Si un tema sobresale sobre todos cuando hablamos de la movilidad del futuro, este es el de la electrificación. Los principales objetivos, tanto a nivel nacional como comunitario, señalan que dentro de sólo dos décadas los vehículos a la venta deberán ser totalmente eléctricos.

Una meta ambiciosa que tendrá como uno de sus principales retos dotar a los países de redes de recarga, tanto dentro como fuera de las ciudades que permitan a estos futuros vehículos eléctricos desplazarse con la misma independencia con la que hoy lo hacen los vehículos propulsados por combustibles fósiles.

Josep Trabado, director general de Endesa X, está participando en la puesta en marcha tanto de la estrategia como del despliegue de esta red que pretende convertirse en una realidad en los próximos años.

El directivo repasa en este nuevo capítulo de En Movimiento los principales retos a los que se enfrentan el sector de la movilidad para alcanzar el ansiado objetivo de conseguir un transporte libre de emisiones.

Estamos asistiendo a un gran número de lanzamientos de vehículos eléctricos, ¿están evolucionando al mismo ritmo las infraestructuras de carga?

Nosotros llamamos a eso la barrera de la ansiedad. Que el propietario piense que va a tener problemas para cargar su vehículo. La respuesta a esta situación la van a dar las infraestructuras de recarga. Y hay que tener en cuenta que son de dos tipos: las privadas y las públicas. 

Las primeras son las más eficaces para los desplazamientos cortos. Al estar ligadas al hogar de los dueños de los vehículos, van a evolucionar a un ritmo similar al de la compra de éstos. Tanto es así que muchos fabricantes buscan formas de empaquetar estos puntos de carga con la venta del propio coche. Nosotros mismos en Endesa X hemos lanzado un producto con una empresa de renting que en la cuota el usuario tiene el vehículo y también la infraestructura de recarga.

Las infraestructuras públicas afectan más a los desplazamientos largos y a las cargas de vehículos sin posibilidad de hacerlo en su domicilio. En mi opinión deberían crecer mucho más rápido que el parque de automóviles eléctricos ya que son una barrera psicológica para el consumidor. Los operadores que estamos desplegando infraestructura de carga tenemos el reto de adelantarnos al mercado. Somos un dinamizador del cambio. Tenemos que ir rápido para que todo avance a la máxima velocidad posible.

Tenemos unos objetivos muy ambiciosos en materia de electrificación que conviven con muchas barreras burocráticas, ¿qué cambios ayudarían en este ámbito?

El Gobierno quiere 100.000 puntos de carga para 2023. Hoy estamos en 6.000. Creemos que es un objetivo muy ambicioso, pero se puede lograr ya que somos muchos operadores. En Endesa X tenemos un plan por el que vamos a desplegar 8.500 puntos hasta 2023 con una inversión directa de 65 millones de euros.

Llevamos un año de experiencia ya en este proceso y hemos detectado dos barreras. Por un lado, está el coste oportunidad, y por otro, la falta de homogeneidad entre las distintas administraciones. En la primera barrera nos encontramos con el coste variable del término de potencia de las infraestructuras de uso público. Tienen un uso bajo con un coste elevado porque queremos cargar rápido. Un punto instalado de 50 kW tiene un coste anual de 4.000 euros y uno de 350 kW lo tiene en 30.000 euros. Esto es insostenible desde el punto de negocio. La Administración está dando pasos para que esto tenga un modelo variable. Ahora lo que falta es que el Gobierno establezca unos costes alienados con la propuesta de la CNMC. Algo clave para dar seguridad a los inversores.

La falta de homogenización entre administraciones hace muy difícil poner en marcha proceso globales eficientes en costes. Los permisos asociados al despliegue de infraestructuras en carreteras son tremendamente lentos. Tenemos un problema de plazos con esto frente a la necesidad de velocidad de despliegue proyectada. Los permisos municipales son otro mundo. Pasamos de permisos casi instantáneos a análisis mucho más largos. Tenemos más de 8.000 municipios con sus propias regulaciones y agenda. Es necesaria una visión general para que las distintas administraciones unifiquen criterios. 

¿Va a evolucionar la movilidad al mismo ritmo dentro y fuera de las ciudades?

Si no intervenimos será muy diferente. El despliegue sería desequilibrado con unas grandes urbes muy desarrolladas frente a otras regiones que evolucionarían mucho más lento. Desde Endesa X queremos actuar como facilitadores. Nuestra voluntad es democratizar el acceso a la movilidad eléctrica. 

¿Es viable asegurar el origen renovable para cubrir toda esta nueva demanda de electricidad?

Este es un debate que va evolucionando, pero cada día va a tener menos sentido. La generación de nuestro país está migrando rápidamente a un modelo descarbonizado y renovable que llegará en 2050. Tenemos un plan de 5.000 millones para descarbonizar nuestra generación. En 2022 llegaremos a nivel peninsular al 60% de la producción renovable, que será del 75% en 2030 y del 100% en 2050.

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