A medida que la humanidad se desarrollaba y las ciudades crecían, la energía se convertía en un insumo crítico. Los combustibles fósiles, como petróleo, gas natural y carbón, ayudaron a impulsar el desarrollo humano a niveles inimaginables antes de la Revolución Industrial. Sin embargo, también trajeron consigo el efecto invernadero, la lluvia ácida, la contaminación del aire, suelo y agua.

En la segunda mitad del siglo XX, los científicos empezaron a buscar las fuentes alternativas que no alterasen al medioambiente, al mismo tiempo sin frenar el desarrollo económico y asegurando la seguridad del suministro. Incluso en el contexto de la pandemia de coronavirus la energía renovable ha sido la fuente de energía más resistente.

Una vez que se implementaron las medidas de confinamiento obligatorio, la demanda de electricidad cayó mientras que los niveles de energía eólica y solar fotovoltaica se mantuvieron estables. Esto condujo a un notable aumento en la participación de la demanda de energías renovables variables.

Para ser más precisos, en el primer trimestre de 2020, el uso global de energía renovable en todos los sectores aumentó aproximadamente un 1,5% en relación con el primer trimestre de 2019. En total, el año pasado, alrededor del 11% de la energía primaria mundial provino de tecnologías renovables.

Asimismo, vemos necesario mencionar que los países empiezan a introducir “leyes verdes”. Hace poco, California, el mayor comprador de vehículos en EEUU, anunció que prohibirá las ventas de automóviles y camiones nuevos a gasolina y diésel en el estado para 2035.

Montaje creativo sobre energías renovables.

En Europa tenemos el Pacto Verde Europeo que busca impulsar un uso eficiente de los recursos mediante el paso a una economía limpia y circular y restaurar la biodiversidad y reducir la contaminación. De esta manera la UE aspira a ser climáticamente neutra en 2050. Para ello es necesario, entre otras cosas, invertir en tecnologías respetuosas con el medio ambiente.

Entre las principales energías renovables se encuentran: hidráulica, eólica, solar, la de biomasa (busca aprovechar la materia orgánica), energía nuclear e hidrógeno. La ultima fuente de energía se hizo más famosa en los últimos meses por la acusación de Hindenburg a Nikola, el fabricante de camiones propulsados por hidrógeno y a base de batería. La compañía estadounidense teóricamente tenía la ventaja de producir el hidrógeno barato…

Después de 2030, el hidrógeno debería convertirse en la principal fuente de energía para la economía alemana. La demanda del mercado alemán de hidrógeno podría llegar a ser de 90-110 TWh para 2030. En la situación actual, muchos empezaron a especular que las compañías energéticas podrían llegar a reemplazar las exportaciones de petróleo por el hidrógeno.

El problema principal es el coste de la producción de hidrógeno 'verde'. En este contexto, no debería ser ninguna sorpresa que represente solo el 4% de la producción mundial (el 78% del hidrógeno se obtiene del procesamiento de gas natural y petróleo, el 18%, del carbón). Un método prometedor para producir hidrógeno sin liberar CO2 es la pirólisis de metano sin oxígeno, en la que solo se forman hidrógeno y carbono sólido en forma de hollín, que se puede utilizar en diversas industrias como materias primas.

Por ello, podría ser la hora de analizar las compañías energéticas que se dediquen a la producción de hidrógeno.

***Igor Kuchma es analista de Trading View.

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