Los inversores bajistas son en su mayoría grandes inversores que se benefician con la caída del precio de las acciones, ya que previamente han procedido a solicitar prestadas unas acciones que no poseen (a cambio de pagar unos intereses) para venderlas y volver a recomprarlas en el futuro a un precio inferior, obteniendo como beneficio el diferencial entre el precio de venta y de recompra.

Cuando el mercado en general o algún valor en particular es alcista a nadie le preocupa estos inversores, pero en cambio, siempre que se producen caídas en los mercados o en un valor en concreto, se genera una fuerte corriente de crítica contra este tipo de inversor, solicitándose incluso su prohibición, aunque normalmente el regulador se limita a prohibir la apertura de nuevas posiciones bajistas durante un plazo de tiempo.

Lo que desconocen los pequeños inversores en general es que estos inversores realizan un exhaustivo análisis de las empresas, buscando principalmente dos tipos de compañías: uno, compañías que esperan que sufran una fuerte disrupción en su negocio y por tanto se produzca una fuerte caída en sus beneficios, y dos, compañías en las que su contabilidad esta inflada o que directamente son una estafa.

A pesar de que a nadie le gusta que otros apuesten a una caída del precio de las acciones en las que están invertidos, los inversores bajistas tienen varios efectos positivos sobre el mercado:

1. Evitan o al menos disminuyen la sobrevaloración de las empresas.

2. Aumentan la liquidez del mercado, y suelen ser de los pocos inversores que compran en situaciones de pánico (aunque sea para cerrar su posición con beneficios).

3. Descubren casos de estafa, de hecho, todos los casos de estafa que recuerdo han sido descubiertos por este tipo de inversores y en ningún caso por los auditores.

El último ejemplo de ello lo hemos tenido recientemente en Alemania, donde la empresa Wirecard, que formaba parte del DAX 30 (el índice con las 30 mayores empresas alemanas) ha presentado concurso de acreedores, después de descubrirse que estaba engañando con su contabilidad.

Estos inversores no siempre aciertan y muchas veces sufren fuertes pérdidas, como ha sido el caso últimamente de Tesla, compañía en la que había un importante número de inversores bajistas.

Varios inversores bajistas, e incluso Financial Times, llevaban más de cinco años avisando sobre el fraude en las cuentas de la compañía.

Durante este tiempo, la respuesta de los reguladores alemanes fue demandar penalmente a los periodistas y a estos inversores bajistas y prohibir las posiciones bajistas durante un tiempo en este valor. Lógicamente, tras descubrirse que era cierto lo publicado, el regulador alemán ha procedido a retirar estas demandas.

Hay otros casos que a los inversores españoles les serán más familiares, como es el de Gowex, en el que el informe de un inversor bajista destapó el fraude en sus cuentas y provocó la quiebra de la compañía, o el de Fórum Filatélico y AFINSA, empresas de las que un inversor bajista avisó -dos años antes de que se descubriera la estafa con los sellos- de que estaban llevando a cabo un fraude piramidal. Este inversor había vendido a préstamo las acciones de Greg Maning, empresa de subastas propiedad de AFINSA que cotizaba en el Nasdaq y que prácticamente perdió todo su valor tras el escándalo.

Lógicamente, estos inversores no siempre aciertan y muchas veces sufren fuertes pérdidas, como ha sido el caso últimamente de Tesla, compañía en la que había un importante número de inversores bajistas, que han sufrido fuertes pérdidas, tras subir el precio de las acciones más de un 500%.

Como vemos, estos inversores no son tan malos como los pintan y mi consejo es que la próxima vez que piensen en invertir en una empresa, vean las posiciones bajistas sobre el valor (esta información es pública) y, en caso de existir un fuerte interés bajista, que revisen su tesis de inversión de nuevo, antes de invertir.

***Antonio Aspas es socio de Buy & Hold.