La guerra ha estallado entre OHL y Horos, la gestora que hasta hace unos meses figuraba entre los inversores institucionales señalados de la constructora. Los responsables de la firma han hecho balance de su primer año de vuelo en solitario tras su explosiva retirada de Metagestión y comentan sin paños calientes su “doloroso error” al haber apostado por OHL. Dicen que acudieron “como abejas a un tarro de miel, sin cuestionarnos si había gato encerrado”. Y concluyen que vaya si lo había al afirmar que “los números pueden engañarnos si están inflados por la compañía, aprovechando la normativa contable, u ocultan información relevante al mercado”.

La constructora se defiende al reafirmar la "legalidad" y "transparencia" de sus cuentas y asegura que ya "está analizando la información publicada Horos y se reserva cualquier acción legal que pudiera llevar a cabo ante el daño reputacional ocasionado" por unos gestores que al cierre del pasado septiembre tenían confiados 1,3 millones de euros de los clientes de sus dos fondos a acciones de OHL, casi el doble que al término del trimestre anterior según recogen los documentos de registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El convencimiento de Horos de que OHL no ha sido todo lo transparente que debiera se concreta en la siguiente afirmación de sus gestores: “No podemos controlar si los números son falsos. Lo que sí podemos controlar es con qué equipos directivos nos asociamos”. En la constructora insisten en que su equipo directivo "apuesta por la transparencia y por ofrecer al mercado toda la información en relación con su actividad". Y en Horos, con la suya, remachan: “Tenemos que ser mucho más exigentes con su reputación”.

"No podemos controlar si los números son falsos, sí podemos controlar con qué equipos nos asociamos; tenemos que ser mucho más exigentes con su reputación"

Este convencimiento suyo junto al “impacto en la rentabilidad” de estos vehículos ha llevado al equipo comandado por Javier Ruiz a deshacer toda la posición en la compañía constructora. El detonante, aseguran, tiene que ver con un viejo contrato para la construcción de un hospital en Catar. El proyecto, con el que la española se alzó en 2008 fue rescindido en 2014 por supuestos incumplimientos de plazos. Entonces, se inició un arbitraje por el que se reclamaban entre 400 y 500 millones de euros, de los que al menos 200 millones se daban “como muy probables de cobro”.

Desde la compañía se asegura que el proceso sigue abierto y hay cantidades todavía pendientes de cobro. Sin embargo, para Horos fue determinante que el pasado mes de noviembre el Tribunal de la Cámara Internacional de Comerció emitiese un laudo parcial que solo reconocía 44 millones para OHL. Los gestores ‘value’ aseguran que buscaron explicaciones que los dejaron “con la sensación de que no se estaba dando toda la información”. No han querido explicar a este portal si se mantuvieron reuniones con los directivos de la constructora o se trató de consultas al uso a través del canal habitual de inversores y accionistas. Ya por aquel entonces, la firma de inversión había reducido “de manera muy relevante” su apuesta por la histórica constructora, explican en su carta.

Como ocurrió con otros muchos gestores, analistas y hasta agencias de rating, la venta de la división de Concesiones puso a OHL en el radar de compra de los chicos de Horos. Así, explican que “incluso asumiendo salidas futuras por necesidades de circulante y pérdidas por proyectos en curso”, la posición en caja fuerte llegó a ser superior al valor bursátil de la constructora. El discurso cambió cuando, a partir de las cuentas del primer trimestre de 2018, se empezó a comunicar “un incremento en las necesidades de circulante mayor de lo esperado” en función de lo que el propio equipo directivo había ido adelantando previamente. Este escenario se ha repetido con cada publicación de balance sucesiva, con su consiguiente y drástico castigo en bolsa.

Entre los malos tragos que señalan desde la firma inversora en su balance anual está también el anuncio de pérdidas extraordinarias por 77 millones de euros asociadas a sobrecostes en el proyecto del hospital CHUM en Canadá y la venta por 88 millones de sus activos mexicanos de Mayakoba, “cuando su valor en libros rondaba los 150 millones”, explican. Por su parte, OHL subraya que "actúa siempre en el marco de la legalidad y sus estados financieros son auditados por una de las 'Big Four' [Deloitte], con informes limpios, sin salvedades contables, desde su salida a bolsa", si bien en algunas ocasiones ha dado un toque de atención a la compañía en cuanto a su capacidad de equilibrar sus pasivos.

MAGALLANES TAMBIÉN SE VA

Más allá de los números contables, lo que indican las cifras de la bolsa es que OHL ha sido uno de los lastres más pesados en el grueso de la industria de inversión de perfil ‘value’ en España a lo largo de 2018. La abrupta caída del valor no ha contribuido a dar brillo a las tesis de los gstores que venían apostando por la constructora. Magallanes, Azvalor y Metagestión -por la cartera heredada de los actuales gestores de Horos- han sido algunos de los nombres galopeados por una compañía viene arrastrando pérdidas desde 2016 y cuyo plan estratégico sigue sin dar los frutos esperados. Pero los responsables de inversión de estas tres casas nunca han puesto en tela de juicio la contabilidad del grupo.

En este mismo discurso, Iván Martín Aránguez, director de inversiones de Magallanes acaba de anunciar este viernes en su carta trimestral la venta total de su participación en OHL, que "nunca superó el 2% del peso del fondo Iberian Equity". En el caso de Horos, el fondo ibérico llegó a confiar más de un 5,4% de su patrimonio a la constructora. Martín se limita a lamentarse porque "a pesar de algunas alertas negativas de mercado, nos aferrábamos a que la caja era superior a la capitalización bursátil". Añade después que, incluso con esta liquidez, "hoy se demuestra que se quemaría a una velocidad de vértigo" y surgirían nuevas necesidades de circulante a futuro.

"Nos aferrábamos a que la caja era superior a la capitalización bursátil, pero hoy se demuestra que se quemaría a una velocidad de vértigo"

Después de todo, el adiós en OHL no ha sido el único que han ejecutado los gestores de Horos en la recta final de 2018. En la cartera ibérica, además de en la constructora, han procedido a la retirada en Merlin Properties, Global Dominion y Nos. A cambio, han dado entrada a la automovilística Gestamp y la renovable Greenalia. En la cartera internacional, la constructora ha perdido su puesto junto con BME y Barón de Ley, mientras que Sonae Capital se ha convertido en su apuesta más reciente. La bodeguera también ha sido venta para Magallanes, cuyos gestores explican que han acudido a la reciente opa sobre el valor.

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