Llega la Navidad y, con ella, un número elevado de gastos. Más allá de que toque el Gordo de Navidad (para aquellos que juegan con esa ilusión), hay otras formas de conseguir un dinero extra que viene ‘de perlas’ en estas fechas. Y una de ellas es contar con determinados billetes de las antiguas pesetas.

Antes de entrar en detalle sobre cuáles son esos billetes de peseta que han transformado su valor en miles de euros, conviene recordar que la peseta dejó de ser un método de pago el 2 de enero de 2002. Y, quien más, quien menos, ya sea por coleccionismo, o por descuido, hay quien tiene monedas y billetes de las ‘antiguas’ pesetas.

No se trata de una cantidad pequeña. Los españoles dejaron sin cambiar pesetas por euros por valor de 1.575 millones de euros, según el Banco de España. En concreto, 728 millones correspondieron a monedas; y 793 millones a billetes. Un auténtico pastón ya que conviene recordar que el cambio que se adoptó fue el siguiente: 1 euro igual a 166,386 pesetas.

¿Por qué se cotizan tanto los billetes?

Fue el 19 de octubre de 1868 cuando un decreto del Gobierno estableció la peseta como unidad básica del sistema monetario español. Por tanto, ha estado en el bolsillo de los ciudadanos durante más de 130 años. Otra fecha relevante fue el 1 de julio de 1874, cuando se le concedió al Banco de España la exclusividad para emitir los billetes.

¿Y por qué son tan codiciados? El hecho de que sean auténticos tesoros se debe a una serie de circunstancias. Una de ellas es que, al ser sustituidos por el euro, ya no están en el mercado. Por tanto, son piezas que ya no están tan al alcance de la mano de los ciudadanos y, por ende, difíciles de conseguir.

[Atención a las monedas que llevas en el bolsillo: parecen euros pero no valen nada]

También hay que tener en cuenta otra serie de circunstancias que pueden disparar o desinflar lo que se acabe pagando por dichos billetes. Por ejemplo, la textura y el estado del papel; que formen parte de tiradas especiales; y que tengan algún tipo de error o anomalía.

Teniendo en cuenta todos los hechos reseñados, a continuación te mostramos una selección de cinco billetes de peseta que han inflado su valor y por los que hoy se pagan miles de euros.

¿Cuáles son los billetes más caros?

No es uno, sino varios, los primeros billetes que entraron en circulación el 1 de julio de 1874 con valores faciales de 25, 50, 100, 500 y 1.000 pesetas. Cinco billetes por los que se pueden llegar a pagar hasta 30.000 euros.

Dos cuestiones sobre estos billetes: una, dado su elevado valor en la época, sólo estaban destinados a ser manejados por bancos y otras entidades financieras; y, dos, se emitieron sólo dos millones de ejemplares de esta primera serie. Todos ellos los hemos englobado como si fueran uno solo, para así dar cabida a otros billetes que también suman importantes cantidades de dinero pagadas por los coleccionistas.

Así es el billete de 100 pesetas de la Dama de Elche.

Así, y como segundo billete que ha inflado su valor, podemos indicar uno de 1874. En el mismo aparece el busto de Goya, y su valor es de 500 pesetas. ¿Otras características? El anverso, donde está el rostro del pintor, fue grabado por Domingo Martínez y la viñeta de la izquierda se debe a Navarrete. El reverso es calcográfico sobre fondos litográficos.

Con una dimensión de 174 por 99 milímetros, su tirada fue de 19.500 billetes. Fueron retirados el 18 de junio de 1902. ¿Y cuál es su valor actualmente? Ronda entre los 15.000 y los 20.000 euros, cantidad que varía dependiendo de los aspectos antes indicados.

El tercero en discordia sería el billete de 100 pesetas de 1938, con la Dama de Elche, que puede alcanzar un precio de entre 15.000 y 20.000 euros en subasta. El primer ejemplar fechado data del 1 de julio de 1937, en plena Guerra Civil. Como dato anecdótico, no llegó a ponerse en circulación.

En el cuarto lugar estaría un billete de 500 pesetas, de 1943, con el rostro del Cardenal Cisneros. Puede valer hasta 4.500 euros. Por último, un billete de 1.000 pesetas que tuvo una tirada de medio millón de ejemplares y por el que se pueden llegar a pagar hasta 4.000 euros. Su fecha es la de 1907 y tiene la marca de agua de Carlos I.