Aunque se esperaba que en él se recupere el nivel de PIB prepandemia, el último trimestre del año supone un gran desafío para la economía británica en medio de una continua crisis de suministros, el alza de los precios de la energía y una contracción de los ingresos familiares. Sin embargo, todo apunta a que Bank of England subirá los tipos de interés este año

El PIB mensual subió un 0,4% en agosto, por debajo del consenso de una ganancia del 0,5%. El crecimiento ese mes (allí se calcula el PIB también mensualmente) fue impulsado por los servicios de alojamiento y comida, así como por las actividades de entretenimiento y recreación, probablemente porque la gente no pudo pasar las vacaciones de verano en el extranjero debido a las restricciones gubernamentales para viajar.

Pero esos incentivos están a la baja. De hecho, las ventas del comercio minorista registraron el pasado mes de septiembre una caída del 0,2%, después del retroceso del 0,6% observado en agosto, lo que amplía a cinco meses consecutivos los descensos en la peor evolución del comercio británico desde que en 1996 la Oficina Nacional de Estadística (ONS) comenzó a recopilar datos.

A esto se ha añadido el problema del gas. Cerca de 20 comercializadoras han dejado de prestar servicio en el país debido al encarecimiento de costes. 

No obstante, el economista jefe del BOE Huw Pill dijo al Financial Times la semana pasada que la inflación del Reino Unido puede superar el 5% en los próximos meses, lo que coloca al BOE, que apunta a una tasa del 2%, en una posición incómoda. 

Subida de tipos 

El Bank of England "parece preocupado por la inflación", escribe Robert Wood, economista de Bank of America en el Reino Unido, y agregó que los responsables de la formulación de políticas "subirán temprano" para evitar más aumentos en el futuro. BofA espera un aumento del 0,15 en diciembre, seguido de un 0,25 en febrero, lo que está en línea con las apuestas del mercado.  

Los mercados monetarios ven un aumento adicional de un cuarto de punto porcentual para llevar la tasa clave al 0,75% en agosto. Dado que es probable que la inflación retroceda en la segunda mitad de 2022, es poco probable que se produzca un nuevo aumento hasta 2023. 

Recordemos que el tipo de interés oficial en el Reino Unido está en el 0,10% desde marzo de 2020, tras dos bajadas consecutivas, provocadas por la pandemia, que cambiaron el 0,75% que se venía manteniendo desde verano de 2018. 

Hasta antes del verano, los mercados financieros esperaban la primera subida de tipos a principios de 2023. Este cambio de precio de las expectativas del mercado es importante y afecta a toda la curva de rendimiento. El movimiento comenzará a repercutir en los costos de los préstamos incluso antes de que suba la tasa de política principal. 

La recuperación de 2021 se ha desarrollado como se esperaba, el mercado laboral se ha endurecido y el crecimiento de los salarios es ahora sorprendentemente firme y generalizado. 

Y esto es lo que más preocupa al Bank of England. Según sus cálculos, si se eliminan las distorsiones causadas por la pandemia, el crecimiento salarial parece estar en un 4%, muy por encima del nivel consistente con el objetivo de inflación del 2% del banco central. 

También influye la actitud del gabinete de Boris Johnson. A diferencia de la UE y de los EE. UU., el gobierno del Reino Unido tiene poco apetito por nuevos programas de gasto. Las compras de activos del BOE están terminando y el gobierno está dejando pasar la oportunidad que presentan los bajos costos de endeudamiento para gastar más.  

Eso contrasta con la UE, donde el programa Next Generation apoyará el crecimiento en 2022 y más allá, y los EE. UU., donde el presidente Joe Biden espera aprobar grandes paquetes de gastos como parte de su plan económico. 

Esto lleva a que el banco central tenga menos presión para financiar los déficits presupuestarios. También ha influido en la rentabilidad del bono a 10 años, que ha doblado su rentabilidad (actualmente en torno al 1,15%) en apenas dos meses, amplificando el movimiento global de aumento de tipos de interés de la deuda propiciado por el anuncio de tapering de la Fed

Críticas 

Muchos advierten que las tasas de interés más altas corren el riesgo de socavar la frágil recuperación del Reino Unido de la pandemia. Analistas consultados por Bloomberg advierten que tasas más altas podrían recortar un 0,8% del nivel del PIB para mediados de 2022. 

Consideran que el gobernador Andrew Bailey está demasiado preocupado por la credibilidad del banco central y no le preocupa lo suficiente la posibilidad de interrumpir la recuperación antes de tiempo. 

“La urgencia con la que el BOE está avanzando con las subidas de tipos en relación con sus pares internacionales parece aún más extraña” afirman. 

Y es que es raro que en casi todas partes consideren que las presiones inflacionistas son transitorias menos en Reino Unido. Las revisiones estratégicas de la política monetaria llevaron al Banco Central Europeo y la Reserva Federal a concluir que es mejor proceder con paciencia.  

El contexto internacional hace que el cambio radical del BOE parezca aún más extraño. Casi todos creen que es mejor actuar contra una inflación importada por los precios energéticos después que antes, pero  quizás no tienen en cuenta el brexit. 

Los efectos del Brexit 

A diferencia de la pandemia, que se espera deje una pequeña mella en la capacidad de oferta de la economía, los efectos del Brexit se sentirán durante muchos años.  

Los flujos comerciales más bajos actuarán como un lastre para la productividad, mientras que los controles más estrictos sobre la migración ralentizarán el crecimiento de la oferta laboral en más de lo que lo habría sido si Gran Bretaña se hubiera quedado en la UE. 

La economía británica conservará profundas cicatrices mucho después de que haya pasado la pandemia, lo que ralentizará el crecimiento y aumentará la presión sobre las finanzas públicas, concluyó un informe del Instituto de Estudios Fiscales británico. 

Esto ilustra las presiones que enfrenta el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, por el aumento de los precios y el de las tasas de interés, que probablemente agregarán 15.000 millones de libras (unos 18.000 millones de euros) a los pagos de la deuda del Tesoro este año y en el futuro. 

Sin embargo, la independencia del Bank of England no está en entredicho y aunque no le guste al gobierno, la subida de tipos antes de final de año parece inevitable. Los tipos podrían subir incluso en la cercana reunión del 4 de noviembre.

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