Rubén Escudero Eduardo Ortega Socorro

Este jueves el sector de las criptomonedas ha sufrido la primera gran crisis de su corta historia. Un pinchazo que ha costado más 200.000 millones de dólares al sector de las monedas digitales. Un 'crack' económico que ha comenzado con Luna, del ecosistema Terra.  

Seguramente, muchos inversores no hayan oído hablar de Luna, aunque ya sí que estarán notando sus efectos sobre el mercado de los criptoactivos. Su ecosistema, Terra, funciona con dos tokens: UST y Luna.

UST es una stablecoin vinculada en paridad de valor al dólar estadounidense, mientras que Luna es un token de gobernanza. Y todo el ecosistema está construido alrededor de la stablecoin UST.

A diferencia de muchas stablecoins, la UST de Terra es algorítmica. Esto significa que, en lugar de acumular dólares para mantener la paridad con la moneda real, se basa en un algoritmo que utiliza varios incentivos de mercado (lo arbitra) para mantener un precio establecido respecto al propio dólar.

Sin embargo, el efecto de estabilidad que tenía que tener UST sobre Luna ha fallado. Así, la Luna Foundation Guard (LFG) había señalado los 0,98 dólares como el nivel a defender. Sin embargo, hoy cotiza a 0,12 dólares, habiendo perdido el 88% de su valor.

Efecto contagio

Esto ha provocado que el miedo se haya instalado entre los inversores de criptomonedas por el efecto contagio que Luna pueda tener sobre las criptodivisas más populares, como bitcoin, ethereum o cardano.

Con todo, Javier Molina, portavoz de eToro en España, descarta esta posibilidad con rotundidad. “Simplemente es un proyecto que ha fallado”, tranquiliza Molina. “Estaba bien planteado porque era una blockchain que intentaba emitir stablecloins, pero que no dependiera de un colateral”.

De esta manera, Luna viene a ser como un banco central que, sin embargo, 'cede' sus competencias a los algoritmos matemáticos para que arbitren en el mercado.

“Cuando el mercado ha estado bien, ha funcionado”. Pero el episodio recuerda a Soros y la libra británica. “El algoritmo no ha estado nunca ante una presión tan fuerte como ahora y ha colapsado”.

Como las 'puntocom'

“Obviamente, que una de las diez mayores criptomonedas por capitalización se hunda no es bueno, pero es un fenómeno natural que no todos los proyectos funcionan. Como ocurrió con las 'puntocom' en los 2000. Muchas tecnológicas de aquella época se fueron a pique, no tenían nada detrás, pero las nuevas tecnologías llegaron para quedarse y hoy marcan nuestra vida”, pone en contexto Molina en conversación con EL ESPAÑOL-Invertia.

Amparándose en este símil, el experto de eToro confía en que “el ecosistema de las criptodivisas no está dañado”, simplemente puntualiza que, como en todo sector económico o industrial, “sobrevivirán las que aporten más valor”.

Lo que sí es cierto es que las criptos más grandes podrán vivir jornadas de volatilidad. “Si el mercado clásico de acciones y bonos sigue cayendo, las criptomonedas caerán igualmente. La correlación es muy alta, más de lo que se esperaba. Pero, aunque todos estemos de acuerdo en que hay una burbuja de proyectos sobre criptodivisas que no aportan nada, hay criptoactivos para rato y los ganadores se llevarán el mercado”.

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