Venimos de un año convulso en el sector bancario español, tanto por las políticas monetarias del BCE, donde los inversores parecen descontar que no habrá cambios que puedan alterar a los mercados, como por el impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados que deberían abonar las entidades financieras. El Banco Santander es uno de los atractivos dentro del selectivo español gracias a su rentabilidad por dividendo cercana al 5% y el esperado programa de reformas estructurales en su mercado brasileño que puedan dar solidez a sus cuentas.

Las acciones del banco vienen dibujando un canal bajista con apoyos tanto en la parte baja y alta de la formación desde inicios del año 2018. Su cotización ha pasado de los máximos de los 6 euros hasta los mínimos de 3,8 euros por acción, suponiendo un diferencial negativo de más del 35%. En lo que va de año los títulos han sufrido un rebote siguiendo la sintonía del Ibex 35, registrando un avance del 3%.

A nivel técnico, el corte de la media móvil de 20 sesiones (línea gris) con la del precio del valor muestra una señal alcista. Además, el indicador RSI nos deja camino libre hasta el nivel 70 de sobrecompra que mostraría cierta debilidad. En este sentido, buscaríamos tomar posiciones compradoras pensando en la continuidad del rebote y que la cotización pueda perforar la parte alta de la estructura en la que se encuentra. El objetivo más ambicioso sería pensar que el precio se pueda frenar en el nivel 38.2 del retroceso de Fibonacci desde su último movimiento correctivo en los 4,6 euros por acción.  

Las elecciones programadas en España pueden acarrear nuevos cambios y la banca es unos de los sectores que más podría verse afectado por las nuevas medidas, por lo que la situación del Banco Santander podría continuar agravándose. De ver el fin del rebote, las acciones pueden dirigirse a la parte baja del canal y para minimizar el riesgo en nuestra operación colocamos un stop-loss en el soporte de los 3,8 euros.   

Guillermo Torrego es analista de XTB.