El escenario de tipos de interés en mínimos ha provocado una brusca caída de las rentabilidades esperadas para toda clase de activo. Encontrar rendimientos a doble dígito se ha convertido en una misión casi imposible, mucho más si se pretende aumentar el capital a través de productos como depósitos bancarios o letras del Tesoro. 

En este difícil entorno para el ahorro, la inversión en rentas puede ser la mejor opción para aquellos que quieran, ante todo, preservar su inversión inicial y, después, contar con un flujo constante de ingresos durante un periodo determinado. 

Existen distintas clases de activos para alcanzar este objetivo, desde la vivienda a los dividendos, pasando por los cupones de la renta fija o incluso a través de fondos de inversión. Victoria Torre, responsable de producto de desarrollo de contenidos, producto y servicio de SelfBank cree que este tipo de inversión en rentas es positiva en cualquier entorno del mercado, “pero especialmente en el actual, con los tipos a cero, donde encontrar alternativas que nos den una rentabilidad periódica es complicado”.  

Gisela Turazzini CEO de Blackbird Broker, indica que “en la fase de ahorro de una persona, hasta la jubilación, lo importante es contar con una estrategia de crecimiento para, en ese momento final, convertir en rentas el capital”. Sin embargo, a lo largo de ese ciclo vital del ahorro, los inversores pueden hacer crecer el capital invertido con esa generación de rentas y ‘dejando trabajar’ al interés compuesto. Con el interés simple, las ganancias de una inversión se calculan sobre el patrimonio inicial. Pero con el interés compuesto, el cálculo es sobre el patrimonio total acumulado. Es decir, el interés que genera el capital inicial y las rentas periódicas se reinvierte, generando a su vez mayores beneficios y así sucesivamente.

LOS INMUEBLES... ¿LA MEJOR OPCIÓN?

Para desarrollar esta ecuación de ‘suma y sigue’, los inversores pueden optar por buscar esas inversiones con ingresos recurrentes, por ejemplo, con la compra de una vivienda. Según los datos del Banco de España, rentabilidad bruta por el alquiler se sitúa, de media, en el 3,9%. La cifra es atractiva. Y la seguridad de este tipo de activo también. Sin embargo, los expertos advierten del coste fiscal y la poca liquidez para entrar y salir de un inmueble. Por eso, apuntan a los mercados puramente financieros como la mejor estrategia para ‘vivir de las rentas’. 

La renta variable es el activo favorito para este fin, con un mercado de renta fija en el que cada vez parece más difícil encontrar buenos pagos de cupón. Aun así, algunos gestores animan a los inversores a dar un salto en su perfil de riesgo, apostando por los bonos high yield que, aunque han sufrido fuertes reembolsos en las últimas semanas de incertidumbre, ofrecen mejores rentabilidades que otras categorías.  

Eso sí, siempre con una perspectiva de largo plazo. David Bradin, director de inversiones de renta fija en Capital Group, coincide en que los momentos de volatilidad no son los mejores para esta clase de activo. Pero recuerda que “en los 21 años transcurridos desde el lanzamiento del índice Bloomberg Barclays US High Yield Index (que mide la evolución de la deuda estadounidense de esta categoría), solo se han registrado cinco años de rentabilidades negativas”. La media anual durante estos cinco años fue del -8%, pero los inversores que hubieran permanecido en el mercado durante todo el periodo, habrían recibido una rentabilidad media anual del 7,4% que, reinvertida, habría sido todavía mayor. 

Desde Fidelity apuntan, además, a que una de las grandes preocupaciones de los inversores en este tipo de deuda, los posibles impagos de las empresas, está lejos de convertirse en realidad. De hecho, prevén que la tasa de impago en el segmento de emisores de deuda high yield a escala global se sitúe este 2019 en el 1,4%, frente a una media histórica del 3,5%.

¡BUSCA UN DIVIDENDO!

La renta variable es, para los expertos, la mejor fórmula para seguir una estrategia de inversión en rentas.  En esta estrategia, de nuevo, cobra especial relevancia el interés compuesto. “Los dividendos reinvertidos pueden ayudar a hacer crecer sus ahorros a un ritmo mucho más rápido que contando únicamente con el crecimiento del capital”, insisten desde Morningstar. 

Desde SelfBank, Victoria Torre recuerda que la bolsa española es una de las más generosas de Europa, con una rentabilidad por dividendo cercana al 5%, solo superada por la bolsa de Londes. “Por la recurrencia y visibilidad de sus ingresos, el sector eléctrico es históricamente el  que mayores dividendos reparte”, indica Torre. “Los gestores de estas compañías optan porque el dinero se distribuya entre sus accionistas en vez de plantear nuevas inversiones en el negocio”, recuerda. 

Para Gisela Turazzini Iberdrola o Endesa están entre las compañías más atractivas por este concepto. Pero advierte: "El pago tiene que ser sostenido, pero también es importante no equivocarse en el momento de entrar en el mercado, puesto que comprar una acción cara puede hacernos perder un porcentaje importante de nuestro capital”. 

Así, apunta a otro tipo de compañías como Telefónica y la banca como alternativa a las eléctricas. “Estas empresas presentan ahora una oportunidad de valor más atractiva y también ofrecen buenos dividendos”, explica. BBVA, por ejemplo, ofrece ahora una rentabilidad por dividendo del entorno del 7%, o Repsol, con una rentabilidad por dividendo del 6%. 

¿Y SI APOSTAMOS POR FONDOS?

Los expertos coinciden en que los fondos de inversión pueden ser una opción más ‘segura’ para buscar rentas en las distintas clases de activos.  

En el mercado español, existen dos tipos de fondos para alcanzar este objetivo: fondos que reparten entre sus partícipes el importe obtenido por los dividendos de las compañías en las que invierten (o los cupones de renta fija), y los fondos que determinan una retribución fija que, en caso de no alcanzar los objetivos definidos, venden parte del fondo para alcanzar el nivel prometido. 

Entre los seleccionados por SelfBank destacan algunos como el Fidelity Global Dividend, el M&G Global Dividend, el DPAM Equities World Dividend o el BNY Mellon Global Equity Income. Todos ellos productos de renta variable global donde los inversores pueden encontrar rentas periódicas de una forma más diversificada que invirtiendo directamente en renta variable. 

Entre la oferta más reciente del mercado se encuentra una nueva estrategia de Amundi, el fondo Solutions Buy and Watch Income 06/2025, cuyo objetivo es generar rentas durante seis años repartiendo un cupón anual objetivo estimado mediante inversiones en renta fija con grado de inversión (y un 30% en high yield). La inversión mínima en el fondo es de 1.000 euros y tiene una comisión de gestión del 0,85%. 

Los expertos recuerdan también el impacto fiscal de estas inversiones, ya que el dividendo obtenido tributa fiscalmente, mientras que las clases de fondos que tienen acumulación de beneficios (el dividendo en lugar de repartirlo al inversor, se reinvierte en el fondo) sólo tributan en el momento de venta de las participaciones.  

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