Seguro que están hartos de escucharme hablar de la 'Gran Rotación'. Pero tampoco me negarán que acerté en el pronóstico. Es más: no ha hecho más que empezar.

El primer paso fue la incorporación de las bolsas europeas a la tendencia alcista que capitaneaban las bolsas norteamericana y china. Lógico, puesto que, como dijimos, el origen de la rotación está en la normalización económica y la Eurozona necesita más que nadie la vacuna para volver a funcionar.

La economía norteamericana puede aguantar mejor los confinamientos gracias a su alto grado de digitalización. No así Europa, que, en comparación, es una indigente digital.

El segundo movimiento de la 'sinfonía' de la rotación ha sido sectorial y también relacionado con el tamaño de las empresas, como también anunciamos en su día. Y está en pleno apogeo. De hecho ya está marcando la diferencia en los resultados de las carteras, sean de valores o de fondos. Y va a seguir haciéndolo.

El tercer movimiento empieza ahora y se divide en dos fases: la institucional y la minorista. Y para beneficiarse de este tercer movimiento habrá que hacer lo mismo que en los dos anteriores: detectar los motores de la rotación e identificar a los beneficiarios.

¿Qué pasará cuando los fondos de renta fija se conviertan en garantizados de rentabilidad negativa?

El origen de cualquier rotación es un movimiento de dinero y para la primera fase de este tercer movimiento hablamos del dinero que está en compañías de seguros, gestoras de planes de pensiones, etcétera, que hasta ahora estaba cómodamente sentado en bonos cuya cotización subía gracias a las compras de los bancos centrales.

Para la segunda fase hablamos del dinero de los ahorradores particulares, igualmente cómodo -por el momento- en fondos de renta fija y cuentas corrientes. Ambos, instituciones y particulares, tienen algo en común: están cómodos, pero en breve empezarán a sentirse incómodos.

Las compras del Banco Central Europeo (BCE) o la Fed seguirán durante cierto tiempo, pero han pasado de ser fuente de plusvalía a servir sólo para mantener a duras penas los precios de los bonos. Y esa debilidad en los precios se debe a que inversores muy grandes se están viendo venir el cambio y aprovechan la última oportunidad de colocarle al BCE y a la Fed todos los bonos que puedan mientras los bancos centrales compren.

Esa enorme cantidad de papel está haciendo que las compras masivas del BCE no sirvan para que suban los precios, sino simplemente para que no caigan demasiado. Esas instituciones venden porque nadie quiere quedarse con un bono con rentabilidad negativa el día que los bancos centrales bajen su ritmo de compras. Y no les quiero decir si la normalización produce un repunte de la inflación.

Los analistas dan poca importancia a lo que haga 'la gente', pero es un error

Pero tan importante como predecir dónde irá el dinero institucional es predecir dónde irá el dinero de 'la gente'.

Porque 'gente' no es solo la que determinados partidos consideran de su propiedad. Hay gente -de todo tipo de ideología y nivel social- que ahorra e invierte de cara al futuro. Esa 'gente' tiene ahora su dinero mayoritariamente en fondos de renta fija, en cuentas corrientes o directamente bajo el colchón, pero ¿será siempre así?

¿Qué pasará cuando los fondos de renta fija se conviertan en garantizados de rentabilidad negativa, al no dar cupón ni plusvalía pero sí cobrar altas comisiones de gestión? Y el dinero que está en cuentas corrientes, ¿cómo reaccionará cuando las entidades financieras le 'inviten' a comprar productos financieros de la casa o pagar por estar en una cuenta?

No me interpreten mal, ya sé que en Europa la mayoría del dinero seguirá en cuentas corrientes, incluso pagando -o bajo el colchón-, pero también es cierto que una parte de ese dinero se verá forzada, voluntaria o involuntariamente, a buscar rentabilidad. Los motivos dan para un artículo, pero podrían resumirse en la necesidad de complementar pensiones menguantes y el 'efecto llamada' de los resultados que están teniendo y seguirán teniendo los fondos de inversión (de renta variable y mixtos a partir de ahora).

El gran movimiento de la rotación está todavía pendiente y se va a generar cuando inversores grandes y pequeños de corte conservador se percaten de que se acabó el chollo de la 'represión financiera'. Sí, esa que revalorizaba los bonos -y en consecuencia los fondos de renta fija- un año sí y otro también.

Tener claro el proceso, los protagonistas y el timing va a marcar la diferencia de rentabilidad entre carteras de fondos en el medio plazo y largo plazo. Igual que en el corto y medio plazo las están marcando los factores que mencionamos al inicio de este artículo.

La gente que ahorra de cara al futuro tiene ahora su dinero en fondos de renta fija, cuentas corrientes o bajo el colchón

Los analistas le dan poca importancia a lo que haga 'la gente', pero es un error. Primero, porque estamos hablando de mucho dinero, no sólo de unos cuantos traders que se ponen a especular porque se aburren en el confinamiento. Segundo, porque el dinero de las instituciones viene en muchos casos de los ahorros de 'la gente'.

Y, finalmente, pero no menos importante, porque hay que aprovechar este movimiento, ya que cuando 'la gente' esté invertida habrá acabado esta tendencia alcista. Y ocasiones como esta no hay muchas, así que hay que aprovecharlas mientras duren.

***Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance.