El transporte aéreo ha sido, con mucha diferencia, el segmento de la movilidad que ha sufrido un impacto más profundo de la pandemia de coronavirus durante los últimos meses. Las medidas para frenar el virus provocaron que los hangares de todo el mundo se llenaran de aviones ante el tsunami de cancelaciones de rutas. Una situación que año y medio después del incio de esta crisis aún está lejos de solucionarse.

Según los datos de Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el pasado mes de septiembre los niveles del transporte aéreo sólo llegaron al 41% de los de 2019. Una lenta recuperación que está sufriendo importantes diferencias de ritmo entre regiones. 

Al analizar los datos de los diferentes territorios se puede comprobar cómo actualmente mientras existen rutas que prácticamente han vuelto a niveles previos a la llegada de la Covid-19, otras apenas se alcanzan el 10%. Unos desequilibrios que, más allá del efecto que tiene para la propia industria, van a tener su impacto en las relaciones comerciales internacionales.

Las rutas entre EEUU y Latam, a la cabeza

El pasado mes de septiembre, las rutas que unen Norteamérica y Sur América lideraron la recuperación del sector aéreo. Los desplazamientos entre ambos territorios casi han vuelto a los niveles anteriores a la crisis. La principal razón de esta mejora tiene detrás a las conexiones entre Estados Unidos y México, que son las que más están creciendo a nivel internacional.

La recuperación de las conexiones entre ambos territorios es excepcional si se compara con que el conjunto de los vuelos no ha recuperado el 50% de sus niveles anteriores a la crisis. Otro de los territorios que está logrando avances importantes es Europa. Las rutas internacionales dentro del mercado comunitario han tenido un comportamiento muy positivo durante el período estival. La llegada de las vacunas y la puesta en marcha del pasaporte Covid ha permitido que se llegue a un 60% de los vuelos de 2019.

Una noticia positiva que no será la última para el Viejo Continente. Las estimaciones de IATA señalan que la flexibilización de las restricciones de viaje anunciadas por parte de Estados Unidos para el próximo mes con Europa dispararán las reservas de los vuelos entre ambos territorios.

En el vagón de los territorios más retrasados en la recuperación del transporte aéreo se encuentra Asia. La conectividad aérea internacional entre países dentro de este continente todavía se encuentra en un 11% de los niveles de 2019. Un porcentaje que aún cae más en el caso de los niveles de vuelos entre Asia y otros territorios.

Efectos en la economía

Las limitaciones en los desplazamientos entre diferentes territorios por un periodo tan largo de tiempo van a tener sus efectos económicos. La facilidad o dificultad de reforzar rutas va a influir en el presente y en el futuro de los negocios, pero también en la creación de nuevas alianzas comerciales y en la potencial debilitación de las tradicionales.

En este sentido, la práctica normalización de los viajes entre Estados Unidos y Latinoamérica representa una oportunidad para que los lazos entre ambos territorios se refuercen aún más. Algo que, del mismo modo, afectará a los negocios entre Europa y América del Sur donde, actualmente, las rutas están muy limitadas.

Del mismo modo, la situación de las rutas que conectan Asia con el resto del mundo puede llegar a provocar una mayor desconexión de este territorio. Esta situación podría tener como consecuencia una posición aún más dominante de China como eje de las relaciones comerciales de la región.

Así las cosas, la evolución del tráfico aéreo internacional deja indicadores claros de las diferentes velocidades a las que se va a realizar la salida de la pandemia. Un contexto con importantes consecuencias tanto para la industria aérea como la economía en su conjunto que tendrá su siguiente punto de control durante el periodo navideño de final de año. Este punto será un termómetro inmejorable para entender en qué situación encara el mundo 2022.