario. Eso es compatible con poder trazar la evolución del virus, utilizando la tecnología del siglo XXI.

Si un trabajador se infecta, se podrá saber dónde ha estado y acotar sus movimientos para prevenir la expansión de la Covid-19.

Ahora deben pronunciarse Unai Sordo y Pepe Álvarez sobre la app para que se la descarguen los trabajadores en cuanto haya un acuerdo. El objetivo está claro: que todo el mundo trabaje en septiembre con ella instalada. 

Tras el preocupante rebrote de casos y la experiencia acumulada desde marzo, son muchos los apoyos del Ibex 35 que ha conseguido la app impulsada por el Ministerio de Nadia Calviño para contener la expansión del virus. Pero escasos los resultados.

Ya antes de que Pedro Simón pidiera a los influencer ayuda para frenar la Covid-19, Ana Botín se había hecho una fotografía que colgó en su Instagram para promover el uso de Radar Covid.

También José María Álvarez-Pallete o Antonio Huertas han promovido la aplicación de Economía a través de sus perfiles en redes sociales. Mientras, Carlos Torres Vila ha desarrollado una propia para implementar en BBVA.

La empresa española no quiere ponerse la venda antes que la herida y resignarse a que Salvador Illa convoque a las comunidades autónomas para pedir algo parecido al regreso a la Fase 2 sin antes poner en marcha otras alternativas que han surtido efecto en otros países desarrollados. 

Con el inicio del curso escolar en peligro y la curva de contagios marcando la V que Calviño había prometido para la economía, es obligado hacer autocrítica

La cuestión ahora es si estamos a tiempo de aplicar nuevas recetas para evitar el colapso sanitario y económico. Con el inicio del curso escolar en peligro y la curva de contagios marcando la V que Calviño había prometido para la economía, es obligado hacer la "autocrítica" que una treintena de expertos -entre ellos, el médico César Carballo, y el economista Miguel Sebastián- reclamaban hace una semana en un informe para corregir el rumbo en lo que sea necesario y adoptar una estrategia basada en el big y small data para frenar los contagios.

El Gobierno tiene a su favor que la patronal no se va a salir del "tono constructivo" para reclamar medidas. Pero no hay más días que perder. Las app son una ficha importante dentro de un cubilete en el que hay otras medidas que España está tardando en poner en marcha para no pasar a la historia de esta pandemia como uno de los países desarrollados que peor la gestionó.

ATENTOS A...

La alianza de economistas vascos y catalanes para captar fondos de la Unión Europea. Los nacionalistas son especialistas en tratar de buscar reductos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para pedir más y en esta 'nueva normalidad' no van a cambiar de estrategia.

Pedro Luis Uriarte y Joaquim Coello

Llama la atención la rapidez con la que se han movilizado con un 'grupo de trabajo' en el que están presenten Pedro Luis Uriarte (exconsejero delegado de BBVA)  y Joaquim Coello, entre otros. No es la primera vez que este último, ingeniero naval y empresario, interviene como 'mediador' entre la Generalitat y la Lehendakaritza.

Varios medios de comunicación vascos y catalanes ya se están haciendo eco de sus movimientos que, sin duda, habrá que seguir en busca de pistas del juego de apoyos que tiene que abrir Pedro Sánchez en septiembre para aprobar sus cuentas.