Operarios trabajando en una planta española.

Operarios trabajando en una planta española. ICAL

Observatorio de la movilidad

La guerra de Ucrania pone en jaque a la industria de la automoción europea: empeora la crisis de suministros

Cuando aún no se han recuperado las capacidades previas a la pandemia, el 90% de las empresas españolas ya se está viendo afectada.

4 marzo, 2022 04:46

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No hay tregua para la industria de la automoción. 2022 estaba marcado en el calendario de la mayor parte de los grupos fabricantes como el año en el que, por fin, conseguirían que sus cadenas de suministros superaran los desajustes que vienen arrastrando los últimos dos años. Una ilusión que el intento de invasión de Rusia sobre Ucrania ha hecho saltar por los aires. 

El conflicto bélico está ya impactando en las importaciones de componentes y en las exportaciones de productos de la gran mayoría de las empresas. Así lo revela una encuesta realizada entre 137 empresas pertenecientes a los clústeres de automoción españoles.

Las compañías, reunidas con carácter de urgencia para valorar las consecuencias en el sector de la guerra de Rusia contra Ucrania, han explicado que el 89,8% de las empresas encuestadas ya sufren problemas en las importaciones y exportaciones. Además, más del 30% de las empresas (30,7%) prevé que habrá consecuencias de las sanciones económicas impuestas a Rusia por distintos organismos internacionales.

Del mismo modo, el 17% opina que habrá dificultades en los desplazamientos y el 5,7% se plantea posibles problemas para repatriar a los empleados de las plantas de países vecinos al conflicto, en caso de que la situación se agravase. En este sentido, algunas empresas han expresado su preocupación por el hecho de que hay trabajadores de los países del Este que se han sumado al ejército ucraniano para participar en la guerra y han abandonado sus puestos de trabajo.

Reducción de producción

La afectación llega a tal nivel que ya está provocando que la producción se resienta. El grupo Volkswagen ha reducido producción en Zwickau y Dresde. Skoda ha limitado la producción en la República Checa. Hyundai ha suspendido temporalmente la producción en San Petersburgo. Una medida que también ha tomado Renault en Moscú.

Por su parte, Volvo y BMW han detenido las exportaciones a Rusia. La alemana, al igual que Ford, ha suspendido la colaboración con los socios industriales rusos. Medida muy similar a la puesta en marcha por Daimler Truck que ha suspendido todas las actividades comerciales en el país.

Rusia y Ucrania son piezas clave para el sector de la automoción ya que son las principales fuentes de paladio, gas neón y del cableado de catalizadores y semiconductores. Más de 25% (25,7%) de las empresas que han participado en la reunión tiene parte de su negocio repartido entre Rusia y Ucrania.

De estás, el 90% tiene presencia en Rusia, mientras que el 26,7% está presente en Ucrania. Algunas de ellas han mostrado miedo ante la posibilidad de una nacionalización de las sedes, oficinas o plantas que tienen ubicadas en estos dos países.

Posible empeoramiento

Si la guerra se recrudece, y se traslada a otros países limítrofes, la afectación para la industria de la automoción sería total. La mayoría de las empresas están presentes en estados de la zona como Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Hungría, Finlandia, Estonia, Letonia y Moldavia. Un 37% de los encuestados afirma tener planta o actividad en los países vecinos a los afectados directamente por la guerra.

Cabe recordar que Rusia es el décimo fabricante mundial de coches. Con datos del 2020, aportó 1,4 millones de unidades al mercado, por detrás de los 2 millones de Brasil o los 2,4 de España. Eso sí, muy por detrás de China que encabeza el ránking con 25,2 millones de coches. Aunque hay que destacar que gran parte de esta producción de vehículos es para la venta en la propia Rusia.

En este contexto, la industria del automóvil vuelve a tener que convivir con unos niveles de incertidumbre prácticamente nunca antes conocidos. A los factores externos se suma el propio proceso de transformación camino de la electrificación. Un cóctel que va a hacer de los próximos meses un periodo decisivo que marcará el futuro de uno de los sectores más importantes para el tejido laboral de los países del Viejo Continente.