La volatilidad del precio de la energía está afectando sobremanera a las empresas ferroviarias. Ha pasado de representar entre un 7% y un 8% del coste total, hasta el 16%. “El Gobierno debe de utilizar todos los argumentos que posea para que nos considere industria electrointensiva para que seamos capaces de producir más asientos y frecuencias a menor coste”, afirmó Víctor Bañares, director general de Iryo, durante el III Simposio del Observatorio de la Movilidad y las Ciudades organizada por EL ESPAÑOL-Invertia.

Palabras que fueron corroboradas por Francisco Arteaga, director de Alta Velocidad de Renfe: “Los costes de explotación marcan la línea entre ser rentables o no. La volatilidad del precio de la energía nos está pasando factura. Y es difícil que ese precio lo proyectemos hacia el cliente. El mercado no lo asumiría”.

Una situación que han vivido en Ouigo, ya que desde que entraron en la liberalización, las condiciones han cambiado totalmente de un precio fijo a otro 100% variable. “Nuestro sentimiento de urgencia es mucho mayor que el de nuestros compañeros porque nuestro modelo es ajustar todos los costes y repercutir al cliente nuestro ahorro. Para nosotros, ese coste es del 25% porque el resto ya lo hemos ajustado”, remarcó Hélène Valenzuela, directora general de Ouigo.

Mesa redonda. Resultado de la liberalización del transporte ferroviario

En conjunto, la sensación entre los operadores es que el mercado no puede soportar esta situación. “No podemos repercutirlo a nuestros clientes porque sería parar en seco la liberalización. La demanda es elástica al precio. Si subimos los precios, los clientes volverán al coche y dejaremos de descarbonizar la economía española”, añadió la directora general de Ouigo.

Un punto que también mantuvo Francisco Arteaga: “Si el ferrocarril en una apuesta de futuro tenemos que facilitar que pueda operar con las mayores posibilidades”. Y Víctor Bañares: “No debemos resignarnos. Nuestra apuesta reduce toneladas”.

Entre las medidas que tienen en mente, el autoconsumo. También la opción de comprar a plazos y ser dueños de su propia estrategia de precios. “No queremos salirnos del sistema actual pero queremos tener una autonomía dentro de este marco”, subrayó Hélène Valenzuela.

Y, como dijo Víctor Bañares, “en momento extraordinarios, medidas extraordinarias”. Por eso puso el ejemplo de Austria, donde el gobierno ha lanzando esas medidas extraordinarias. “Nos haría falta de forma inmediata, pero de forma temporal”.

Otro tema que trataron los representantes de Ouigo, Iryo y Renfe fue el relativo a la nueva ley del sector ferroviario. Ahí destacaron dos cambios que consideraron muy importantes: los cánones dejan de formar parte de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y el papel de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC).

“La nueva ley va a facultar a Adif a proponer un nivel de cánones y el regulador tiene que hacer un informe y decir lo que opina”, matizó la directora general de Ouigo. Que fue más allá: “En este proyecto nos hemos quedado un poco a medias, podíamos ir más lejos. Es importante cuando se abre un mercado que haya un regulador fuerte y que se sigan sus regulaciones”.

Por su parte, Francisco Arteaga sostuvo que se “da mayor capacidad de gestión y autonomía a Adif a la hora de fijar los cánones. Es un avance, pero Adif tiene que ser sensible a la situación real del mercado”.

Por último, Víctor Bañares manifestó que “Adif tiene que convertirse en parte más activa en la estimulación del mercado ferroviario. Y decir que la CNMC debe regular y dirimir cualquier disputa entre la administración y los operadores se queda corto. Venimos de una normativa para un operador público y tenemos que pasar a reglamentos y normativas nuevos”.