Pfizer y Moderna protagonizaron la presentación de resultados de la primera semana de noviembre. Unas cuentas en las que las farmacéuticas han actualizado sus previsiones para 2021, mostrando así la cara y la cruz de estas dos vacunas contra la Covid-19.

Y es que, mientras que Pfizer incrementa cada vez más sus previsiones de producción e ingresos por su antígeno contra el coronavirus, Moderna hace lo contrario: las recorta.

Según los resultados publicados por Pfizer el pasado martes 2 de noviembre - correspondientes al tercer trimestre de 2021 -, la farmacéutica estadounidense eleva hasta los 3.000 millones la cifra de dosis que la compañía espera fabricar en todo 2021.

Por su parte, los ingresos que generará Pfizer por la venta de estas vacunas en el presente ejercicio ascenderán hasta los 31.000 millones de euros (36.000 millones de dólares). Una cifra que ha ido incrementando cada trimestre.

Vacuna de Moderna

La otra cara de la moneda es Moderna. El laboratorio ha recortado sus previsiones de producción y ventas para 2021, según las cifras recogidas en los resultados del tercer trimestre del año.

El pasado mes de agosto, la farmacéutica estimó que fabricaría entre 800 y 1.000 millones de dosis. Sin embargo, esta cifra se ha reducido: entregará entre 700 y 800 millones de vacunas, tres veces menos que las que enviará Pfizer.

Este recorte de las previsiones de producción repercute también en las ventas. La nueva estimación de Moderna es que ingresará entre 15.000 y 18.000 millones de dólares, frente a los 20.000 millones de dólares que había pronosticado anteriormente.

Vacuna para niños

Otra diferencia entre ambas compañías es su vacuna contra la Covid para niños de entre 5 y 11 años. 

El órgano regulador de medicamentos de Estados Unidos (FDA) ya ha dado luz verde al antígeno de Pfizer, pero no ha ocurrido lo mismo con el de Moderna.

La biotecnológica se enfrenta así a un retraso en la comercialización de la vacuna para niños, ya que la FDA ha requerido más tiempo para analizar los datos presentados por la farmacéutica.

Este tiempo adicional ayudará a la agencia de Estados Unidos a evaluar "los análisis internacionales recientes" del riesgo de miocarditis y es posible que no termine esa revisión hasta enero, tal y como anunció la propia compañía.

El objetivo de Moderna era seguir de cerca a Pfizer. Sin embargo, ahora tendrá que esperar unos meses más, dejando que la vacuna de Pfizer domine en el grupo de edad de entre 5 y 11 años.