Las circunstancias excepcionales que estamos viviendo, como consecuencia de la crisis del Covid-19, nos sitúan ante un reto insólito y las decisiones que adoptemos como sociedad en estas semanas serán determinantes para nuestro futuro colectivo.

Lo primordial ahora es combatir el estrés operativo al que están sometidos los servicios sanitarios y velar por la seguridad y la salud de todos. La labor de los profesionales de la sanidad está siendo admirable, como también el compromiso de aquellas personas que garantizan el correcto funcionamiento todos los servicios esenciales.

Las medidas que se han adoptado para combatir esta situación, tratando de evitar la extensión de los contagios, han supuesto una disrupción económica sin precedentes en la historia reciente. Las medidas económicas dictadas por el Gobierno de España están alineadas con las que se han anunciado en otros países europeos y van en la correcta dirección de liberar recursos para los sistemas de salud, afianzar el mantenimiento del empleo, salvaguardar la viabilidad de las empresas y dar respaldo a los trabajadores autónomos y a las familias.

Lo primordial ahora es combatir el estrés operativo al que están sometidos los servicios sanitarios

En el terreno financiero, los bancos centrales han asumido, vía programas de compra de activos muy amplios, buena parte de las nuevas necesidades de financiación de los gobiernos derivadas de los paquetes de apoyo adoptados.

Los gobiernos han establecido moratorias, avales y garantías públicas para que, con la ayuda de los bancos, los recursos sigan fluyendo a la economía real. Estas medidas son fundamentales para evitar que se destruya el tejido productivo, mientras la actividad se encuentra momentáneamente paralizada, y favorecer una ágil recuperación.

En cuanto a las autoridades financieras, la respuesta de supervisores y de reguladores está siendo relativamente rápida y, en general, acertada. Sin embargo, será precisa una mayor concreción de las medidas, y una mayor coordinación entre autoridades y jurisdicciones, para que las decisiones adoptadas se traduzcan efectivamente en un mayor margen de maniobra por parte de los bancos a la hora de prestar a los agentes que lo necesitan.

La Unión Europea debe dar un paso al frente para combatir esta crisis de forma colectiva y solidaria

Los bancos encaramos esta crisis plenamente conscientes de nuestro papel fundamental en la gestión de la actual situación, siendo como somos una infraestructura esencial en el mecanismo de pagos y en la financiación de la economía. Nuestro equipo humano, y especialmente la red de oficinas, trabaja de forma incansable para poner en marcha moratorias de hipotecas y préstamos a las personas más vulnerables, adelantos de las prestaciones por desempleo y de las pensiones y aplazamientos del pago del alquiler para familias vulnerables. Asimismo, estamos trabajando para que las líneas de crédito a pymes y autónomos lleguen lo antes posible y surtan el efecto esperado.

La Unión Europea debe dar un paso al frente para combatir esta crisis de forma colectiva y solidaria. Las decisiones del pasado Eurogrupo suponen un avance en la medida en la que reducen el riesgo de refinanciación de los estados más afectados.

Sin embargo, el importe anunciado podría no ser suficiente. Además, se sigue descansando en exceso en lógicas financieras y faltan verdaderos instrumentos que permitan avanzar hacia la unión fiscal y completar el entramado institucional de la Unión. Habrá que seguir construyendo para lograr una solución contundente e inequívoca. La reuníón del próximo Consejo Europeo será clave.

*** Josep Oliu es presidente de Banco Sabadell.