El transporte público ha sido uno de los sectores que más ha sufrido el impacto del coronavirus. Durante las semanas más duras del confinamiento metros, autobuses urbanos y servicios de cercanías registraron reducciones de demanda superiores al 90%.

Ahora que las ciudades intentan recobrar la normalidad, los usuarios comienzan a volver a utilizar estos servicios aunque a un ritmo menor al de otras opciones como el coche particular. Para hablar de este fenómeno y de los retos del sector de la movilidad esta semana participa en un nuevo capítulo de En Movimiento Dionisio González, director de promoción de la Unión Internacional del Transporte Público, conocida como UITP.

Una asociación presente en 100 países que está jugando un papel fundamental durante la crisis del coronavirus a la hora de transmitir conocimiento entre operadores de diferentes partes del mundo. Un sector que está sufriendo un impacto económico enorme por la reducción de usuarios que está viviendo debido al miedo que tienen los usuarios por utilizar metros o autobuses. 

"La situación del transporte público es muy complicado. Los operadores necesitan recursos para hacer frente a esta situación. Realizamos una encuesta entre nuestros asociados y conocimos que el 40% de los operadores de transporte público sólo pueden aguantar tres meses sin ayudas públicas. La situación es crítica", señala González.

La UITP lleva meses monitorizando la situación y ha puesto en marcha distintas recomendaciones para preparar a los operadores de transporte público ante la situación a la que se iban a enfrentar. "En enero nuestro secretario general ya propuso hacer un seguimiento de la crisis del coronavirus. Nuestra presencia global nos ha permitido señalar el papel clave que iban a jugar las mascarillas en el transporte público. Tuvimos la suerte de ver qué estaba funcionando en otras partes y poder exportarlo lo más rápido posible".

El auge del coche

En este sentido, preocupa mucho el trasvase que está habiendo entre usuarios que antes optaban por el transporte público al coche. "El transporte público es vital. No es viable que ahora todos los usuarios se pasen al coche. No hay alternativa, no se cabe en las ciudades. Además, los grandes retos ambientales de nuestro tiempo siguen ahí. Esta crisis nos ha paralizado pero no podemos poner en cuarentena la calidad del aire o la seguridad vial. El 90% de la población respira aire con peor calidad de la recomendada. Es el momento de políticos valientes que apuesten por ciudades amables".

Respecto al miedo de los usuarios de utilizar el transporte público, Gozález se muestra contundente. "Entiendo perfectamente la situación de recelo. La situación vivida ha sido muy dramática. A esto hay que sumar que durante estas semanas se han lanzado mensajes muy contradictorios por parte de ministros, alcaldes… La realidad es que no hay ningún estudio riguroso que diga que ir en transporte público con mascarilla sea más peligroso que otra actividad. No hay más que ver como la curva de contagios desciende mientras la curva del transporte público sigue subiendo".

El representante de la UITP se muestra optimista de cara al futuro. "Creo que vamos a ir teniendo cada vez mejores noticias. China ya ha recuperado el 70% del uso del transporte público. En España cada semana suben los niveles de utilización de metro y autobuses urbanos. El transporte colectivo va a recuperar, poco a poco, el papel central que debe ocupar".

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