El final de año se acerca de nuevo y con él el límite para hacer inversiones que nos permitan desgravar en la declaración de la renta del actual ejercicio. 

Aprovecha las ventajas fiscales de los planes de pensiones y realiza tus cálculos para sacarles el máximo partido antes de que termine el año.

En este artículo los especialistas del comparador bancario Busconómico nos explican en qué consisten los planes de pensiones, su fiscalidad y el perfil de persona que mejor rentabilidad les puede sacar.

Objetivos de los planes de pensiones

El principal objetivo de este producto financiero es la de disponer de unos ahorros en el momento de la jubilación, cuando nuestros ingresos y nuestra capacidad para obtener nuevas fuentes de ganancias disminuyen. 

Esa deseada tranquilidad se ve reforzada si las aportaciones que se realizan obtienen beneficios y además conseguimos ahorrarnos un dinero en impuestos.

La forma de conseguir ese dinero extra en la jubilación, en el caso de los planes de pensiones, es realizar aportaciones periódicas a este producto financiero, que se asimila a los fondos de inversión por su carácter de inversión colectiva y por sus diversidad de políticas de inversión.

Fiscalidad de los planes de pensiones

La gran diferencia de los planes de pensiones sobre otros productos de inversión y de ahorro, es que con ellos se puede obtener una importante desgravación por las aportaciones realizadas.

Para determinar el ahorro que se puede conseguir tenemos que tener en cuenta el concepto de “base imponible” que se usa en la declaración de la renta. Esta es la cantidad final sobre la que se aplican los porcentajes de impuestos correspondientes. 

Los planes de pensiones permiten restar de esta cifra, y de forma directa, la cantidad máxima de 8.000 euros o hasta un 30% de los rendimientos netos del trabajo y actividades económicas.

¿Quién saca el mayor provecho a los Planes de Pensiones?

Pero no todo el mundo desgrava de la misma manera, y para entenderlo bien vamos a poner un ejemplo. 

Si un contribuyente realiza una aportación de 200 euros al mes durante este ejercicio, es decir 2.400 euros anuales, conseguirá un ahorro con relación a su base imponible. Si sus ingresos no sobrepasan los 12.450 euros anuales tributará al tipo más bajo, el 19% actualmente, por lo que sus aportaciones supondrían un ahorro neto de 456 euros, más de dos meses de aportaciones. 

En cambio, si los ingresos están por encima de esta cifra y hasta 20.200 euros, su tipo impositivo subirá hasta el 24%. Los tipos suben al 30% para ingresos de 35.200, 37% para los de 60.000 euros y el 45% para los de más de 60.000 euros

Así, una persona con unos ingresos superiores a 60.000 euros conseguiría un ahorro, haciendo las mismas aportaciones del ejemplo anterior, de 1.080 euros, cantidad equivalente a más de 5 meses de aportaciones.

Además, en este último caso, si las aportaciones llegaran al máximo de 8.000 euros anuales, el ahorro en la declaración de la renta llegaría hasta los 3.600 euros.

Conseguir el máximo de desgravación posible

Las aportaciones no tienen que ser necesariamente mensuales, sino que pueden ser trimestrales, semestrales o anuales, pudiendo hacerlas automáticas o manuales.

Por eso, si realizamos cálculos previos podemos ajustar el importe total con nuestra aportación a final de año para conseguir el máximo de desgravación permitida.

Inconvenientes de los planes de pensiones

Como siempre, no es oro todo lo que reluce y hay que conocer los inconvenientes que pueden tener los planes de pensiones. Veamos algunos:

Rescate tardío del dinero aportado. El producto está diseñado para obtener el importe en el momento de la jubilación y como se aconseja “empezar cuanto antes” a realizar aportaciones, ese momento puede estar muy lejos, por lo que es posible que necesitemos el dinero antes de dicho plazo.

No obstante, se han realizado reformas sobre este punto en el 2015 y desde el 2025 se podrán recuperar las cantidades aportadas con una antelación de 10 años

También es posible recuperar las cantidades en casos excepcionales como el recibir la incapacidad total y permanente o permanecer en el paro de forma prolongada. En cualquier caso, deberían de ser cantidades que, en principio, no se necesiten en el corto y medio plazo.

Mala fiscalidad en el momento del rescate. Sí, todas las ventajas fiscales recibidas en el período de aportaciones se esfuman en el momento de recuperar el dinero aportado y la rentabilidad que el mismo haya generado. 

Porque el dinero rescatado de los planes de pensiones tributa como rendimientos del trabajo, y lo hace por la totalidad del importe recibido y no solo por los beneficios obtenidos como podría pensarse. 

Los tipos impositivos son los mismos citados anteriormente y hay que tener en cuenta que si se obtiene todo el importe de una sola vez se tendrá que pagar impuestos por los tipos más altos. 

Sin embargo, existe la posibilidad de recibir el dinero poco a poco, en forma de renta, o incluso en forma mixta mezclando las dos anteriores, tributando a lo largo de varios