La 'nueva normalidad' está acelerando los movimientos corporativos en el sector de la energía en todas sus dimensiones. Fondos internacionales y grupos industriales andan buscando oportunidades en el mundo de las renovables al calor de una transición ecológica que se va a acelerar en la llamada 'nueva normalidad'. Primero porque no parece haber un 'plan B' para la recuperación y segundo, son ya muy pocos los que cuestionan la voluntad de trabajar por un planeta más sostenible.

Mientras unos vienen, otros se van. Se cuenta en el mercado que hay inversores extranjeros sondeando oportunidades para vender. Son esos fondos que invirtieron en activos en España con negocio en las fuentes de energía que Teresa Ribera ha tenido en el punto de mira en los últimos tiempos y que no acaban de confiar en nuestra seguridad jurídica ahora pese al PNIEC y el proyecto de Ley de Cambio Climático.

Entre los que llegan, hay una empresa a la que habrá que seguir muy de cerca en esta 'nueva normalidad'. Se trata de la francesa Total. Con el inicio del desconfinamiento, a mediados de mayo, la petrolera gala cerró la compra de activos de EDP en una operación valorada en 515 millones de euros. El gigante de los hidrocarburos removió el mercado al hacerse con una cartera de 2,5 millones de clientes (aunque en ese dato se incluye los usuarios con contratos tanto de gas, como de electricidad).

La compra -que incluía dos centrales de gas (ciclo combinado)- supone el primero de una serie de movimientos corporativos que Total planea en España. Con la adquisición de una empresa como EDP -"bien gestionada y comprada a buen precio", cuentan fuentes empresariales- el grupo que preside Patrick Pouyanné se convirtió en el cuarto operador del mercado eléctrico español.

Dicen que tiene entre ceja y ceja seguir creciendo para convertirse en el número dos. Tiene por delante a Iberdrola, Endesa y Naturgy, por detrás, le sigue Repsol.

La petrolera francesa abandonó su apuesta por España cuando vendió Cepsa en el año 2011, una compañía en la que compartió accionariado con Ana Botín hasta que el Santander vendió su paquete en 2009.

Nueve años después, inmersa en la transformación 'ecológica' que marca el sino de los tiempos, Total ha vuelto a incluir España en su diana con una adquisición para la que contrató a Mediobanca y Cuatrecasas como asesores y en la que fue Banco Santander, precisamente, quien asesoró a EDP.

Pouyanné tiene liquidez y ganas de crecer en la Península Ibérica, así que ya hay fondos que han contactado con él para ofrecerle 'caramelos'. A su vez, los franceses están receptivos. Tienen dos alternativas: crecer a base de la compra de pequeñas compañías o asociarse con un agente grande del mercado.

Patrick Pouyanné, Josu Jon Imaz, Teresa Ribera, Ignacio S. Galán, Francisco Reynés y José Bogas.

Iberdrola tiene un tamaño demasiado colosal como para pensar en cualquier tipo de operación entre Total e Ignacio Sánchez Galán. Mientras, Naturgy sí podría ser un activo interesante para los franceses de querer contar con un socio industrial en España. La cuestión estaría aquí en el precio y en la estabilidad regulatoria en todas sus dimensiones.

Por un lado, en el frente de los peajes de las redes, tras la batalla que lideró la CNMC de José María Marín Quemada a lo largo de 2019. Por otro, en el de los tiras y aflojas de Ribera con el gas, una materia prima que está considerada como clave para la transición ecológica pero que tampoco acaba de gustar a la ministra.

Francisco Reynés está en la tarea de ser 'más verde'. Para eso fichó recientemente a Jorge Barredo, que además de ejecutivo es emprendedor del sector, dentro de una remodelación ejecutiva en la que las renovables van a ser un pilar importante.

Y en el mismo empeño anda Josu Jon Imaz que, sin ir más lejos, la pasada semana anunció la inversión en dos plantas (una de producción de combustibles sintéticos y otra de generación de gas a partir de residuos sólidos urbanos) como parte del camino hacia ser una empresa 'cero emisiones'.

Para el grupo español de hidrocarburos -que también está focalizando buena parte de su negocio al sector eléctrico- la llegada de Total supone un competidor más en su camino por crecer en este negocio.

Por último, estaría Endesa y su eterno rumor de venta, descartado por José Bogas en una entrevista con este periódico.

La alternativa a unirse a un grande es apetitosa. Cerca del 30% del mercado eléctrico en España está en manos de pequeños agentes. Crecer con nuevas instalaciones puede ser más barato que comprar otras en marcha, ya que el coste del equipamiento 'verde' es hoy menor de lo que era hace años, cuando se levantaron instalaciones aún no amortizadas. Y hacerse con pequeños agentes de la comercialización puede ser también sencillo.

Las opciones son muchas, la liquidez abundante y con esos ingredientes, el baile de operaciones será movido.

ATENTOS A...

Los cambios que se precipitaron la pasada semana en la cúpula de Siemens Gamesa han llegado tarde para algunos de los altos ejecutivos que abandonaron la compañía. El nuevo presidente de los exsocios de Iberdrola, Andreas Nauen, es una figura respetada en el sector en España.

Andreas Nauen, David Mesonero y Pedro Azagra.

Nausen asume las riendas sin tapujos y marcando algunas distancias con Markus Tacke. Tanto es así que se dice que incluso le gustaría contar en su equipo con algunos de los pesos pesados que se han marchado de Siemens Gamesa en los últimos meses. Es el caso de su antiguo CFO, David Mesonero, que fue fichado por Iberdrola para trabajar con Pedro Azagra en operaciones como la recién anunciada OPA por la australiana Infigen.