Fueron el terror de los valores bancarios durante buena parte de 2018. Los inversores bajistas, que toman posiciones en un valor para beneficiarse de la caída de sus títulos, se convirtieron el año pasado en la sombra de un sector que acabó con 54.000 millones de euros menos de capitalización bursátil. 

Este año, y en plena incertidumbre por el giro ‘dovish’ en los discursos (y los hechos) de los bancos centrales, ningún 'hedge fund' supera el 0,5% del capital en Banco Santander, CaixaBank, BBVA, Bankinter, Unicaja y Liberbank, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El organismo supervisor dejó de publicar estas posiciones sobre las cotizadas españolas a finales de 2018, pero sí que da a conocer los movimientos que supongan superar ese umbral del 0,5%, por lo que se pueden rastrear los pasos que los hedge funds dan en el mercado. 

Según la información disponible, solo Sabadell y, sobre todo, Bankia registran movimientos en este sentido. Y son muy poco significativos en el caso de la entidad presidida por Josep Oliú. En concreto, y además de la decena de firmas con posiciones cortas inferiores al 0,5%, destaca la actividad del fondo Marshal Wace con un 0,42% del capital de la entidad a mediados de marzo, por debajo del 0,79% que mantenía a cierre de 2018. En total, el banco contaba con un 1,78% de su capital en manos de los fondos bajistas a finales de diciembre.

EL PEOR PARADO

Esta reducción en Sabadell mantiene a Bankia en su papel de ‘víctima perfecta’ para los hedge funds que consideran que la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri tendrá más problemas que el resto para acoplar su negocio al escenario de tipos de interés en mínimos.

A cierre de 2018, los bajistas poseían un 4,65% del capital de Bankia, muy por encima del 2,49% que mantenían en 2017. En las últimas semanas, algunos de estos fondos han incrementado sus posiciones cortas sobre el valor, por lo que la cifra total será superior. 

En concreto, Marshall Wace repite como el fondo más activo. La firma británica aumentó el pasado viernes su presión bajista sobre Bankia hasta el 0,70% del capital, desde el 0,57% que mantenía a principios de año. 

Citadel Europe también ha subido recientemente su apuesta bajista sobre la entidad. En concreto, el 7 de marzo incrementó su exposición al 0,54%, por encima del 0,40% de finales de 2018. BlackRock Institutional Trust Company National Association (fondos asociados a BlackRock) también acaba de situar en el 0,79% sus ‘posiciones cortas’ sobre Bankia. Un porcentaje que supone máximos del año y que se sitúa por encima del 0,6% que mantenía en 2018, según los registros de la CNMV. 

REDUCCIÓN DE POSICIONES

De todos los hege funds que acechan al valor, solo dos han reducido sus posiciones cortas en este primer trimestre. El primero de ellos es Samlyn Capital, que mantiene un 0,49% del capital de la entidad en sus manos (a 22 de marzo), por debajo del 0,73% que alcanzó de máximo a mediados de enero, según los datos de la CNMV. 

Este fondo, conocido en el mercado español por ser uno de los mayores bajistas sobre el Banco Popular en los meses previos a la resolución de la entidad, entró en Bankia en diciembre de 2018, cuando el banco ya acumulaba pérdidas en bolsa de más del 30% durante el pasado ejercicio.

Otro de los clásicos en el capital de la entidad, AQR Capital Management, también ha rebajado su posición bajista sobre el valor, aunque la mantiene por encima del umbral del 0,5%. En concreto, el fondo creado por antiguos directivos de Goldman Sachs rebajó en febrero sus cortos sobre Bankia del 1,19% al 0,89%. 

DUDAS EN LAS HOJAS DE RUTA

Sabadell es el valor bancario con peor comportamiento en bolsa en lo que va de año, con pérdidas acumuladas del 12% y una cotización extremadamente deprimida en 0,88 euros. Sin embargo, Bankia es la entidad que peor lo hace (-13%) desde el pasado 7 de marzo, tras la reunión del Banco Central Europeo (BCE) en la que Mario Draghi dejó claro que no habrá subida de tipos, al menos, hasta finales de año. 

Los analistas coinciden en que las dos entidades son las que tienen más difícil cumplir con sus planes estratégicos en este escenario. De hecho, y pese a que Goirigolzarri mantuvo sus objetivos de repartir 2.500 millones de euros en dividendos hasta 2020 con 1.300 millones en beneficios, el consenso de analistas de Thomson Reuters estima que la entidad cerrará ese año con un beneficio de 838 millones de euros.

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