La alquimia de los tipos de interés negativos sigue destilando resultados históricos para la deuda pública. Cuando parecía que la anhelada normalización monetaria iba a erradicar la anomalía que supone que quien se endeuda es quien cobra un interés, y no quien le presta, el viraje de las expectativas en el terreno monetario no solo está prolongando la 'era de los tipos negativos', sino que la está llevando más lejos que nunca en algunos casos. 

Ningún otro título lo refleja mejor que el bono alemán a 10 años, el famoso 'bund'. Tras su incursión en las inexploradas aguas de los rendimientos negativos en 2016 al abrigo de eventos como el 'Brexit', esa fase se daba por superada. La realidad, sin embargo, es que lo que está superando ahora el 'bund' son los mínimos históricos de aquellos meses. Si entonces descendió hasta el -0,16%, ahora se encuentra ya en el -0,24%. A más corto plazo los intereses negativos son aún más acusados, con los títulos a dos años en el -0,66% y a cinco años en el -0,60%. 

Aún hay casos más extremos, como el de Suiza, con el rendimiento de sus bonos a dos años en el -0,84% y el de sus títulos a una década en el -0,46%. La sombra de los tipos negativos también se proyecta en la deuda pública española y se alarga hasta los bonos a cinco años, con un interés de, -0,14% y con las letras a 3 meses en el -0,44%. Esta nueva oleada compradora de bonos, con el consiguiente descenso de los rendimientos porque bajan cuando el precio sube, desemboca en que el volumen de deuda pública con intereses negativos se calcule en 10 billones de dólares -cerca de 9 billones de euros-

TOQUE DE CORNETA DE LOS BANCOS CENTRALES

El 'bund', como principal referencia de la Eurozona, acapara las miradas no solo por estar yendo más lejos que nunca, sino por la velocidad a la que lo está haciendo, puesto que finalizó 2018 en el 0,24% y pocos meses antes, en octubre, rebasó incluso el 0,50%. Este cambio de escenario y la intensidad con la que se está produciendo no son más que la réplica del cambio de expectativas en torno a los bancos centrales.  

En diciembre, la Reserva Federal (Fed) ejecutó el cuarto incremento de los tipos de interés de 2018 para situarlos en el 2,25-2,50%. Seis meses después, el mercado da más de un 80% de probabilidades a que el banco central de EEUU baje los tipos en julio. En el caso del Banco Central Europeo (BCE), ha pasado de finiquitar las compras netas de deuda en el mercado en diciembre y contemplar una subida de los tipos en septiembre u octubre de este año a retrasar ese aumento hasta el menos mediados de 2020 y sin descartar ni bajar más los tipos, lo que supondría poner los oficiales en negativo porque ahora están en el 0%, ni retomar las compras netas de deuda en el mercado. 

MÁS EFECTOS

Este cambio de escenario, alentado principalmente por la disputa comercial entre EEUU y China y el temor a que provoque un frenazo importante en la economía mundial, genera más impactos en el universo financiero. En paralelo al descenso del rendimiento del 'bund', y también al calor del BCE, el euríbor a 12 meses, la referencia para la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España, ha avivado sus caídas y su media mensual provisional de junio se acerca al -0,18%.

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