Dinero fácil, rápido y sin grandes exigencias para los clientes. A priori, porque la realidad puede ir luego por otro camino. Las tarjetas ‘revolving’ amenazan con convertirse en el nuevo campo de batalla legal contra el sector bancario, ante las demandas que ya están llegando a los tribunales por falta de transparencia sobre los intereses que se acumulan en la vida de estos ‘préstamos de plástico’. 

“El problema no está en el tipo de interés aplicado, que suele rondar el 20% y es similar al de otras tarjetas de crédito”, asegura Patricia Suárez, presidenta de Asufin. “El gran error es la falta de claridad a la hora de calcular y recalcular esos intereses y, del mismo modo, de comunicárselos al cliente”, indica.

Los expertos recuerdan que la principal característica de las tarjetas ‘revolving’ es que, en vez de ofrecer directamente al usuario pagar lo comprado al final del mes, como una tarjeta de crédito tradicional, suelen emplear un sistema de plazos de pago más largos con cuotas fijas que elige el cliente en las que, si se pagan cantidades bajas, pueden llegar a no cubrir el principal, generando nuevos intereses “que se acumulan como una bola de nieve”, advierten desde Asufin. 

“En ocasiones, la entidad financiera activa al cliente la modalidad ‘revolving’ por defecto”, reconoce Fernando Tejada, director del departamento de Conducta de Mercado y Reclamaciones del Banco de España.

CIFRAS A VIGILAR

Los datos del organismo, que son provisionales al variar según la evolución de las tramitaciones individuales, evidencian que las reclamaciones por este tipo de financiación a plazo se han más que duplicado este año, hasta las 241 que se registraron a cierre del primer semestre, frente al centenar que el organismo registró en el mismo perioodo de 2018.

La cifra de 2019 supera incluso las reclamaciones que el Banco de España registró en todo el pasado año, 204, según consta en la última Memoria de Reclamaciones del organismo. Tejada descarta que este incremento se traduzca en un nuevo riesgo de litigio para la banca. “El crecimiento en las reclamaciones no indica que haya un incremento de la conflictividad; más bien, los datos responden a una coyuntura económica favorable en la que el crédito al consumo está aumentando”, asegura. “No es un asunto alarmante que tenga que preocupar al sector”, insiste el directivo del Banco de España.

Sin embargo, reconoce que el organismo sigue de cerca la evolución de este tipo de plásticos. “Estamos haciendo medicina preventiva”, insiste Tejada, en referencia a las recomendaciones disponibles en el propio Portal del Cliente del organismo para evitar sorpresas negativas al contratar una tarjeta de este tipo.

Por ejemplo, entre sus ‘consejos’ a las entidades destaca el de facilitar de manera mensual información sobre el plazo de amortización previsto, teniendo en cuenta la deuda generada y pendiente y la cuota elegida por el cliente. También anima a los bancos a crear escenarios con ejemplos sobre el ahorro que supondría aumentar el importe de la cuota a pagar. Y han lanzado un simulador para que el cliente sepa la fecha en la que terminará de pagar su deuda y el importe de los intereses. 

LÍMITES LEGALES

Todos estos movimientos ‘preventivos’ evidencian que el organismo vigila de cerca la evolución de las ‘revolving’. Pero desde las asociaciones de consumidores piden más. El rúnrún entre los usuarios apunta a la necesidad de establecer límites legales para que la deuda acumulada en estos préstamos no pueda superar al principal de una forma considerada como ‘abusiva’. En este sentido, desde el Banco de España recuerdan que “los tipos de interés son libres, sin perjuicio de los que, en relación con su eventual abusividad, puedan establecer los tribunales”.

“La regulación sobre esta materia escapa de la competencia del Banco de España y solo podemos supervisar el cumplimiento de la normativa y establecer cautelas a través de las buenas prácticas para que las entidades informen correctamente al cliente de todas las modalidades de pago posibles”, añaden desde las institución comandada por Pablo Hernández de Cos.

Tejada recuerda el interés del supervisor por el préstamo responsable, en un momento en el que el euríbor en negativo deja poco margen de rentabilidad con otros créditos como los hipotecarios. De hecho, el imparable crecimiento del crédito al consumo –con mayor tendencia a la morosidad- ha copado buena parte de las advertencias del organismo en el último año. Y la financiación con tarjetas de ‘plástico’ ha tenido un gran impacto en esta tendencia. 

En concreto, los préstamos con tarjetas crecieron en mayo hasta los 14.000 millones de euros, un 7,2% más que hace un año. Los expertos indican que las cifras no son preocupantes, pero muchos temen que esta tendencia esconda una señal de alarma ante la posibilidad de que, de nuevo, bancos y clientes caigan en la espiral de ‘vivir por encima de sus posibilidades’.

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